1 Genealogía de Ieshúa el Ungido; hijo de David, hijo de Abraham. 2 Abraham engendró a Isac, Isac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; 3 Judá engendró a Fares y a Zara de Tamar; Fares engendró a Esrom, Esrom a Aram; 4 Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, 5 Salmón a Booz de Rahab; Booz engendró a Obed de Rut, Obed engendró a Jesé, 6 Jesé engendró al rey David, David a Salomón de la mujer de Urías; 7 Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asa, 8 Asa a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, 9 Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, 10 Ezequías a Manases, Manases a Amón, Amón a Josías, 11 Josías a Jeconías y a sus hermanos en la época de la cautividad de Babilonia. 12 Después de la cautividad de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, 13 Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliacim, Eliacim a Azor, 14 Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, 15 Eliud a Eleazar, Eleazar a Matan, Matan a Jacob, 16 y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Ieshúa, llamado Mashíaj (Ungido).
Comentario
[6]1-17: La Genealogía. Los judíos dan valor importante a las genealogías. La expresión "estas son las generaciones de Ieshúa el Mesías" pertenece al hebreo: Séfer Toldót Ieshúa haMashíaj “El libro de las Crónicas de Ieshúa el Mesías”: Este es el título original de este Evangelio, y significa, no solo el relato de la genealogía de Ieshúa, sino la historia detallada en el Evangelio. Mt utiliza una alusión a Gn 5:1 (véase también Gn 37:2, . Nm 3:1, Gn 2:4) con la genealogía del primer hombre: Adám. Josefo recuerda el esmero de los judíos en conservar «por escrito» las listas genealógicas de los sumos sacerdotes desde «dos mil años», con «sus nombres y los de sus padres».[1] Según Julio Africano (170-240 d. C),[2] el rey Herodes hizo quemar todas las listas genealógicas de los judíos, para que ninguno se pudiese gloriar de su origen. Pero dice aquí mismo que algunos burlaron esta disposición, sea transmitiéndolas de memoria o salvando estas listas; y entre éstos cita a los «parientes» de Ieshúa.[3] Mesías, del hebreo “ungido”; Griego “Cristos” (véase Dan 9:25,26 LXX; 11QMelch 2.9–13). En consideración del arameo Meshija (אחָמְשִׁי) o del hebreo Mashíaj (מָּשִׁיחַ), ha sido señalado por Franz Delitzsch,[4] con la visión de explicar su uso dentro de los escritos de los primeros discípulos (“Nuevo Testamento”) sin el uso del artículo, que algunas veces los rabinos también hacen uso del término Mashíaj (מָּשִׁיחַ) sin el artículo, como si fuera un nombre propio. Ésta, de hecho, es la práctica usual en el Talmud Bavli, cuando Mashíaj (מָּשִׁיחַ) no está subordinado por la sintaxis a cualquier otra palabra. Para ejemplos donde Mashíaj (מָּשִׁיחַ) sin el artículo ‘el’ (חַ), es usado regularmente para referirse a el Mashíaj (הַמָּשִׁיחַ), véase, Sifre Devarim 1,1 § 1 (65a); Pesiqta 149a (dos veces); Midrash Tehilim 43 § 1 (134a); 29 § 2 (116b); Bamidbar Rabá 13 (170a, tres veces); 14 (172b); Tanjuma קרת 120b; Midrash Mishlei 19 § 21 (44a); Agada Bereshit 63 (44b, dos veces); Tanjuma תולדות 35a; Midrash Tehilim 18 § 5 (69a); Séder Eliyahu Rabá 18 (98); Suca 52b; Sanedrin 93b, 96b, 97a, 98a 99a. Para el arameo Meshiaj (מְשִׁיחַ) véase, Eruvin 43b; Yoma 19b; Baba Metzia 85b; Avoda Zara 2b; Sanedrin 93b, 96b, 98a, 99a; véase también מְשִׁיחַ שׁני, “los años del Meshíaj” en el Talmud Bavli, Sanedrin 98b, y מְשִׁיח דִּ חבליה, “el sufrimiento del Meshíaj” en el Talmud Bavli, Ketuvot 111a. También se acostumbra decir: דָּוִד-בֶּן מָּשִׁיחַ, “Mashíaj hijo de David,” véase Talmud Bavli, Suca 52a; en arameo, דָּוִדַ בַּר מְשִׁיח, “Meshíaj bar David”, esto es, “Meshíaj hijo de David”, véase, Targúm Shir Hashirim 4:5 y 7:4; véase también חבלו שלמשׁיח, “el sufrimiento del Mashíaj” en el Talmud Bavli, Shabát 118a, para שלמשׁיח שׁמו, “el nombre del Mashíaj”, véase el Talmud Bavli, Pesajim 5a; Bereshit Rabá 1; véase también Bereshit Rabá 2 para משׁיח של רוּחַ, “el espíritu del Mashíaj”, y también Mejilta ed. Fr. 56b, para משׁיח של דודו, “la generación del Mashíaj”. Para ejemplos de Meshija (משִׁיחָא) véase el Talmud Bavli, Eruvin 43b; Sanedrin 51b; Julin 63a; para משִׁיחָא עַבְדִּֽי, “mi siervo el Meshija”, véase, el Targúm de Isaías 42:1,43:10, 52:13, Zacarías 3:8; para דישׂראל משׁיחא , “el Meshija de Israel”, véase, el Targúm de Isaías 16:1-5, el Targúm de Miqueas 4:8, para משׁיחהון “el Meshija de ellos”, véase el Targúm de Isaías 53:11, el Targúm de Jeremías 30:21 & el Targúm de Oséas 14:8, para דָּוִד בַּר משִׁיחָא, “Meshija hijo de David”, véase el Targúm de Oséas 3:5. Véase también el Targúm de Jeremías 23:5 & 33:15, para דצדקא משׁיח, “el Meshíaj de Justicia”. Para Ha-Mashíaj (הַמָּשִׁיחַ, el Mashíaj), véase el Talmud Bavli, Nida 13b. En las obras escritas de Palestina הַמָּשִׁיחַ (Ha-Mashíaj; el Ungido), supera, el término respectivo Meshija (משִׁיחָא). Los Targumim (pl. de Targúm) más antiguos siempre tienen escrito la forma definida Meshija (אחָמְשִׁי), véase Onquelos en Génesis 49:10 & en Números 24:17; el Targúm de 1 Samuel 2:10, de 2 Samuel 23:3, de 1 Reyes 4:43, de Isaías 9:6, 10:27, 11:1-6, 14:29, de Jeremías 33:13, de Miqueas 5:2, & de Zacarías 6:12. En la literatura rabínica, Mashíaj (מָּשִׁיחַ) es el título del Rey que traerá la redención esperada por el pueblo de Israel. Regularmente הַמָּשִׁיחַ (hamashiáj, el ungido) se dice en conexión con הַמָּשִׁיחַ יְמֹות (Yemot Ha-Mashíaj, Los días del Mashíaj), es decir, la era mesiánica, y en esta frase siempre se incluye el artículo ‘el’ (חַ), véase, Talmud Bavli, Sanedrin 97a, 99a; Talmud Yerushalmi, Kilaim 32c. En los Targumim (pl. de Targúm), en el Midrash y el Talmud de Palestina, el término que predomina para referirse al Mashíaj es הַמָּשִׁיחַ מֶֽלֶכְ (mélej ha-mashíaj), en arameo משִׁיחָא מַלְכָּא, que equivale a, "el Rey, el Mashíaj", o "el Mashíaj rey", esto no debe de traducirse como "el Rey Mashíaj" porque Meshiaj (מְשִׁיחַ) y Ha-Mashíaj (הַמָּשִׁיחַ, el Mashíaj) no se están usando como un nombre propio. En el arameo judío, los títulos regularmente son puestos seguidos del nombre propio.[5] Para traducirlo "el Rey Mashíaj" debería de escribirse מַלְכָּא מְשִׁיחַ. Ejemplos para la forma aramea véase, Targúm Yerushalmi, tratado Berajot 5ª y tratado Taanit 68; Targúm Yerushalmi Bereshit 3:15, 49:8-9, Targum Shir Hashirim 1:8, 7:14, 8:1; y para la forma hebrea, Bereshit Rabá 1,98, Shemot Rabá 1.[6] Un título poco común, en el cual Mashíaj (מָּשִׁיחַ) es similarmente usado como nombre propio, es צִדְקֵנוּ מָּשִׁיחַ “Mashíaj Tzidquenu”, esto es, “Mashíaj Justicia nuestra”. Por este nombre el pueblo de Israel se refiere al Mashíaj, véase Pesiqta Rabati 162b, 163a, 164a. De una forma similar, Hashem le llama צדקי משׁיח, “Mi Meshíaj justo”, véase Pesiqta Rabati 161b, 162a, 163a. En el pueblo de Israel también se refieren al Mashíaj como הַצַּדִּיק מָּשִׁיחַ “Mashíaj hatzadiq”, “Mashíaj, el Justo”, véase Agada para Shir Hashirim 4:11. Los varones dirigiéndose a Hashem en oración declaran, צדקך משׁיח, “Tu justo Meshíaj”, véase Séder Rav Amram i. 9a. La designación es prestada de צֶמַח צְדָקָה, “Renuevo de Justicia” (Jeremías 33:15), donde el Targúm tiene דצדקא משׁיח, “el Meshíaj de Justicia”, y también es prestado del nombre יְהוָה צִדְקֵנוּ, “Hashem justicia nuestra”, (Je 23:6): “¿Cuál es el nombre del Rey, el Mashíaj? R. Aba bar Kajana respondió, “Su nombre es צִדְקֵנוּ הי, “Hashem justicia nuestra” (Midrash Eija Rabá, 1.16.51; Pesiqta de Kajana 22:5a). Hijo de David, o el hebreo דוד בן (ben David), es un sobrenombre común del Mesías. (B. San. 11, fol. 97a.). La creencia tradicional judía sostiene que el Mesías descenderá del Rey David (Sal 132:11; Isa 11.1; Jer 23.5; b. Suc. 52a; b. San. 97a). Fuentes en el Talmud registran que Ieshúa de Nazaret estaba genealógicamente למלכות קרוב "vinculado con la realeza" (B. San. fol. 43.1). Mt antepone el nombre de David al de Abraham porque la lista de generaciones que él estaba presentando tenían como objetivo mostrar que Ieshúa legítimamente pertenecía a la línea de David, y así manifestaba la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa. El patriarca Abraham es también nombrado al inicio de esta genealogía seguido del nombre de David, porque los judíos se refieren de él como la raíz (שורש), fundamento (עיקר) y cabeza (ראש) de la genealogía del pueblo judío (Saba, פרשת ויצא, pg. ל, col. 1: אברהם שהיה ראש היחס; también, פרשת נצבים, pg. קנ, col. 4: אברהם שהוא היה שורש ועיקר היחס; Zakut, sección uno (מאמר ראשון), pg. 4, col. 1: אברהם אבינו ראש היחס). Es evidente que la intención del escritor judío, por medio de métodos meramente judíos, al listar las generaciones armadas en una estructura basada en el número catorce, era manifestar la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa, pues la cifra del nombre de David (דוד), tomada del valor de las letras según el uso hebreo, es catorce. Así el número 14 viene a ser, en acróstico, el nombre de David. Y tenía así una intención mesiánica, que terminaba en el Mesías, al que se llamaba, por antonomasia, el “Hijo de David.” De manera que leer 14, 14, 14 sería como leer en hebreo David (דוד), David (דוד), David (דוד).
[1] Contra Ap. I 7.
[2] «Herodes, sabiendo que el linaje de los israelitas no le aportaba nada, y acuciado por la conciencia de su innoble nacimiento, quemó los registros de las familias. Esto lo hizo, pensando que aparecería como de noble cuna, si nadie podía remontar su ascendencia por el registro público a los patriarcas o prosélitos, y a esa raza mixta llamada extranjeros.» (Epist. ad Arist 5).
[3] Epist. ad Arist.: Mg 20,96ss: «Unos pocos estudiosos, que tienen registros privados propios, ya sea recordando los nombres, o bien obteniéndolos de alguna otra manera de los archivos, se enorgullecen de preservar la memoria de su noble descendencia; y entre ellos se encuentran los ya mencionados parientes por su relación con la familia del Salvador.»
[4] Theol. Litbl. 1889, No. 45.
[5] Dalman, Words of Jesus pg. 293
[6] Dalman, Words of Jesus pg. 293
[2] «Herodes, sabiendo que el linaje de los israelitas no le aportaba nada, y acuciado por la conciencia de su innoble nacimiento, quemó los registros de las familias. Esto lo hizo, pensando que aparecería como de noble cuna, si nadie podía remontar su ascendencia por el registro público a los patriarcas o prosélitos, y a esa raza mixta llamada extranjeros.» (Epist. ad Arist 5).
[3] Epist. ad Arist.: Mg 20,96ss: «Unos pocos estudiosos, que tienen registros privados propios, ya sea recordando los nombres, o bien obteniéndolos de alguna otra manera de los archivos, se enorgullecen de preservar la memoria de su noble descendencia; y entre ellos se encuentran los ya mencionados parientes por su relación con la familia del Salvador.»
[4] Theol. Litbl. 1889, No. 45.
[5] Dalman, Words of Jesus pg. 293
[6] Dalman, Words of Jesus pg. 293
17 Son, pues, catorce las generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la cautividad de Babilonia y catorce desde la cautividad de Babilonia hasta Mashíaj (El Ungido).
Comentario
Mt comienza su evangelio diciendo: "El Libro de la genealogía de Ieshúa el Ungido, hijo de David, hijo de Avraham." "Hijo de David", o el hebreo בן דוד (ben David), es un sobrenombre común del Mesías.[1] Se deriva de la promesa de Dios a David (Salmo 132.11), "El Eterno juró verdad a David, no se retraerá. Del fruto de tu vientre, pondré sobre tu trono."
Ieshúa era heredero al trono para ser rey del pueblo de Israel, ya que él era el hijo de David, y sabiendo esto algunos judíos confesaron que Ieshúa de Nazaret estaba קרוב למלכות, "conectado con la realeza",[2] y tal confesión no hubiera sido hecha si ellos no hubieran reconocido que Ieshúa era descendiente del rey David.
Debido a que claramente estaba profetizado que el Mesías tenía que ser de la casa de David,[3] cualquiera que declarara ser él el Mesías y el heredero al trono de David, por razones obvias, tenía que pertenecer a esta línea, por eso Mt dice de Ieshúa: "Hijo de David, hijo de Abraham". A ambos fue hecha la promesa de que de ellos había de nacer el Mesías: a Abraham en el libro de Gn: "Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra" (Gn 22.18); a David en el Salmo: "Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono" (Sal 132.11). Por eso Mt llama al Mesías hijo de ambos, para demostrar que las promesas hechas a ambos se habían cumplido en Ieshúa, sin embargo, Mt antepone el nombre de David al de Abraham porque la lista de generaciones que él estaba presentando tenían como objetivo mostrar que Ieshúa legítimamente pertenecía a la línea de David, y así manifestaba la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa.
Para Mt es importante el destacar que el número total de los nombres enumerados desde Abraham hasta Ieshúa abarca 3 veces 14 generaciones. Mt no se enfoca tanto en la distribución del número total en las tres secciones, sino al hecho de que el número de miembros dentro de cada sección es siempre el mismo. Mt, al reducirlas a tres grupos de catorce cada una, tenía un propósito particular al que subordinó estos problemas. El mismo dice explícitamente: son catorce generaciones de Abraham a David, y catorce de David a la Cautividad, y catorce de ésta al Mesías. Es evidente que la intención del escritor judío, completamente inmerso en la cultura de su pueblo, por medio de métodos meramente judíos, al listar las generaciones armadas en una estructura basada en el número catorce, era manifestar la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa, pues la cifra del nombre de David (דוד), tomada del valor de las letras según el uso hebreo, es catorce. Así el número 14 viene a ser, en acróstico, el nombre de David. Y tenía así una intención mesiánica, que terminaba en el Mesías, al que se llamaba, por antonomasia, el “Hijo de David.” Una vez más, al leer 14, 14, 14 se puede entender por métodos de estudio meramente judíos: David (דוד), David (דוד), David (דוד).
Además de esta luz, los judíos parecen haber tenido el hábito de marcar el acuerdo en el número de generaciones que se produjeron entre épocas sucesivas. El siguiente es un ejemplo de Pirqé Avot. "Desde Adám hasta Noé hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de Dios, porque todas estas generaciones le provocaron a ira, y se encendió su ira, hasta que trajo sobre ellos las aguas del Diluvio. De Noé a Abraham hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de él, porque todas estas generaciones le enojaron, y continuaron, hasta que llegó Abraham y recibió la recompensa de todas ellas". (Pirqé Avot 5.2).
Mt, no sólo siendo judío, sino componiendo el Evangelio, con una referencia más inmediata a sus propios compatriotas, atrae su atención, por este modo judío de ajustar generaciones, con el nacimiento de Ieshúa, dando el clímax a las épocas más memorables en la existencia del pueblo. En Abraham la nación recibió su origen, en David anuncio, catorce generaciones después, la nación alcanzó su nivel más alto de prosperidad, catorce generaciones después, en la cautividad a Babilonia la nación se hundió por sus pecados hasta lo más profundo, y otras catorce generaciones, Ieshúa: “quien salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1.21) nace en Belén.
Pero surge una duda, hay solamente trece generaciones en la última división, o cuarenta y uno, en lugar de cuarenta y dos en el total de las generaciones (14+14+14 = 42). ¿Por qué?
Lo más probable es que Mt, presenta la genealogía de Ieshúa tal y como aparecía en los registros públicos,[4] encontrando, en todo lo que él pudo haber encontrado, que de las generaciones registradas de la genealogía de Ieshúa había tres clases claramente marcadas de catorce miembros cada una.
Pero, la respuesta a la pregunta se encuentra al investigar sobre el siguiente versículo:
| Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. (Mt 1.11-12)
Hay tres problemas considerables en este verso:
Pero todas estas dificultades desaparecen, al adoptar la lectura encontrada en varios manuscritos, que dice: Ιωσιας δε εγεννησε τον Ιωακειμ· Ιωακειμ δε εγεννησε τον Ιεχονιαν. Esto es: "Y Josías engendró a Joacím, y Joacím engendró a Jeconías". Para esta lectura, véase las autoridades en Griesbach. Para esta lectura, véase también el códice sd de Stephens (120 de los evangelios de Griesbach), Colinaei N.T. 1534, otros nueve manuscritos citados por Scholz. La misma clausula se halla en otros veinticinco manuscritos, incluyendo a varios de antigüedad respetable. Y también aparece en el margen del manuscrito siríaco Filoxeano (Philoxenian), y en el manuscrito arameo Jerusalén.
Este error de eliminar a Joacím de la genealogía quizás surgió porque Joacím en hebreo se escribe יְהוֹיָקִים (Iehoiaquim) y Jeconías se escribe יְהוֹיָכִין (Iehoiajín), y aunque en hebreo existe una diferencia de dos letras, la Septuaginta (la versión de los LXX), que es la versión griega de las Escrituras, traducida por 72 judíos, con frecuencia translitera estos dos nombres de la misma manera: ιωακειμ (Ioaquim; Jer 1.3, 22.18, 24.1, 25.1, 26.1, 21; Dan 1.1-2 con Jer 52.31). Y al transcribir Mt cap. 1 del hebreo al griego posiblemente fue cuando se produjo este error.
Ahora, Josías era el padre inmediato de Joacim (también llamado Eliaquim, véase 2Reyes 23:34) y sus hermanos, quienes eran Iojanán, Zedequías y Shalum (1 Cron. 3:15). Joacim era el padre de Jeconías, en el tiempo de la primera cautividad a Babilonia, porque podemos contar tres cautiverios a Babilonia. El primero sucedió en el cuarto año de Joacim, hijo de Josías. En este año, Nabucodonosor, habiendo tomado Jerusalén, llevó un gran número de cautivos a Babilonia. La segunda cautividad sucedió bajo Jeconías, el hijo de Joacim; quien, habiendo reinado durante tres meses, fue tomado como prisionero, y fue llevado a Babilonia, con un gran número de la nobleza judía. La tercera cautividad tomó lugar bajo Zedequías. Y de esta manera, Calmet comenta, que Mt. 1:11 debería de leerse: "Josías engendró a Joacim y a sus hermanos, y Joacim engendró a Jeconías en el tiempo de la deportación a Babilonia, y Jeconías engendró a Salatiel, después de la deportación a Babilonia".
De esta manera, con la adición necesaria de Joacim, los tres grupos de la genealogía de Ieshúa contienen cada uno catorce generaciones.
Ieshúa era heredero al trono para ser rey del pueblo de Israel, ya que él era el hijo de David, y sabiendo esto algunos judíos confesaron que Ieshúa de Nazaret estaba קרוב למלכות, "conectado con la realeza",[2] y tal confesión no hubiera sido hecha si ellos no hubieran reconocido que Ieshúa era descendiente del rey David.
Debido a que claramente estaba profetizado que el Mesías tenía que ser de la casa de David,[3] cualquiera que declarara ser él el Mesías y el heredero al trono de David, por razones obvias, tenía que pertenecer a esta línea, por eso Mt dice de Ieshúa: "Hijo de David, hijo de Abraham". A ambos fue hecha la promesa de que de ellos había de nacer el Mesías: a Abraham en el libro de Gn: "Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra" (Gn 22.18); a David en el Salmo: "Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono" (Sal 132.11). Por eso Mt llama al Mesías hijo de ambos, para demostrar que las promesas hechas a ambos se habían cumplido en Ieshúa, sin embargo, Mt antepone el nombre de David al de Abraham porque la lista de generaciones que él estaba presentando tenían como objetivo mostrar que Ieshúa legítimamente pertenecía a la línea de David, y así manifestaba la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa.
Para Mt es importante el destacar que el número total de los nombres enumerados desde Abraham hasta Ieshúa abarca 3 veces 14 generaciones. Mt no se enfoca tanto en la distribución del número total en las tres secciones, sino al hecho de que el número de miembros dentro de cada sección es siempre el mismo. Mt, al reducirlas a tres grupos de catorce cada una, tenía un propósito particular al que subordinó estos problemas. El mismo dice explícitamente: son catorce generaciones de Abraham a David, y catorce de David a la Cautividad, y catorce de ésta al Mesías. Es evidente que la intención del escritor judío, completamente inmerso en la cultura de su pueblo, por medio de métodos meramente judíos, al listar las generaciones armadas en una estructura basada en el número catorce, era manifestar la correspondencia legal del trono de David en Ieshúa, pues la cifra del nombre de David (דוד), tomada del valor de las letras según el uso hebreo, es catorce. Así el número 14 viene a ser, en acróstico, el nombre de David. Y tenía así una intención mesiánica, que terminaba en el Mesías, al que se llamaba, por antonomasia, el “Hijo de David.” Una vez más, al leer 14, 14, 14 se puede entender por métodos de estudio meramente judíos: David (דוד), David (דוד), David (דוד).
Además de esta luz, los judíos parecen haber tenido el hábito de marcar el acuerdo en el número de generaciones que se produjeron entre épocas sucesivas. El siguiente es un ejemplo de Pirqé Avot. "Desde Adám hasta Noé hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de Dios, porque todas estas generaciones le provocaron a ira, y se encendió su ira, hasta que trajo sobre ellos las aguas del Diluvio. De Noé a Abraham hubo diez generaciones, para mostrar cuán grande es la longanimidad de él, porque todas estas generaciones le enojaron, y continuaron, hasta que llegó Abraham y recibió la recompensa de todas ellas". (Pirqé Avot 5.2).
Mt, no sólo siendo judío, sino componiendo el Evangelio, con una referencia más inmediata a sus propios compatriotas, atrae su atención, por este modo judío de ajustar generaciones, con el nacimiento de Ieshúa, dando el clímax a las épocas más memorables en la existencia del pueblo. En Abraham la nación recibió su origen, en David anuncio, catorce generaciones después, la nación alcanzó su nivel más alto de prosperidad, catorce generaciones después, en la cautividad a Babilonia la nación se hundió por sus pecados hasta lo más profundo, y otras catorce generaciones, Ieshúa: “quien salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1.21) nace en Belén.
Pero surge una duda, hay solamente trece generaciones en la última división, o cuarenta y uno, en lugar de cuarenta y dos en el total de las generaciones (14+14+14 = 42). ¿Por qué?
Lo más probable es que Mt, presenta la genealogía de Ieshúa tal y como aparecía en los registros públicos,[4] encontrando, en todo lo que él pudo haber encontrado, que de las generaciones registradas de la genealogía de Ieshúa había tres clases claramente marcadas de catorce miembros cada una.
Pero, la respuesta a la pregunta se encuentra al investigar sobre el siguiente versículo:
| Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. (Mt 1.11-12)
Hay tres problemas considerables en este verso:
- Josías no fue el padre de Jeconías; él realmente fue el abuelo de Jeconías (1Cro 3.14-16).
- Jeconías no tuvo hermanos, al menos, no hay registros.
- Josías murió 20 años antes de la cautividad a Babilonia, y por lo tanto Jeconías y sus hermanos no pudieron haber sido engendrados por él en el tiempo que estaban siendo llevados a Babilonia.
Pero todas estas dificultades desaparecen, al adoptar la lectura encontrada en varios manuscritos, que dice: Ιωσιας δε εγεννησε τον Ιωακειμ· Ιωακειμ δε εγεννησε τον Ιεχονιαν. Esto es: "Y Josías engendró a Joacím, y Joacím engendró a Jeconías". Para esta lectura, véase las autoridades en Griesbach. Para esta lectura, véase también el códice sd de Stephens (120 de los evangelios de Griesbach), Colinaei N.T. 1534, otros nueve manuscritos citados por Scholz. La misma clausula se halla en otros veinticinco manuscritos, incluyendo a varios de antigüedad respetable. Y también aparece en el margen del manuscrito siríaco Filoxeano (Philoxenian), y en el manuscrito arameo Jerusalén.
Este error de eliminar a Joacím de la genealogía quizás surgió porque Joacím en hebreo se escribe יְהוֹיָקִים (Iehoiaquim) y Jeconías se escribe יְהוֹיָכִין (Iehoiajín), y aunque en hebreo existe una diferencia de dos letras, la Septuaginta (la versión de los LXX), que es la versión griega de las Escrituras, traducida por 72 judíos, con frecuencia translitera estos dos nombres de la misma manera: ιωακειμ (Ioaquim; Jer 1.3, 22.18, 24.1, 25.1, 26.1, 21; Dan 1.1-2 con Jer 52.31). Y al transcribir Mt cap. 1 del hebreo al griego posiblemente fue cuando se produjo este error.
Ahora, Josías era el padre inmediato de Joacim (también llamado Eliaquim, véase 2Reyes 23:34) y sus hermanos, quienes eran Iojanán, Zedequías y Shalum (1 Cron. 3:15). Joacim era el padre de Jeconías, en el tiempo de la primera cautividad a Babilonia, porque podemos contar tres cautiverios a Babilonia. El primero sucedió en el cuarto año de Joacim, hijo de Josías. En este año, Nabucodonosor, habiendo tomado Jerusalén, llevó un gran número de cautivos a Babilonia. La segunda cautividad sucedió bajo Jeconías, el hijo de Joacim; quien, habiendo reinado durante tres meses, fue tomado como prisionero, y fue llevado a Babilonia, con un gran número de la nobleza judía. La tercera cautividad tomó lugar bajo Zedequías. Y de esta manera, Calmet comenta, que Mt. 1:11 debería de leerse: "Josías engendró a Joacim y a sus hermanos, y Joacim engendró a Jeconías en el tiempo de la deportación a Babilonia, y Jeconías engendró a Salatiel, después de la deportación a Babilonia".
De esta manera, con la adición necesaria de Joacim, los tres grupos de la genealogía de Ieshúa contienen cada uno catorce generaciones.
1 Abraham |
1 Salomón |
1 Jeconías |
2 Isaac |
2 Roboam |
2 Salatiel |
3 Jacob |
3 Abías |
3 Zorobabel |
4 Judá |
4 Asa |
4 Abiud |
5 Fares |
5 Josafat |
5 Eliaquim |
6 Esrom |
6 Joram |
6 Azor |
7 Aram |
7 Uzias |
7 Sadoc |
8 Aminadab |
8 Jotam |
8 Aquim |
9 Naasón |
9 Acaz |
9 Eliud |
10 Salmón |
10 Ezequías |
10 Eleazar |
11 Booz |
11 Manasés |
11 Matán |
12 Obed |
12 Amón |
12 Jacob |
13 Isaí |
13 Josías |
13 José |
14 David |
14 Joacim |
14 Ieshúa |
[1] e.g., Talmud Bavli, Séder Nezikin, Tratado Sanedrin, Cap. 11, Folio 97a.
[2] Talmud Bavli, Sanedrín, fol. 43.1.
[3] 2 Samuel 7; 23.5, cp. Salmo 89; Isaías 9.1–7; 11.1–9; Jeremías 23.5; 33.15; Ezequiel 34.23–24; 37.24; Oseas 3.5; Salmo 110.1–4; 132.11; Ben Sira 47.11; 1 Macabeos 2.57; Mateo 22.42; Marcos 12.35; Juan 7.42.
[4] El historiador judío Flavio Josefo, en su autobiografía, afirma que él (Josefo) da su ascendencia como la encontró en los registros públicos, (La Vida de Josefo 1).
[2] Talmud Bavli, Sanedrín, fol. 43.1.
[3] 2 Samuel 7; 23.5, cp. Salmo 89; Isaías 9.1–7; 11.1–9; Jeremías 23.5; 33.15; Ezequiel 34.23–24; 37.24; Oseas 3.5; Salmo 110.1–4; 132.11; Ben Sira 47.11; 1 Macabeos 2.57; Mateo 22.42; Marcos 12.35; Juan 7.42.
[4] El historiador judío Flavio Josefo, en su autobiografía, afirma que él (Josefo) da su ascendencia como la encontró en los registros públicos, (La Vida de Josefo 1).
18 La concepción de Ieshúa el Ungido fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo.
Comentario
Al regreso de su visita a Isabel, María “volvió a su casa,” la de sus padres, familiares, o la de su esposo. Depende de si habían celebrado las bodas o sólo los desposorios.
Se plantea a este propósito un problema clásico: Cuando se descubre la concepción virginal milagrosa de Ieshúa, ¿María estaba sólo “desposada” con José o era ya su verdadera “esposa”? ¿Qué valor tienen las expresiones que se usan aquí para narrar esto?
Tres términos entran aquí en juego: son los siguientes:
Mt señala que Mariá estaba desposada antes que conviviesen, es decir, antes que cohabitaran juntos como hombre y mujer, antes de que él la llevara a su casa y cámara. Los desposorios eran antes de que se unieran. Era habitual que los judíos primero se desposaran o se comprometieran, y luego se casaran, o más bien consumieran el matrimonio, llevando a la mujer a la casa de su esposo, entre los cuales había un espacio de tiempo. Maimónides[1] da la explicación y la forma de compromiso en las siguientes palabras:
"Antes de que se diera la Torá, si un hombre conocía a una mujer en la calle, si podía, podría tomarla, llevarla a su casa y casarse con ella en un asunto entre él y ella, y ella se convertiría en su esposa. Pero cuando se entregó la Torá, se le ordenó a los israelitas que, si un hombre tomaba a una mujer, tenía que tomarla delante de testigos, y después de eso ella podía convertirse en su esposa, de acuerdo con Dt 22.13, y este acto es un mandato positivo de la Torá, y se llaman או אירוסין קידושין "desposorios" en cada lugar; y una mujer que se obtiene de esta manera se llama או מאורסת מקודשת "desposada"; y cuando se obtiene una mujer, y se convierte en מקודשת "desposada ", aunque todavía no está נבעלה casada, ni ha entrado en la casa de su esposo, aún así, ya es la esposa de un hombre". (Maimónides, Hiljot. Ishot. c. 1. sec. 1, 2, 3)
Y tal distinción entre una mujer casada y una virgen desposada, era el caso de María, como puede observarse en Dt 22.22, además, fue hallada embarazada "antes de que se unieran"; lo cual es probable, como observa el Dr. Lightfoot (z), aproximadamente tres meses después de su concepción, cuando fue devuelta por su prima Elizabet.
Es probable que tan pronto como fue desposada con José, o poco después, fue y visitó a Elizabet, con quien se quedó unos tres meses, y luego regresó a casa (Lc 1.56). A su regreso a casa, es hallada embarazada, con lo que pasaron un total de tres meses, el tiempo adecuado para poder descubrir en aquel entonces tal asunto (véase Gn 38.24) y es el tiempo asignado por los judíos para este propósito. En la Mishná (a) se presenta un caso:
"Dos hombres que se comprometieron con dos mujeres, "y en el momento de su entrada en la cámara nupcial, las dos mujeres [sin darse cuenta] fueron intercambiadas:" he aquí, estos hombres son responsables de tener relaciones sexuales con una mujer casada [a saber, el prometido del otro]...Deberán ser apartadas [de sus maridos] durante tres meses, quizás han quedado encinta."
Así, pues, antes de que José llevase a María a su casa - el matrimonio se solía celebrar al año siguiente del desposorio 16 -, antes de que conviviesen, en cuyo acto consistía el acto jurídico matrimonial (nisuín), se halló que María había concebido “por obra del Espíritu Santo,” expresión que evoca el A.T. y donde se indica la acción “ad extra” de Dios. Expresión “post factum”; acaso pudiese aludir “por apropiación” al E. S. persona.
Este hecho produjo un desconcierto en José, pues su “desposorio” era ya un cuasi contrato formal de matrimonio. ¿Qué hacer?
Se plantea a este propósito un problema clásico: Cuando se descubre la concepción virginal milagrosa de Ieshúa, ¿María estaba sólo “desposada” con José o era ya su verdadera “esposa”? ¿Qué valor tienen las expresiones que se usan aquí para narrar esto?
Tres términos entran aquí en juego: son los siguientes:
Mt señala que Mariá estaba desposada antes que conviviesen, es decir, antes que cohabitaran juntos como hombre y mujer, antes de que él la llevara a su casa y cámara. Los desposorios eran antes de que se unieran. Era habitual que los judíos primero se desposaran o se comprometieran, y luego se casaran, o más bien consumieran el matrimonio, llevando a la mujer a la casa de su esposo, entre los cuales había un espacio de tiempo. Maimónides[1] da la explicación y la forma de compromiso en las siguientes palabras:
"Antes de que se diera la Torá, si un hombre conocía a una mujer en la calle, si podía, podría tomarla, llevarla a su casa y casarse con ella en un asunto entre él y ella, y ella se convertiría en su esposa. Pero cuando se entregó la Torá, se le ordenó a los israelitas que, si un hombre tomaba a una mujer, tenía que tomarla delante de testigos, y después de eso ella podía convertirse en su esposa, de acuerdo con Dt 22.13, y este acto es un mandato positivo de la Torá, y se llaman או אירוסין קידושין "desposorios" en cada lugar; y una mujer que se obtiene de esta manera se llama או מאורסת מקודשת "desposada"; y cuando se obtiene una mujer, y se convierte en מקודשת "desposada ", aunque todavía no está נבעלה casada, ni ha entrado en la casa de su esposo, aún así, ya es la esposa de un hombre". (Maimónides, Hiljot. Ishot. c. 1. sec. 1, 2, 3)
Y tal distinción entre una mujer casada y una virgen desposada, era el caso de María, como puede observarse en Dt 22.22, además, fue hallada embarazada "antes de que se unieran"; lo cual es probable, como observa el Dr. Lightfoot (z), aproximadamente tres meses después de su concepción, cuando fue devuelta por su prima Elizabet.
Es probable que tan pronto como fue desposada con José, o poco después, fue y visitó a Elizabet, con quien se quedó unos tres meses, y luego regresó a casa (Lc 1.56). A su regreso a casa, es hallada embarazada, con lo que pasaron un total de tres meses, el tiempo adecuado para poder descubrir en aquel entonces tal asunto (véase Gn 38.24) y es el tiempo asignado por los judíos para este propósito. En la Mishná (a) se presenta un caso:
"Dos hombres que se comprometieron con dos mujeres, "y en el momento de su entrada en la cámara nupcial, las dos mujeres [sin darse cuenta] fueron intercambiadas:" he aquí, estos hombres son responsables de tener relaciones sexuales con una mujer casada [a saber, el prometido del otro]...Deberán ser apartadas [de sus maridos] durante tres meses, quizás han quedado encinta."
Así, pues, antes de que José llevase a María a su casa - el matrimonio se solía celebrar al año siguiente del desposorio 16 -, antes de que conviviesen, en cuyo acto consistía el acto jurídico matrimonial (nisuín), se halló que María había concebido “por obra del Espíritu Santo,” expresión que evoca el A.T. y donde se indica la acción “ad extra” de Dios. Expresión “post factum”; acaso pudiese aludir “por apropiación” al E. S. persona.
Este hecho produjo un desconcierto en José, pues su “desposorio” era ya un cuasi contrato formal de matrimonio. ¿Qué hacer?
[1] Hiljot. Ishot. c. 1. sec. 1, 2, 3.
[2] Mishná, Ievamot, c. 3.10
[3] Zakut, sección uno (מאמר ראשון), pg. 4, col. 1: אברהם אבינו ראש היחס.
[2] Mishná, Ievamot, c. 3.10
[3] Zakut, sección uno (מאמר ראשון), pg. 4, col. 1: אברהם אבינו ראש היחס.