פרשת וירא
Parashát Vaierá
IESHÚA MESHIJÁ SI PODÍA MORIR COMO EL CORDERO DE DIOS
Uno de los argumentos del Judaísmo para decir que Ieshúa no es el Mashiáj es que Dios no acepta sacrificios humanos. Haciendo a un lado que Ieshúa no era un ser humano como Adám, pues él es el Adám del cielo, así como el maná del cielo en paralelo con el pan de la tierra. Otro argumento, es que un ser humano no puede ser considerado "un cordero" para sacrificio. A continuación, con brevedad, les presentó algunos escritos judíos donde se acepta un sacrificio humano (reitero mi posición: Ieshúa no era un ser humano como lo era Adám), y donde Itzjaq fue llamado "el cordero":
«Y Avraham tomó leña del holocausto y la puso sobre Itzjaq su hijo (Bereshit 22:5). Como un hombre carga su cruz (tzaluv) sobre su hombro» (Midrash Bereshit Rabá 56:3)
En el Pirqe de Eliezer dice que Itzjaq era el cordero, es decir, un ser humano era el cordero:
«He aquí el fuego y la leña, pero en dónde está el cordero para el holocausto? Él (Avraham) respondió: ¡Hijo mío! ¡Tú eres el cordero para el holocausto!» (Pirqe de Eliezer xxxi)
El mismo Pirqe de Eliezer añade que Itzjaq murió y resucitó:
«Cuando el cuchillo tocó su cuello, el alma de Itzjaq se salió y partió, pero cuando él escucho la voz [de Dios] desde los dos Keruvim, diciendo [a Avraham], "No toques al muchacho" (Bereshit xxii, 12), su alma retornó a su cuerpo, y [Avraham] lo soltó, e Itzjaq se levantó» (Pirqe de Eliezer xxxi)
El Pirqe de Eliezer agrega que a pesar que Itzjaq no murió, sino que un carnero murió en su lugar, esto fue considerado como si Itzjaq hubiera sido sacrificado:
«El dulce amora [del carnero] ascendió delante del Santo, bendito sea, como si hubiera sido el dulce aroma de Itzjaq» (Pirke de Eliezer xxxi)
Así que cualquier argumento del Judaísmo rabínico es invalido por ellos mismos, por los mismos comentaristas judíos estudiosos de la Torá. Pues para los comentaristas judíos, Itzjaq fue el cordero, cargó la leña como un hombre carga su cruz, iba a morir por los pecados del mundo, murió y resucitó, y el sacrificio del carnero fue considerado como si se hubiera sacrificado a Itzjaq, el único hijo de su padre Avraham. Así como Ieshúa el único Hijo de D'os, el cordero, cargó una cruz, murió por los pecados del mundo y resucitó.