Evangelio según Mateo Capitulo 2
1 Nacido, pues, Ieshúa en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que nació? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarle.
Comentario
Ahora cuando Ieshua nació en Belén de Judá en los días del rey Herodes: Es mejor leer aquí en griego en Belén-Judá. Judá significa la tribu de Judá, a la cual, después del cisma de las diez tribus, que hicieron su propio rey, a Jeroboam, la tribu de Benjamín se adhirió a ellos. Y estos dos formaron el reino de Judá. Mt agrega la palabra Judá para distinguir la ciudad de otro Belén, en la tribu de Zabulón, en Galilea. (Véase Jos 19.15)
Este era Herodes I, el hijo de Antípatro, con sobrenombre El Grande, y de Ascalon, y de Idumea de raza, a quien el Senado romano, por recomendación de Antonio, levantó al primer rey de Judea, después de su conquista.[1]
Mateo menciona a Herodes, para dar a entender que el cetro ahora fue transferido de Judá a un extranjero, porque tal era Herodes, y, por lo tanto, el Mesías había venido. Porque ya el patriarca, Jacob, había predicho que esta sería la señal de su advenimiento (Gn 49.10.)
El cetro es el símbolo de poder real, y en su forma más temprana era un bastón largo, el cual el rey sostenía en su mano cuando hablaba en asambleas públicas (por ejemplo, Agamenón, Il. 2, 46, 101); y cuando se sentaba en su trono lo descansaba entre sus pies, inclinándolo hacia sí mismo (véase la representación de un rey persa en las ruinas de Persépolis, Niebuhr Reisebeschr. ii. 145).
Herodes, probablemente consciente de esta profecía por causa de los judíos, aplicó el oráculo a sí mismo para fortalecer su reino. Herodes deseaba ser considerado el Mesías; y, por lo tanto, construyó el templo más magnífico para los judíos, y lo levantó en el aniversario del día en que comenzó su reinado.[2]
Herodes Antipas, quien decapitó a Juan el Bautista, era el hijo de este Herodes el Grande. Él también fue quien vistió a nuestro Señor en su pasión con una túnica blanca y se burló de él. Y el nieto de Herodes el Grande, por su hijo Aristóbulo, fue Herodes Agripa, quien mató a Jacob (Santiago), el hermano de Juan, y que fue herido por un ángel y murió. Y el hijo de este Agripa fue Herodes Agripa el Menor, ante quien Pablo el prisionero suplicó. (Hch 25.23).
Herodes el Grande y Su Familia según el Historiador Flavio Josefo
Josefo tiene mucho que decir acerca de los antecedentes de Herodes el Grande, al igual que de él y su familia después de él. Unos pocos elementos han sido seleccionados para discusión.
a. Herodes era una persona competente, hábil en la cacería, en montar a caballo, disparar una flecha, ganar en combate, etc. (Guerra 1. 21. 13.). De descripciones tales como ésta, podemos comprender cómo él pudo escapar de ser capturado por los Partianos, y luego, de conducir a las tropas romanas de regreso a Judea, derrotar a los Partianos y obtener el control de la tierra. Es bastante razonable comprender entonces cómo él fue rey de los Judíos como afirman los escritores del Evangelio (Mateo 2:1; Lucas 1:5). Es también interesante notar que, de acuerdo con Josefo, Herodes fue instituido como rey de Judea por decreto de César Augusto (Guerra 1. 20).
b. El vínculo de Herodes con el reino de César nos ayuda también a datar los eventos del Nuevo Testamento descritos por los escritores del Evangelio. Por ejemplo, generalmente hablando, Herodes murió después de 33 años de servicio a Roma, en el 4 A.C. y Cristo nació justo alrededor de la misma época, un poco antes, quizá en el 4 o 5 A.C. (cf. Mateo 2:1 y 2:16). Muchas otras fechas son aseguradas por Josefo con respecto a los gobernadores romanos.
c. Fue un constructor incansable, como evidencia Josefo (Guerra 1. 21) y fue de hecho responsable por la reconstrucción del templo Judío a costa de un nada despreciable costo personal (Guerra 1. 21. 1). Debido a que fue hecho en el año quince de su reino (ca. 18 B. C.) sabemos ahora la edad del Templo del que se habla en los relatos del Evangelio (aproximadamente 48-50 años).
d. Determinado a incrementar su poder y esfera de gobierno, hizo matar a Hircano y así eliminó cualquier amenaza al trono (Guerra 1. 22. 1 (433)).
e. Herodes se hizo cada vez más tirano cerca del final de su carrera (Ant. 16. 11. 8; Guerra 33). Esto puede haber preparado el marco para la masacre de los niños registrada en Mateo 2:16. Herodes ciertamente era, de acuerdo con Josefo, no únicamente capaz de tan horrible crimen, sino que era de hecho inclinado a tales actos infames. Nota: Parece que este terrible evento no aparece registrado en Josefo.
f. Parece, según Josefo, que Arquelao, hijo de Herodes, quien asumió el liderazgo como etnarca de Judea, Samaria e Idumea en el 4 A.C. (después de la muerte de Herodes), era de carácter similar al de su padre. Josefo dice que “Arquelao tomo posesión de la etnarquía, y usó no solo a los Judíos, sino a los Samaritanos también, bárbaramente”, (Guerra 2. 7.3) con el resultado de que los Judíos se quejaron ante César y Arquelao fue desterrado a Viena, a la ciudad de Gaul (Ant. 17. 13). Esta descripción de Arquelao podría explicar por qué José y María, a su regreso de Egipto y al escuchar que Arquelao reinaba en lugar de su padre, tuvieron temor y fueron directo a Nazaret en Galilea—fuera de los dominios de Arquelao (cf. Mateo 2:22).
Los Magos del Oriente
Estos hombres eran llamados Magoi (μαγοι), no porque fueran magos, como ha sido la interpretación de varios comentaristas y exégetas de la Biblia, sino como es costumbre entre los judíos e incluso entre las gentes de las naciones, de llamar a las personas bajo el nombre donde residen. Los antiguos padres de la iglesia comparten una tradición que estos hombres llamados Magoi, eran llamados así, porque eran ciertos habitantes de Magodia, una provincia de Arabia. Esta es también la opinión de varios comentaristas como Juan de Maldonado, que, también señala en sus comentarios sobre el Nuevo Testamento, que estos hombres Mt les llama “magos” por la región de donde vinieron, movido del parecer de Estrabon (un geógrafo e historiador griego conocido principalmente por su obra Geografía que vivió entre el 63 a. C. y el 24 d.C) y Herodóto, (un historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 a.C.), que mencionan esta región, que entre los cinco géneros de gentes, que habitaban la Media, habían unos que se le llamaban Magos, descendientes de Abraham y Ketura, cuyo hijo de aquel santo patriarca, desterró de su casa, y paró en Magodia en la Sabea, una de las provincias de Arabia, de donde tomaron el nombre de Magos.
La historia bíblica relata que estos hijos que Abraham tuvo con Ketura los envió al oriente, hacia la tierra oriental, y los envío con regalos (Gn 25.6).
El Midrash Ialqut da una razonable aserción respecto a las tres mujeres de Abraham, dice así: "Abraham tuvo tres mujeres – Sará, hija de Shem; Keturá, hija de Jafet; y Hagar, hija de Jam." (Midrash Ialqut, cap. 8; véase también Ialkut Shimoní 109). Y agrega que: “Del texto: "Todos estos fueron hijos de Keturá…(25:4) Abraham los envió a la tierra del Oriente, lejos de su hijo Isaac." (Gn 25.6) Shemuel bar Najmeni dijo: "Cuando Abraham vio el gran número de los hijos que él había tenido con su última mujer, Keturá, él sabía de antemano que ellos serían dañinos para Isaac, por lo tanto Abraham los envío al lejano oriente, a los confines de la tierra.”
Los mismos Magos, es decir residentes de Magodia, que visitaron a Ieshúa (porque vieron su estrella en el cielo), venían “de la tierra del oriente a Jerusalén” (véase Mt 2.1-2). La tierra del oriente no es Caldea, como ha sido deducido por algunos comentaristas de la biblia, que fueron conducidos a esta conclusión por la multitud de astrólogos, magos y adivinos que se encontraban en ese pueblo (véase Daniel 2.2). No se refiere a Caldea, porque Caldea no se encuentra al oriente, sino al norte de Judea, como es de observarse en Jer 1.14 y 6.22.
¿De dónde proceden? Arabia, país del Oriente por excelencia, porque su comercio y las invasiones a Palestina se hacían por Moab y el Jordán. En estas regiones se encontraba el país de los nabateos, donde residían gran número de judíos con frecuentes relaciones con Palestina. Con la “tierra del oriente” Mt se refiere a esta gran zona de Arabia. Así lo afirma tanto Justino (MG 6:657ss) como Epifanio (MG 42:785.). Epifanio (Contr. Haeres. l. 3. Haeres. 30) hablando de estos hombres llamados “Magos” señala que ellos eran de la posteridad de Abraham por Keturá, y que habitaban en la región de Arabia, llamada Magodia.
Y dice que "abriendo sus cofres," le ofrecieron regalos a Ieshúa: "oro, incienso y mirra," dones principescos, como en otro tiempo la reina de Saba ofreció a Salomón (1 Reyes 10.12-13; Is 60.6). Saba se encontraba al sur de Arabia Félix, la metrópolis de Arabia Félix, como es llamada por el historiador eclesiástico Filostorgio (c. 368 - c. 439 - Hist. Ecl l.3.4). Estaba situada en el suroeste de Arabia (Yemen moderno), a partir de aquí que esta reina era llamada la reina del sur (Mt 12.42). Era la patria de los sabeos, conocidos mercaderes en oro, piedras preciosas, perfumes, incienso y mirra. שְׁבָא, Σαβά-Saba, no es Etiopía o Meroë, como mencionó Flavio Josefo (Antigüedades viii. 6, 5), que confundió שְׁבָא con סְבָא, sino se refiere al reino de los sabeos, quienes eran célebres por su comercio en incienso, oro y piedras preciosas, y que habitaban en Arabia. Lo que es más conforme a lo relatado por el rey David en el Salmo 72.10: Que los reyes de los árabes, y de Sabá ofrecerían presentes al Mesías. De aquí han creído algunos intérpretes que los Magos (residentes de Magodia, provincia de Arabia), fueron reyes; o por lo menos de los principales y más nobles del país. Cabe mencionar que este versículo, y el versículo precedente del Salmo 72-10-11, fueron interpretados en alusión al Mesías por algunos comentaristas judíos de la antigüedad (véase Zohar en Bereshit fol. 71.1).
Los países donde fueron dispersados los descendientes de Abraham que tuvo con su esposa Keturá, particularmente son llamados los países "del oriente" (Gn 25.6; Juec 6.3; y frecuentemente en otros textos). Y de aquí vinieron estos primeros frutos o prosélitos de los habitantes de las naciones gentiles, de donde se cree que también venía Itró ("Jetro"), el primer prosélito a la Torá. Raleigh, por ejemplo, es de la opinión que los queninim (קֵינִים, ceneos), de donde era Itró príncipe o sacerdote de Midián, el suegro de Moisés (Éx 3.1), obtuvieron su nombre de Keturá (קְטוּרָה), siendo una nación de los Midianitas que descendieron de ella (Gn 25.2).
Pero acerca del Mesías y de aquellos que ofrecieron sus regalos, el profeta Isaías dice lo siguiente:
| Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Midián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas del Eterno. (Is 60.6)
Oro e incienso fueron los presentes que ofrecieron a Ieshúa los hombres del oriente. Midián fue un hijo de Abraham por Keturá, y Efa fue un hijo de Midián (véase Gn 25.4), estos y su posterioridad habitaron en Arabia; y el Targúm que entiende que son árabes parafrasea el pasaje diciendo que: “una multitud de árabes te cubrirá...”
Y de donde dice: “Vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas del Eterno”, Saba también fue otro hijo de Abraham con Keturá (Gn 25.3). La región de Saba, conocida en excelencia por sus especias y oro (1 Reyes 10.2. Jer 6.20; Ezeq 27.22). Herodotus (ca. 490-425 a.E.C.) afirma que: “Arabia es el único país que produce incienso, mirra, cassia, canela, y ledanum” (Historias, III, 107), y comenta que: “Respecto a las especias de Arabia no se diga más. Toda la región está perfumada con ellas, y exhala una fragancia maravillosamente dulce.” (Historias III, 113).
Mt como judío completamente inmerso en la cultura de su pueblo es quien cuenta la historia de estos hombres, gentiles, descendientes de Keturá esposa de Abraham, Magos por ser residentes de Magodia, una provincia de Arabia. ¿Conocía Mt de alguna tradición judía que esperaba el cumplimiento de esta señalar como advenimiento del Mesías para considerarlo tan importante para tener que escribirlo en el Evangelio?
Después de ciertas investigaciones he encontrado que la tradición judía menciona cierta profecía sobre la llegada de un día en el cual los descendientes de Abraham por Keturá, que fueron enviados al oriente, vendrían a recibir al Mesías en su advenimiento. Mt, como judío inmerso en la cultura de su pueblo, seguramente estaba familiarizado con este tipo de tradiciones. Quizá, esta sea la razón por la cual él registra tan importante dato como cumplimiento de la profecía en la persona de Ieshúa, fortaleciendo así de que él es el Mesías tan anhelado y esperado por el pueblo de Israel. Esta tradición judía que presentaremos a continuación, menciona, que los hijos de Keturá con Abraham que fueron enviados al oriente “vendrían cuando el Mesías fuese revelado”. Pero antes mencionaré que, en la Guemará del Talmud Ierushalmi (tratado Berajot, fol. 5.1) se relata una historia sobre un árabe que habla sobre el nacimiento del Mesías en Belén, y los judíos escuchando sus palabras indagan sobre su conocimiento acerca del nacimiento del Mesías, y quizá este relato sea una sombra de las historias de los magos saliendo de Magodia, provincia de Arabia. Y el Midrásh Ester Rabá (1.4), también señala que así como “son de común las ofrendas en el templo, cuando el Mesías sea revelado habrá una procesión de mensajeros con regalos para el Rey Mesías”.
Todas estas son tradiciones judías sobre la venida del Mesías Redentor en relación con los hijos de Abraham con Ketura nos vislumbran razón por la cual Mt, como judío que conocía de estas tradiciones, registre tan imporante dato para Israel. Pero el texto judío que más nos ha llamado la atención es el que especifica que los hijos de Abraham con Ketura, que fueron enviados al oriente, como lo menciona la Escritura, vendrían a presentarse delante del Mesías cuando en su advenimiento:
| Abraham dijo: "Isaac es mi hijo precioso. Cualquiera de las naciones que esclavice a Isaac y a sus descendientes será castigado severamente en el Gehinom (Infierno). Por lo tanto, ustedes (sus hijos con Ketura) permanecerán lejos en el oriente. Mientras que los hijos de Isaac estén bajo esclavitud entre las naciones, ustedes permanecerán allí. Pero cuando escuchen que ellos viven bajo seguridad y sin peligro, vendrán y los servirán. De esta manera ustedes merecerán el Shofar del Mesías.” En los días de Salomón, algunos de ellos vinieron a servir al pueblo judío, pensando que Salomón era el Rey Mesías. Cuando se dieron cuenta que él no lo era, regresaron al oriente. Ciertamente ellos regresarán cuando el Mesías sea revelado. (Midrash Bereshit Rabá o Bereshit Rabatí de Moshe Hadarshan, cap. 5.b; Midrash Hagadol, Bereshit 25.6, citado en “Discover Moshiach in the Weekly Torah Portion”, como es citado en www.mashiach.org)
La Estrella en el Oriente
De las Estrella concluyeron los Magos que había nacido el Rey de los judíos; pero la pregunta es ¿cómo sabían y estaban tan seguros de que tal persona nació y que la aparición de esta estrella era señal de su advenimiento?
Este era Herodes I, el hijo de Antípatro, con sobrenombre El Grande, y de Ascalon, y de Idumea de raza, a quien el Senado romano, por recomendación de Antonio, levantó al primer rey de Judea, después de su conquista.[1]
Mateo menciona a Herodes, para dar a entender que el cetro ahora fue transferido de Judá a un extranjero, porque tal era Herodes, y, por lo tanto, el Mesías había venido. Porque ya el patriarca, Jacob, había predicho que esta sería la señal de su advenimiento (Gn 49.10.)
El cetro es el símbolo de poder real, y en su forma más temprana era un bastón largo, el cual el rey sostenía en su mano cuando hablaba en asambleas públicas (por ejemplo, Agamenón, Il. 2, 46, 101); y cuando se sentaba en su trono lo descansaba entre sus pies, inclinándolo hacia sí mismo (véase la representación de un rey persa en las ruinas de Persépolis, Niebuhr Reisebeschr. ii. 145).
Herodes, probablemente consciente de esta profecía por causa de los judíos, aplicó el oráculo a sí mismo para fortalecer su reino. Herodes deseaba ser considerado el Mesías; y, por lo tanto, construyó el templo más magnífico para los judíos, y lo levantó en el aniversario del día en que comenzó su reinado.[2]
Herodes Antipas, quien decapitó a Juan el Bautista, era el hijo de este Herodes el Grande. Él también fue quien vistió a nuestro Señor en su pasión con una túnica blanca y se burló de él. Y el nieto de Herodes el Grande, por su hijo Aristóbulo, fue Herodes Agripa, quien mató a Jacob (Santiago), el hermano de Juan, y que fue herido por un ángel y murió. Y el hijo de este Agripa fue Herodes Agripa el Menor, ante quien Pablo el prisionero suplicó. (Hch 25.23).
Herodes el Grande y Su Familia según el Historiador Flavio Josefo
Josefo tiene mucho que decir acerca de los antecedentes de Herodes el Grande, al igual que de él y su familia después de él. Unos pocos elementos han sido seleccionados para discusión.
a. Herodes era una persona competente, hábil en la cacería, en montar a caballo, disparar una flecha, ganar en combate, etc. (Guerra 1. 21. 13.). De descripciones tales como ésta, podemos comprender cómo él pudo escapar de ser capturado por los Partianos, y luego, de conducir a las tropas romanas de regreso a Judea, derrotar a los Partianos y obtener el control de la tierra. Es bastante razonable comprender entonces cómo él fue rey de los Judíos como afirman los escritores del Evangelio (Mateo 2:1; Lucas 1:5). Es también interesante notar que, de acuerdo con Josefo, Herodes fue instituido como rey de Judea por decreto de César Augusto (Guerra 1. 20).
b. El vínculo de Herodes con el reino de César nos ayuda también a datar los eventos del Nuevo Testamento descritos por los escritores del Evangelio. Por ejemplo, generalmente hablando, Herodes murió después de 33 años de servicio a Roma, en el 4 A.C. y Cristo nació justo alrededor de la misma época, un poco antes, quizá en el 4 o 5 A.C. (cf. Mateo 2:1 y 2:16). Muchas otras fechas son aseguradas por Josefo con respecto a los gobernadores romanos.
c. Fue un constructor incansable, como evidencia Josefo (Guerra 1. 21) y fue de hecho responsable por la reconstrucción del templo Judío a costa de un nada despreciable costo personal (Guerra 1. 21. 1). Debido a que fue hecho en el año quince de su reino (ca. 18 B. C.) sabemos ahora la edad del Templo del que se habla en los relatos del Evangelio (aproximadamente 48-50 años).
d. Determinado a incrementar su poder y esfera de gobierno, hizo matar a Hircano y así eliminó cualquier amenaza al trono (Guerra 1. 22. 1 (433)).
e. Herodes se hizo cada vez más tirano cerca del final de su carrera (Ant. 16. 11. 8; Guerra 33). Esto puede haber preparado el marco para la masacre de los niños registrada en Mateo 2:16. Herodes ciertamente era, de acuerdo con Josefo, no únicamente capaz de tan horrible crimen, sino que era de hecho inclinado a tales actos infames. Nota: Parece que este terrible evento no aparece registrado en Josefo.
f. Parece, según Josefo, que Arquelao, hijo de Herodes, quien asumió el liderazgo como etnarca de Judea, Samaria e Idumea en el 4 A.C. (después de la muerte de Herodes), era de carácter similar al de su padre. Josefo dice que “Arquelao tomo posesión de la etnarquía, y usó no solo a los Judíos, sino a los Samaritanos también, bárbaramente”, (Guerra 2. 7.3) con el resultado de que los Judíos se quejaron ante César y Arquelao fue desterrado a Viena, a la ciudad de Gaul (Ant. 17. 13). Esta descripción de Arquelao podría explicar por qué José y María, a su regreso de Egipto y al escuchar que Arquelao reinaba en lugar de su padre, tuvieron temor y fueron directo a Nazaret en Galilea—fuera de los dominios de Arquelao (cf. Mateo 2:22).
Los Magos del Oriente
Estos hombres eran llamados Magoi (μαγοι), no porque fueran magos, como ha sido la interpretación de varios comentaristas y exégetas de la Biblia, sino como es costumbre entre los judíos e incluso entre las gentes de las naciones, de llamar a las personas bajo el nombre donde residen. Los antiguos padres de la iglesia comparten una tradición que estos hombres llamados Magoi, eran llamados así, porque eran ciertos habitantes de Magodia, una provincia de Arabia. Esta es también la opinión de varios comentaristas como Juan de Maldonado, que, también señala en sus comentarios sobre el Nuevo Testamento, que estos hombres Mt les llama “magos” por la región de donde vinieron, movido del parecer de Estrabon (un geógrafo e historiador griego conocido principalmente por su obra Geografía que vivió entre el 63 a. C. y el 24 d.C) y Herodóto, (un historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 a.C.), que mencionan esta región, que entre los cinco géneros de gentes, que habitaban la Media, habían unos que se le llamaban Magos, descendientes de Abraham y Ketura, cuyo hijo de aquel santo patriarca, desterró de su casa, y paró en Magodia en la Sabea, una de las provincias de Arabia, de donde tomaron el nombre de Magos.
La historia bíblica relata que estos hijos que Abraham tuvo con Ketura los envió al oriente, hacia la tierra oriental, y los envío con regalos (Gn 25.6).
El Midrash Ialqut da una razonable aserción respecto a las tres mujeres de Abraham, dice así: "Abraham tuvo tres mujeres – Sará, hija de Shem; Keturá, hija de Jafet; y Hagar, hija de Jam." (Midrash Ialqut, cap. 8; véase también Ialkut Shimoní 109). Y agrega que: “Del texto: "Todos estos fueron hijos de Keturá…(25:4) Abraham los envió a la tierra del Oriente, lejos de su hijo Isaac." (Gn 25.6) Shemuel bar Najmeni dijo: "Cuando Abraham vio el gran número de los hijos que él había tenido con su última mujer, Keturá, él sabía de antemano que ellos serían dañinos para Isaac, por lo tanto Abraham los envío al lejano oriente, a los confines de la tierra.”
Los mismos Magos, es decir residentes de Magodia, que visitaron a Ieshúa (porque vieron su estrella en el cielo), venían “de la tierra del oriente a Jerusalén” (véase Mt 2.1-2). La tierra del oriente no es Caldea, como ha sido deducido por algunos comentaristas de la biblia, que fueron conducidos a esta conclusión por la multitud de astrólogos, magos y adivinos que se encontraban en ese pueblo (véase Daniel 2.2). No se refiere a Caldea, porque Caldea no se encuentra al oriente, sino al norte de Judea, como es de observarse en Jer 1.14 y 6.22.
¿De dónde proceden? Arabia, país del Oriente por excelencia, porque su comercio y las invasiones a Palestina se hacían por Moab y el Jordán. En estas regiones se encontraba el país de los nabateos, donde residían gran número de judíos con frecuentes relaciones con Palestina. Con la “tierra del oriente” Mt se refiere a esta gran zona de Arabia. Así lo afirma tanto Justino (MG 6:657ss) como Epifanio (MG 42:785.). Epifanio (Contr. Haeres. l. 3. Haeres. 30) hablando de estos hombres llamados “Magos” señala que ellos eran de la posteridad de Abraham por Keturá, y que habitaban en la región de Arabia, llamada Magodia.
Y dice que "abriendo sus cofres," le ofrecieron regalos a Ieshúa: "oro, incienso y mirra," dones principescos, como en otro tiempo la reina de Saba ofreció a Salomón (1 Reyes 10.12-13; Is 60.6). Saba se encontraba al sur de Arabia Félix, la metrópolis de Arabia Félix, como es llamada por el historiador eclesiástico Filostorgio (c. 368 - c. 439 - Hist. Ecl l.3.4). Estaba situada en el suroeste de Arabia (Yemen moderno), a partir de aquí que esta reina era llamada la reina del sur (Mt 12.42). Era la patria de los sabeos, conocidos mercaderes en oro, piedras preciosas, perfumes, incienso y mirra. שְׁבָא, Σαβά-Saba, no es Etiopía o Meroë, como mencionó Flavio Josefo (Antigüedades viii. 6, 5), que confundió שְׁבָא con סְבָא, sino se refiere al reino de los sabeos, quienes eran célebres por su comercio en incienso, oro y piedras preciosas, y que habitaban en Arabia. Lo que es más conforme a lo relatado por el rey David en el Salmo 72.10: Que los reyes de los árabes, y de Sabá ofrecerían presentes al Mesías. De aquí han creído algunos intérpretes que los Magos (residentes de Magodia, provincia de Arabia), fueron reyes; o por lo menos de los principales y más nobles del país. Cabe mencionar que este versículo, y el versículo precedente del Salmo 72-10-11, fueron interpretados en alusión al Mesías por algunos comentaristas judíos de la antigüedad (véase Zohar en Bereshit fol. 71.1).
Los países donde fueron dispersados los descendientes de Abraham que tuvo con su esposa Keturá, particularmente son llamados los países "del oriente" (Gn 25.6; Juec 6.3; y frecuentemente en otros textos). Y de aquí vinieron estos primeros frutos o prosélitos de los habitantes de las naciones gentiles, de donde se cree que también venía Itró ("Jetro"), el primer prosélito a la Torá. Raleigh, por ejemplo, es de la opinión que los queninim (קֵינִים, ceneos), de donde era Itró príncipe o sacerdote de Midián, el suegro de Moisés (Éx 3.1), obtuvieron su nombre de Keturá (קְטוּרָה), siendo una nación de los Midianitas que descendieron de ella (Gn 25.2).
Pero acerca del Mesías y de aquellos que ofrecieron sus regalos, el profeta Isaías dice lo siguiente:
| Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Midián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas del Eterno. (Is 60.6)
Oro e incienso fueron los presentes que ofrecieron a Ieshúa los hombres del oriente. Midián fue un hijo de Abraham por Keturá, y Efa fue un hijo de Midián (véase Gn 25.4), estos y su posterioridad habitaron en Arabia; y el Targúm que entiende que son árabes parafrasea el pasaje diciendo que: “una multitud de árabes te cubrirá...”
Y de donde dice: “Vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas del Eterno”, Saba también fue otro hijo de Abraham con Keturá (Gn 25.3). La región de Saba, conocida en excelencia por sus especias y oro (1 Reyes 10.2. Jer 6.20; Ezeq 27.22). Herodotus (ca. 490-425 a.E.C.) afirma que: “Arabia es el único país que produce incienso, mirra, cassia, canela, y ledanum” (Historias, III, 107), y comenta que: “Respecto a las especias de Arabia no se diga más. Toda la región está perfumada con ellas, y exhala una fragancia maravillosamente dulce.” (Historias III, 113).
Mt como judío completamente inmerso en la cultura de su pueblo es quien cuenta la historia de estos hombres, gentiles, descendientes de Keturá esposa de Abraham, Magos por ser residentes de Magodia, una provincia de Arabia. ¿Conocía Mt de alguna tradición judía que esperaba el cumplimiento de esta señalar como advenimiento del Mesías para considerarlo tan importante para tener que escribirlo en el Evangelio?
Después de ciertas investigaciones he encontrado que la tradición judía menciona cierta profecía sobre la llegada de un día en el cual los descendientes de Abraham por Keturá, que fueron enviados al oriente, vendrían a recibir al Mesías en su advenimiento. Mt, como judío inmerso en la cultura de su pueblo, seguramente estaba familiarizado con este tipo de tradiciones. Quizá, esta sea la razón por la cual él registra tan importante dato como cumplimiento de la profecía en la persona de Ieshúa, fortaleciendo así de que él es el Mesías tan anhelado y esperado por el pueblo de Israel. Esta tradición judía que presentaremos a continuación, menciona, que los hijos de Keturá con Abraham que fueron enviados al oriente “vendrían cuando el Mesías fuese revelado”. Pero antes mencionaré que, en la Guemará del Talmud Ierushalmi (tratado Berajot, fol. 5.1) se relata una historia sobre un árabe que habla sobre el nacimiento del Mesías en Belén, y los judíos escuchando sus palabras indagan sobre su conocimiento acerca del nacimiento del Mesías, y quizá este relato sea una sombra de las historias de los magos saliendo de Magodia, provincia de Arabia. Y el Midrásh Ester Rabá (1.4), también señala que así como “son de común las ofrendas en el templo, cuando el Mesías sea revelado habrá una procesión de mensajeros con regalos para el Rey Mesías”.
Todas estas son tradiciones judías sobre la venida del Mesías Redentor en relación con los hijos de Abraham con Ketura nos vislumbran razón por la cual Mt, como judío que conocía de estas tradiciones, registre tan imporante dato para Israel. Pero el texto judío que más nos ha llamado la atención es el que especifica que los hijos de Abraham con Ketura, que fueron enviados al oriente, como lo menciona la Escritura, vendrían a presentarse delante del Mesías cuando en su advenimiento:
| Abraham dijo: "Isaac es mi hijo precioso. Cualquiera de las naciones que esclavice a Isaac y a sus descendientes será castigado severamente en el Gehinom (Infierno). Por lo tanto, ustedes (sus hijos con Ketura) permanecerán lejos en el oriente. Mientras que los hijos de Isaac estén bajo esclavitud entre las naciones, ustedes permanecerán allí. Pero cuando escuchen que ellos viven bajo seguridad y sin peligro, vendrán y los servirán. De esta manera ustedes merecerán el Shofar del Mesías.” En los días de Salomón, algunos de ellos vinieron a servir al pueblo judío, pensando que Salomón era el Rey Mesías. Cuando se dieron cuenta que él no lo era, regresaron al oriente. Ciertamente ellos regresarán cuando el Mesías sea revelado. (Midrash Bereshit Rabá o Bereshit Rabatí de Moshe Hadarshan, cap. 5.b; Midrash Hagadol, Bereshit 25.6, citado en “Discover Moshiach in the Weekly Torah Portion”, como es citado en www.mashiach.org)
La Estrella en el Oriente
De las Estrella concluyeron los Magos que había nacido el Rey de los judíos; pero la pregunta es ¿cómo sabían y estaban tan seguros de que tal persona nació y que la aparición de esta estrella era señal de su advenimiento?
[1] Josefo, lib. 14, Antigüedades, C.18.
[2] (Véase Josefo, Lib. 15 Antigüedades, C. 14, y Lib. 20, C. 8).
[3]
[2] (Véase Josefo, Lib. 15 Antigüedades, C. 14, y Lib. 20, C. 8).
[3]
17 Son, pues, catorce las generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la cautividad de Babilonia y catorce desde la cautividad de Babilonia hasta Mashíaj (El Ungido).
Comentario
Mt comienza su evangelio diciendo: "El Libro de la genealogía de Ieshúa el Ungido, hijo de David, hijo de Avraham." "Hijo de David", o el hebreo בן דוד (ben David), es un sobrenombre común del Mesías.[1] Se deriva de la promesa de Dios a David (Salmo 132.11), "El Eterno juró verdad a David, no se retraerá. Del fruto de tu vientre, pondré sobre tu trono."
Ieshúa era heredero al trono para ser rey del pueblo de Israel, ya que él era el hijo de David, y sabiendo esto algunos judíos confesaron que Ieshúa de Nazaret estaba קרוב למלכות, "conectado con la realeza",[2] y tal confesión no hubiera sido hecha si ellos no hubieran reconocido que Ieshúa era descendiente del rey David.
Debido a que claramente estaba profetizado que el Mesías tenía que ser de la casa de David,[3] cualquiera que declarara ser él el Mesías y el heredero al trono de David, por razones obvias, tenía que pertenecer a esta línea, por eso Mt dice de Ieshúa: "Hijo de David, hijo de Abraham". A ambos fue hecha la promesa de que de ellos había de nacer el Mesías: a Abraham en el libro de Gn: "Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra" (Gn 22.18); a David en el Salmo: "Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono" (Sal 132.11). Por eso Mt llama al Mesías hijo de ambos, para demostrar que las promesas hechas a ambos se habían cumplido en Ieshúa, sin embargo, Mt antepone el nombre de David al de Abraham porque la lista de generaciones que él estaba presentando tenían como objetivo mostrar que Ieshúa legítimamente pertenecía a la línea de David, y así manifestaba la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa.
Para Mt es importante el destacar que el número total de los nombres enumerados desde Abraham hasta Ieshúa abarca 3 veces 14 generaciones. Mt no se enfoca tanto en la distribución del número total en las tres secciones, sino al hecho de que el número de miembros dentro de cada sección es siempre el mismo. Mt, al reducirlas a tres grupos de catorce cada una, tenía un propósito particular al que subordinó estos problemas. El mismo dice explícitamente: son catorce generaciones de Abraham a David, y catorce de David a la Cautividad, y catorce de ésta al Mesías. Es evidente que la intención del escritor judío, completamente inmerso en la cultura de su pueblo, por medio de métodos meramente judíos, al listar las generaciones armadas en una estructura basada en el número catorce, era manifestar la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa, pues la cifra del nombre de David (דוד), tomada del valor de las letras según el uso hebreo, es catorce. Así el número 14 viene a ser, en acróstico, el nombre de David. Y tenía así una intención mesiánica, que terminaba en el Mesías, al que se llamaba, por antonomasia, el “Hijo de David.” Una vez más, al leer 14, 14, 14 se puede entender por métodos de estudio meramente judíos: David (דוד), David (דוד), David (דוד).
Además de esta luz, los judíos parecen haber tenido el hábito de marcar el acuerdo en el número de generaciones que se produjeron entre épocas sucesivas. El siguiente es un ejemplo de Pirqé Avot. "Desde Adám hasta Noé hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de Dios, porque todas estas generaciones le provocaron a ira, y se encendió su ira, hasta que trajo sobre ellos las aguas del Diluvio. De Noé a Abraham hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de él, porque todas estas generaciones le enojaron, y continuaron, hasta que llegó Abraham y recibió la recompensa de todas ellas". (Pirqé Avot 5.2).
Mt, no sólo siendo judío, sino componiendo el Evangelio, con una referencia más inmediata a sus propios compatriotas, atrae su atención, por este modo judío de ajustar generaciones, con el nacimiento de Ieshúa, dando el clímax a las épocas más memorables en la existencia del pueblo. En Abraham la nación recibió su origen, en David anuncio, catorce generaciones después, la nación alcanzó su nivel más alto de prosperidad, catorce generaciones después, en la cautividad a Babilonia la nación se hundió por sus pecados hasta lo más profundo, y otras catorce generaciones, Ieshúa: “quien salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1.21) nace en Belén.
Pero surge una duda, hay solamente trece generaciones en la última división, o cuarenta y uno, en lugar de cuarenta y dos en el total de las generaciones (14+14+14 = 42). ¿Por qué?
Lo más probable es que Mt, presenta la genealogía de Ieshúa tal y como aparecía en los registros públicos,[4] encontrando, en todo lo que él pudo haber encontrado, que de las generaciones registradas de la genealogía de Ieshúa había tres clases claramente marcadas de catorce miembros cada una.
Pero, la respuesta a la pregunta se encuentra al investigar sobre el siguiente versículo:
| Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. (Mt 1.11-12)
Hay tres problemas considerables en este verso:
Pero todas estas dificultades desaparecen, al adoptar la lectura encontrada en varios manuscritos, que dice: Ιωσιας δε εγεννησε τον Ιωακειμ· Ιωακειμ δε εγεννησε τον Ιεχονιαν. Esto es: "Y Josías engendró a Joacím, y Joacím engendró a Jeconías". Para esta lectura, véase las autoridades en Griesbach. Para esta lectura, véase también el códice sd de Stephens (120 de los evangelios de Griesbach), Colinaei N.T. 1534, otros nueve manuscritos citados por Scholz. La misma clausula se halla en otros veinticinco manuscritos, incluyendo a varios de antigüedad respetable. Y también aparece en el margen del manuscrito siríaco Filoxeano (Philoxenian), y en el manuscrito arameo Jerusalén.
Este error de eliminar a Joacím de la genealogía quizás surgió porque Joacím en hebreo se escribe יְהוֹיָקִים (Iehoiaquim) y Jeconías se escribe יְהוֹיָכִין (Iehoiajín), y aunque en hebreo existe una diferencia de dos letras, la Septuaginta (la versión de los LXX), que es la versión griega de las Escrituras, traducida por 72 judíos, con frecuencia translitera estos dos nombres de la misma manera: ιωακειμ (Ioaquim; Jer 1.3, 22.18, 24.1, 25.1, 26.1, 21; Dan 1.1-2 con Jer 52.31). Y al transcribir Mt cap. 1 del hebreo al griego posiblemente fue cuando se produjo este error.
Ahora, Josías era el padre inmediato de Joacim (también llamado Eliaquim, véase 2Reyes 23:34) y sus hermanos, quienes eran Iojanán, Zedequías y Shalum (1 Cron. 3:15). Joacim era el padre de Jeconías, en el tiempo de la primera cautividad a Babilonia, porque podemos contar tres cautiverios a Babilonia. El primero sucedió en el cuarto año de Joacim, hijo de Josías. En este año, Nabucodonosor, habiendo tomado Jerusalén, llevó un gran número de cautivos a Babilonia. La segunda cautividad sucedió bajo Jeconías, el hijo de Joacim; quien, habiendo reinado durante tres meses, fue tomado como prisionero, y fue llevado a Babilonia, con un gran número de la nobleza judía. La tercera cautividad tomó lugar bajo Zedequías. Y de esta manera, Calmet comenta, que Mt. 1:11 debería de leerse: "Josías engendró a Joacim y a sus hermanos, y Joacim engendró a Jeconías en el tiempo de la deportación a Babilonia, y Jeconías engendró a Salatiel, después de la deportación a Babilonia".
De esta manera, con la adición necesaria de Joacim, los tres grupos de la genealogía de Ieshúa contienen cada uno catorce generaciones.
Ieshúa era heredero al trono para ser rey del pueblo de Israel, ya que él era el hijo de David, y sabiendo esto algunos judíos confesaron que Ieshúa de Nazaret estaba קרוב למלכות, "conectado con la realeza",[2] y tal confesión no hubiera sido hecha si ellos no hubieran reconocido que Ieshúa era descendiente del rey David.
Debido a que claramente estaba profetizado que el Mesías tenía que ser de la casa de David,[3] cualquiera que declarara ser él el Mesías y el heredero al trono de David, por razones obvias, tenía que pertenecer a esta línea, por eso Mt dice de Ieshúa: "Hijo de David, hijo de Abraham". A ambos fue hecha la promesa de que de ellos había de nacer el Mesías: a Abraham en el libro de Gn: "Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra" (Gn 22.18); a David en el Salmo: "Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono" (Sal 132.11). Por eso Mt llama al Mesías hijo de ambos, para demostrar que las promesas hechas a ambos se habían cumplido en Ieshúa, sin embargo, Mt antepone el nombre de David al de Abraham porque la lista de generaciones que él estaba presentando tenían como objetivo mostrar que Ieshúa legítimamente pertenecía a la línea de David, y así manifestaba la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa.
Para Mt es importante el destacar que el número total de los nombres enumerados desde Abraham hasta Ieshúa abarca 3 veces 14 generaciones. Mt no se enfoca tanto en la distribución del número total en las tres secciones, sino al hecho de que el número de miembros dentro de cada sección es siempre el mismo. Mt, al reducirlas a tres grupos de catorce cada una, tenía un propósito particular al que subordinó estos problemas. El mismo dice explícitamente: son catorce generaciones de Abraham a David, y catorce de David a la Cautividad, y catorce de ésta al Mesías. Es evidente que la intención del escritor judío, completamente inmerso en la cultura de su pueblo, por medio de métodos meramente judíos, al listar las generaciones armadas en una estructura basada en el número catorce, era manifestar la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa, pues la cifra del nombre de David (דוד), tomada del valor de las letras según el uso hebreo, es catorce. Así el número 14 viene a ser, en acróstico, el nombre de David. Y tenía así una intención mesiánica, que terminaba en el Mesías, al que se llamaba, por antonomasia, el “Hijo de David.” Una vez más, al leer 14, 14, 14 se puede entender por métodos de estudio meramente judíos: David (דוד), David (דוד), David (דוד).
Además de esta luz, los judíos parecen haber tenido el hábito de marcar el acuerdo en el número de generaciones que se produjeron entre épocas sucesivas. El siguiente es un ejemplo de Pirqé Avot. "Desde Adám hasta Noé hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de Dios, porque todas estas generaciones le provocaron a ira, y se encendió su ira, hasta que trajo sobre ellos las aguas del Diluvio. De Noé a Abraham hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de él, porque todas estas generaciones le enojaron, y continuaron, hasta que llegó Abraham y recibió la recompensa de todas ellas". (Pirqé Avot 5.2).
Mt, no sólo siendo judío, sino componiendo el Evangelio, con una referencia más inmediata a sus propios compatriotas, atrae su atención, por este modo judío de ajustar generaciones, con el nacimiento de Ieshúa, dando el clímax a las épocas más memorables en la existencia del pueblo. En Abraham la nación recibió su origen, en David anuncio, catorce generaciones después, la nación alcanzó su nivel más alto de prosperidad, catorce generaciones después, en la cautividad a Babilonia la nación se hundió por sus pecados hasta lo más profundo, y otras catorce generaciones, Ieshúa: “quien salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1.21) nace en Belén.
Pero surge una duda, hay solamente trece generaciones en la última división, o cuarenta y uno, en lugar de cuarenta y dos en el total de las generaciones (14+14+14 = 42). ¿Por qué?
Lo más probable es que Mt, presenta la genealogía de Ieshúa tal y como aparecía en los registros públicos,[4] encontrando, en todo lo que él pudo haber encontrado, que de las generaciones registradas de la genealogía de Ieshúa había tres clases claramente marcadas de catorce miembros cada una.
Pero, la respuesta a la pregunta se encuentra al investigar sobre el siguiente versículo:
| Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. (Mt 1.11-12)
Hay tres problemas considerables en este verso:
- Josías no fue el padre de Jeconías; él realmente fue el abuelo de Jeconías (1Cro 3.14-16).
- Jeconías no tuvo hermanos, al menos, no hay registros.
- Josías murió 20 años antes de la cautividad a Babilonia, y por lo tanto Jeconías y sus hermanos no pudieron haber sido engendrados por él en el tiempo que estaban siendo llevados a Babilonia.
Pero todas estas dificultades desaparecen, al adoptar la lectura encontrada en varios manuscritos, que dice: Ιωσιας δε εγεννησε τον Ιωακειμ· Ιωακειμ δε εγεννησε τον Ιεχονιαν. Esto es: "Y Josías engendró a Joacím, y Joacím engendró a Jeconías". Para esta lectura, véase las autoridades en Griesbach. Para esta lectura, véase también el códice sd de Stephens (120 de los evangelios de Griesbach), Colinaei N.T. 1534, otros nueve manuscritos citados por Scholz. La misma clausula se halla en otros veinticinco manuscritos, incluyendo a varios de antigüedad respetable. Y también aparece en el margen del manuscrito siríaco Filoxeano (Philoxenian), y en el manuscrito arameo Jerusalén.
Este error de eliminar a Joacím de la genealogía quizás surgió porque Joacím en hebreo se escribe יְהוֹיָקִים (Iehoiaquim) y Jeconías se escribe יְהוֹיָכִין (Iehoiajín), y aunque en hebreo existe una diferencia de dos letras, la Septuaginta (la versión de los LXX), que es la versión griega de las Escrituras, traducida por 72 judíos, con frecuencia translitera estos dos nombres de la misma manera: ιωακειμ (Ioaquim; Jer 1.3, 22.18, 24.1, 25.1, 26.1, 21; Dan 1.1-2 con Jer 52.31). Y al transcribir Mt cap. 1 del hebreo al griego posiblemente fue cuando se produjo este error.
Ahora, Josías era el padre inmediato de Joacim (también llamado Eliaquim, véase 2Reyes 23:34) y sus hermanos, quienes eran Iojanán, Zedequías y Shalum (1 Cron. 3:15). Joacim era el padre de Jeconías, en el tiempo de la primera cautividad a Babilonia, porque podemos contar tres cautiverios a Babilonia. El primero sucedió en el cuarto año de Joacim, hijo de Josías. En este año, Nabucodonosor, habiendo tomado Jerusalén, llevó un gran número de cautivos a Babilonia. La segunda cautividad sucedió bajo Jeconías, el hijo de Joacim; quien, habiendo reinado durante tres meses, fue tomado como prisionero, y fue llevado a Babilonia, con un gran número de la nobleza judía. La tercera cautividad tomó lugar bajo Zedequías. Y de esta manera, Calmet comenta, que Mt. 1:11 debería de leerse: "Josías engendró a Joacim y a sus hermanos, y Joacim engendró a Jeconías en el tiempo de la deportación a Babilonia, y Jeconías engendró a Salatiel, después de la deportación a Babilonia".
De esta manera, con la adición necesaria de Joacim, los tres grupos de la genealogía de Ieshúa contienen cada uno catorce generaciones.
1 Abraham |
1 Salomón |
1 Jeconías |
2 Isaac |
2 Roboam |
2 Salatiel |
3 Jacob |
3 Abías |
3 Zorobabel |
4 Judá |
4 Asa |
4 Abiud |
5 Fares |
5 Josafat |
5 Eliaquim |
6 Esrom |
6 Joram |
6 Azor |
7 Aram |
7 Uzias |
7 Sadoc |
8 Aminadab |
8 Jotam |
8 Aquim |
9 Naasón |
9 Acaz |
9 Eliud |
10 Salmón |
10 Ezequías |
10 Eleazar |
11 Booz |
11 Manasés |
11 Matán |
12 Obed |
12 Amón |
12 Jacob |
13 Isaí |
13 Josías |
13 José |
14 David |
14 Joacim |
14 Ieshúa |
[1] e.g., Talmud Bavli, Séder Nezikin, Tratado Sanedrin, Cap. 11, Folio 97a.
[2] Talmud Bavli, Sanedrín, fol. 43.1.
[3] 2 Samuel 7; 23.5, cp. Salmo 89; Isaías 9.1–7; 11.1–9; Jeremías 23.5; 33.15; Ezequiel 34.23–24; 37.24; Oseas 3.5; Salmo 110.1–4; 132.11; Ben Sira 47.11; 1 Macabeos 2.57; Mateo 22.42; Marcos 12.35; Juan 7.42.
[4] El historiador judío Flavio Josefo, en su autobiografía, afirma que él (Josefo) da su ascendencia como la encontró en los registros públicos, (La Vida de Josefo 1).
[2] Talmud Bavli, Sanedrín, fol. 43.1.
[3] 2 Samuel 7; 23.5, cp. Salmo 89; Isaías 9.1–7; 11.1–9; Jeremías 23.5; 33.15; Ezequiel 34.23–24; 37.24; Oseas 3.5; Salmo 110.1–4; 132.11; Ben Sira 47.11; 1 Macabeos 2.57; Mateo 22.42; Marcos 12.35; Juan 7.42.
[4] El historiador judío Flavio Josefo, en su autobiografía, afirma que él (Josefo) da su ascendencia como la encontró en los registros públicos, (La Vida de Josefo 1).
18 La concepción de Ieshúa el Ungido fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo.
Comentario
Al regreso de su visita a Isabel, María “volvió a su casa,” la de sus padres, familiares, o la de su esposo. Depende de si habían celebrado las bodas o sólo los desposorios.
Se plantea a este propósito un problema clásico: Cuando se descubre la concepción virginal milagrosa de Ieshúa, ¿María estaba sólo “desposada” con José o era ya su verdadera “esposa”? ¿Qué valor tienen las expresiones que se usan aquí para narrar esto?
Tres términos entran aquí en juego: son los siguientes:
Mt señala que Mariá estaba desposada antes que conviviesen, es decir, antes que cohabitaran juntos como hombre y mujer, antes de que él la llevara a su casa y cámara. Los desposorios eran antes de que se unieran. Era habitual que los judíos primero se desposaran o se comprometieran, y luego se casaran, o más bien consumieran el matrimonio, llevando a la mujer a la casa de su esposo, entre los cuales había un espacio de tiempo. Maimónides[1] da la explicación y la forma de compromiso en las siguientes palabras:
"Antes de que se diera la Torá, si un hombre conocía a una mujer en la calle, si podía, podría tomarla, llevarla a su casa y casarse con ella en un asunto entre él y ella, y ella se convertiría en su esposa. Pero cuando se entregó la Torá, se le ordenó a los israelitas que, si un hombre tomaba a una mujer, tenía que tomarla delante de testigos, y después de eso ella podía convertirse en su esposa, de acuerdo con Dt 22.13, y este acto es un mandato positivo de la Torá, y se llaman או אירוסין קידושין "desposorios" en cada lugar; y una mujer que se obtiene de esta manera se llama או מאורסת מקודשת "desposada"; y cuando se obtiene una mujer, y se convierte en מקודשת "desposada ", aunque todavía no está נבעלה casada, ni ha entrado en la casa de su esposo, aún así, ya es la esposa de un hombre". (Maimónides, Hiljot. Ishot. c. 1. sec. 1, 2, 3)
Y tal distinción entre una mujer casada y una virgen desposada, era el caso de María, como puede observarse en Dt 22.22, además, fue hallada embarazada "antes de que se unieran"; lo cual es probable, como observa el Dr. Lightfoot (z), aproximadamente tres meses después de su concepción, cuando fue devuelta por su prima Elizabet.
Es probable que tan pronto como fue desposada con José, o poco después, fue y visitó a Elizabet, con quien se quedó unos tres meses, y luego regresó a casa (Lc 1.56). A su regreso a casa, es hallada embarazada, con lo que pasaron un total de tres meses, el tiempo adecuado para poder descubrir en aquel entonces tal asunto (véase Gn 38.24) y es el tiempo asignado por los judíos para este propósito. En la Mishná (a) se presenta un caso:
"Dos hombres que se comprometieron con dos mujeres, "y en el momento de su entrada en la cámara nupcial, las dos mujeres [sin darse cuenta] fueron intercambiadas:" he aquí, estos hombres son responsables de tener relaciones sexuales con una mujer casada [a saber, el prometido del otro]...Deberán ser apartadas [de sus maridos] durante tres meses, quizás han quedado encinta."
Así, pues, antes de que José llevase a María a su casa - el matrimonio se solía celebrar al año siguiente del desposorio 16 -, antes de que conviviesen, en cuyo acto consistía el acto jurídico matrimonial (nisuín), se halló que María había concebido “por obra del Espíritu Santo,” expresión que evoca el A.T. y donde se indica la acción “ad extra” de Dios. Expresión “post factum”; acaso pudiese aludir “por apropiación” al E. S. persona.
Este hecho produjo un desconcierto en José, pues su “desposorio” era ya un cuasi contrato formal de matrimonio. ¿Qué hacer?
Se plantea a este propósito un problema clásico: Cuando se descubre la concepción virginal milagrosa de Ieshúa, ¿María estaba sólo “desposada” con José o era ya su verdadera “esposa”? ¿Qué valor tienen las expresiones que se usan aquí para narrar esto?
Tres términos entran aquí en juego: son los siguientes:
Mt señala que Mariá estaba desposada antes que conviviesen, es decir, antes que cohabitaran juntos como hombre y mujer, antes de que él la llevara a su casa y cámara. Los desposorios eran antes de que se unieran. Era habitual que los judíos primero se desposaran o se comprometieran, y luego se casaran, o más bien consumieran el matrimonio, llevando a la mujer a la casa de su esposo, entre los cuales había un espacio de tiempo. Maimónides[1] da la explicación y la forma de compromiso en las siguientes palabras:
"Antes de que se diera la Torá, si un hombre conocía a una mujer en la calle, si podía, podría tomarla, llevarla a su casa y casarse con ella en un asunto entre él y ella, y ella se convertiría en su esposa. Pero cuando se entregó la Torá, se le ordenó a los israelitas que, si un hombre tomaba a una mujer, tenía que tomarla delante de testigos, y después de eso ella podía convertirse en su esposa, de acuerdo con Dt 22.13, y este acto es un mandato positivo de la Torá, y se llaman או אירוסין קידושין "desposorios" en cada lugar; y una mujer que se obtiene de esta manera se llama או מאורסת מקודשת "desposada"; y cuando se obtiene una mujer, y se convierte en מקודשת "desposada ", aunque todavía no está נבעלה casada, ni ha entrado en la casa de su esposo, aún así, ya es la esposa de un hombre". (Maimónides, Hiljot. Ishot. c. 1. sec. 1, 2, 3)
Y tal distinción entre una mujer casada y una virgen desposada, era el caso de María, como puede observarse en Dt 22.22, además, fue hallada embarazada "antes de que se unieran"; lo cual es probable, como observa el Dr. Lightfoot (z), aproximadamente tres meses después de su concepción, cuando fue devuelta por su prima Elizabet.
Es probable que tan pronto como fue desposada con José, o poco después, fue y visitó a Elizabet, con quien se quedó unos tres meses, y luego regresó a casa (Lc 1.56). A su regreso a casa, es hallada embarazada, con lo que pasaron un total de tres meses, el tiempo adecuado para poder descubrir en aquel entonces tal asunto (véase Gn 38.24) y es el tiempo asignado por los judíos para este propósito. En la Mishná (a) se presenta un caso:
"Dos hombres que se comprometieron con dos mujeres, "y en el momento de su entrada en la cámara nupcial, las dos mujeres [sin darse cuenta] fueron intercambiadas:" he aquí, estos hombres son responsables de tener relaciones sexuales con una mujer casada [a saber, el prometido del otro]...Deberán ser apartadas [de sus maridos] durante tres meses, quizás han quedado encinta."
Así, pues, antes de que José llevase a María a su casa - el matrimonio se solía celebrar al año siguiente del desposorio 16 -, antes de que conviviesen, en cuyo acto consistía el acto jurídico matrimonial (nisuín), se halló que María había concebido “por obra del Espíritu Santo,” expresión que evoca el A.T. y donde se indica la acción “ad extra” de Dios. Expresión “post factum”; acaso pudiese aludir “por apropiación” al E. S. persona.
Este hecho produjo un desconcierto en José, pues su “desposorio” era ya un cuasi contrato formal de matrimonio. ¿Qué hacer?
[1] Hiljot. Ishot. c. 1. sec. 1, 2, 3.
[2] Mishná, Ievamot, c. 3.10
[3] Zakut, sección uno (מאמר ראשון), pg. 4, col. 1: אברהם אבינו ראש היחס.
[2] Mishná, Ievamot, c. 3.10
[3] Zakut, sección uno (מאמר ראשון), pg. 4, col. 1: אברהם אבינו ראש היחס.