Nóaj
Nóaj — בְּרֵאשִׁית
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TORÁ: Génesis 6:9–11:32
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HAFTARÁ: Isaías 54:1–55:5
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KÉTE"R: Lucas 17:20-27
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Resumen de la Parashá
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Génesis 6:9–11:32
El patriarca Noé
9 He aquí la historia de Noé. Noé fue varón justo y perfecto entre los hombres de su tiempo, pues anduvo con Dios. 10 Y engendró Noé tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 La tierra estaba entonces corrompida delante de Dios, y llena de violencia. 12 Miró, pues, Dios la tierra, y he aquí que estaba depravada, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
Construcción del arca
13 Dijo entonces Dios a Noé: “He decidido el fin de toda carne; porque la tierra está colmada de violencia por culpa de ellos; por eso he aquí que voy a exterminarlos juntamente con la tierra. 14 Hazte un arca de maderas resinosas, la cual dividirás en compartimientos y calafatearás por dentro y por fuera con betún. 15 La fabricarás de esta manera: trescientos codos será la longitud del arca, cincuenta codos su anchura, y treinta codos su altura. 16 Harás en el arca una abertura para la luz, la cual dispondrás arriba, a un codo del techo. La puerta del arca pondrás en uno de sus costados, y harás un piso primero, un segundo y un tercero. 17 Pues he aquí que voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene en sí aliento de vida bajo el cielo. Todo lo que existe en la tierra, perecerá. 18 Pero contigo estableceré mi pacto: Entrarás en el arca tú, y tus hijos, y tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. 19 Y de todos los animales de toda carne, de toda clase (de ellos), introducirás parejas en el arca para que tengan vida contigo; serán macho y hembra; 20 de las aves según su especie, de las bestias según su especie, de todos los reptiles de la tierra según su especie. Dos de cada clase vendrán a ti, para que les conserves la vida. 21 Provéete de todo alimento que se come, acópiate provisiones para que os sirvan de comida a ti y a ellos.” 22 Noé hizo conforme a cuanto Dios le había mandado. Así se hizo.
Capítulo 7
Noé entra en el arca
1 Y dijo Yahvé a Noé: “Entra en el arca, tú y toda tu casa, porque a ti te he visto justo delante de Mí en medio de esta generación. 2 De todos los animales puros te elegirás siete parejas, machos con sus hembras; y de todos los animales que no son puros, dos parejas, machos con sus hembras. 3 Asimismo de las aves del cielo siete parejas, machos y hembras para que se conserve su descendencia sobre la faz de toda la tierra. 4 Porque de aquí a siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches y exterminaré de la tierra todo ser viviente que he hecho.” 5 E hizo Noé conforme a cuanto Yahvé le había mandado.
El diluvio
6 Tenía Noé seiscientos años cuando el diluvio de aguas vino sobre la tierra. 7 Entró Noé en el arca, y con él sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del diluvio. 8 De los animales puros, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobe la tierra, 9 llegaron a Noé al arca, parejas, machos y hembras, como Dios había ordenado a Noé. 10 Y al cabo de siete días las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 11 El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, el día diez y siete del mes, en ese día prorrumpieron todas las fuentes del grande abismo, y se abrieron las cataratas del cielo. 12 Y estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13 En aquel mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, y con ellos la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos; 14 ellos, con todos los animales, según su especie, y todas las bestias domésticas según su especie, y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra, según su especie, y todas las aves según su especie, todo pájaro, todo volátil. 15 Se llegaron a Noé, al arca, de dos en dos, de toda carne en que hay aliento de vida 16 Y los que habían venido, machos y hembras de toda carne, entraron como Dios había mandado. Y tras él cerró Yahvé la puerta.
Los efectos del diluvio
17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Y crecieron las aguas y levantaron el arca, la cual se alzó sobre la tierra. 18 Y se aumentaron las aguas y crecieron muchísimo sobre la tierra, mientras el arca flotaba sobre las aguas. 19 Tan desmesuradamente crecieron las aguas sobre la tierra, que quedaron cubiertos todos los montes más altos que había bajo el cielo entero. 20 Quince codos se alzaron sobre ellos las aguas y fueron así cubiertos los montes. 21 Entonces murió toda carne que se movía sobre la tierra; aves y ganados y fieras y todo reptil que se arrastraba sobre la tierra, y todos los hombres. 22 Todos los seres que en sus narices tenían soplo de vida, de cuantos hay en la tierra firme, perecieron. 23 Así fue exterminado todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta los reptiles y hasta las aves del cielo. Fueron exterminados de la tierra, y quedaron solamente Noé y los que con él estaban en el arca. 24 Por espacio de ciento cincuenta días se alzaron las aguas sobre la tierra.
Capítulo 8
Retroceden las aguas
1 Acordóse Dios de Noé y de todas las fieras y de todas las bestias que con él estaban en el arca; e hizo Dios pasar un viento sobre la tierra, y bajaron las aguas. 2 Entonces se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas del cielo, y se detuvo la lluvia del cielo. 3 Poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la tierra; y cuando al cabo de ciento cincuenta días las aguas empezaron a menguar, 4 reposó el arca sobre los montes de Ararat, en el mes séptimo, el día diecisiete del mes. 5 Las aguas siguieron decreciendo paulatinamente hasta el mes décimo, y el día primero del décimo mes aparecieron las cumbres de los montes. 6 Pasados cuarenta días, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca, 7 y soltó un cuervo, el cual yendo salía y retornaba hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. 8 Después soltó Noé una paloma, para ver si se habían retirado ya las aguas de la superficie terrestre. 9 Mas como la paloma no hallase donde poner la planta de su pie, tornó hacia él, al arca, porque había todavía agua sobre toda la tierra; y alargando él su mano, la asió y la metió consigo en el arca. 10 Esperó otros siete días y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. 11 La paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía en su pico hoja verde de olivo, por donde conoció Noé que las aguas se habían retirado de la tierra. 12 Esperó todavía otros siete días y soltó la paloma, la cual no volvió más a él.
Noé sale del arca
13 El año seiscientos uno, el día primero del primer mes, ya no había aguas sobre la tierra, y abriendo Noé la cubierta del arca miró y vio que estaba seca la superficie del suelo. 14 En el mes segundo, a los veintisiete días del mes, quedó seca la tierra. 15 Habló entonces Dios a Noé, y dijo: 16 “Sal del arca, tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. 17 Y sacarás contigo todos los animales de toda carne que te acompaña, aves, bestias y todos los reptiles que se arrastran en el suelo; pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra.” 18 Salió, pues, Noé, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos. 19 Salieron también del arca, según sus especies, todos los animales, todos los reptiles y todas las aves, todo cuanto se mueve sobre la tierra.
Sacrificio de Noé
20 Después erigió Noé un altar a Yahvé, y tomando de todos los animales puros, y de todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar. 21 Al aspirar Yahvé el agradable olor dijo en su corazón: “No volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque los deseos del corazón humano son malos desde su niñez, ni volveré a exterminar a todos los seres vivientes, como he hecho. 22 Mientras dure la tierra, no cesarán (de sucederse) sementera y siega, frío y calor, verano e invierno, día y noche.
Capítulo 9
Dios bendice a Noé
1 Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: “Creced y multiplicaos y llenad la tierra. 2 Tengan miedo y tiemblen ante vosotros todos los animales de la tierra, y todas las aves del cielo y todo lo que se arrastra sobre el suelo, y todos los peces del mar. En vuestra mano están puestos. 3 Todo lo que se mueve y tiene vida, os servirá de alimento. Como ya la hierba verde, así os lo entrego todo. 4 Pero no comeréis la carne con su vida, es decir, con su sangre. 5 Pues, en verdad, Yo pediré cuenta de vuestra sangre, para (protección) de vuestra vida; de mano de todo ser viviente la demandaré. De mano del hombre, de mano de su propio hermano, demandaré la vida del hombre.
6 Cualquiera que derramare sangre humana,
por mano de hombre será derramada su sangre;
porque a imagen de Dios
hizo Él al hombre.
7 Vosotros, pues, creced y multiplicaos; dilataos sobre la tierra y aumentaos en ella.”
Alianza de Dios con Noé
8 Dijo Dios a Noé, y a sus hijos juntamente con él: 9 “He aquí que Yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestra descendencia después de vosotros; 10 y con todo ser viviente que esté entre vosotros, aves, bestias domésticas y salvajes de la tierra que hay entre vosotros, con todo lo que sale del arca, hasta el último animal de la tierra. 11 Hago mi pacto con vosotros: No será exterminada ya toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.” 12 Y dijo Dios: “Esta es la señal del pacto que por generaciones perpetuas establezco entre Mí y vosotros y todo ser viviente que se halla entre vosotros: 13 Pondré mi arco en las nubes, que servirá de señal del pacto entre Mí y la tierra. 14 Cuando Yo cubriere la tierra con nubes y apareciere el arco entre las nubes, 15 me acordaré de mi pacto que hay entre Mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas no volverán más a formar un diluvio para exterminar toda carne. 16 Pues cuando aparezca el arco en las nubes, Yo lo miraré, para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, de toda carne que existe sobre la tierra.” 17 Dijo, pues, Dios a Noé: “Esta es la señal del pacto que he establecido entre Mí y toda carne sobre la tierra.”
Los hijos de Noé
18 Los hijos de Noé, que salieron del arca, eran Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán. 19 Estos tres son los hijos de Noé, y por ellos ha sido poblada toda la tierra. 20 Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó una viña. 21 Mas bebiendo del vino se embriagó, y se quedó desnudo en medio de su tienda. 22 Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre, y fue a decirlo a sus dos hermanos (que estaban) afuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron entrambos el manto (de Noé), se lo echaron sobre los hombros, y yendo hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre. Tenían vuelto el rostro de modo que no vieron la desnudez de su padre. 24 Cuando despertó Noé de su vino y supo lo que había hecho con él su hijo menor, 25 dijo:
“Maldito sea Canaán;
esclavo de esclavos será para sus hermanos.”
26 Y agregó:
“Bendito sea Yahvé, el Dios de Sem;
y sea Canaán su esclavo.
27 Dilate Dios a Jafet,
que habitará en las tiendas de Sem;
y sea Canaán su esclavo.”
28 Vivió Noé, después del diluvio, trescientos cincuenta años. 29 Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años, y murió.
Capítulo 10
Los pueblos descendientes de Noé
1 Estos son los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes después del diluvio nacieron estos hijos:
2 Hijos de Jafet: Gómer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mósoc y Tirás. 3 Hijos de Gómer: Asquenaz, Rifat, Togormá. 4 Hijos de Javán: Elisá, Tarsis, Kitim y Dodanim. 5 Estos se propagaron sobre las islas de las gentes y en sus tierras, según sus lenguas y sus tribus y sus naciones. 6 Hijos de Cam: Cus, Misraim, Put y Canán. 7 Hijos de Cus: Sabá, Havilá, Sabtá, Ragmá y Sabtecá. Hijos de Ragmá: Sabá y Dedán. 8 Cus engendró Nimrod, el cual fue el primero que se hizo poderoso en la tierra. 9 Fue él un gran cazador delante de Yahvé; por lo cual suele decir: “Gran cazador delante de Yahvé, como Nimrod”. 10 Reinó primero en Babel, Erec, Acad y Calné, en la tierra de Sinear. 11 De aquella tierra salió para Asur y edificó Nínive, Rehobot-Ir, Calah, 12 y Resen, entre Nínive y Calah; aquella es la gran ciudad. 13 Misraim engendró a los de Ludim, los Anamim, los Lahabim, los Naftuhim, 14 los Patrusim, los Casluhim, de donde salieron los Filisteos y los Caftoreos. 15 Canaán engendro a Sidón, su primogénito, y a Het, 16 y también al Jebuseo, al Amorreo, al Gergeseo, 17 al Heveo, al Araceo, al Sineo, 18 al Arvadeo, al Samareo y al Hamateo. Después se dispersaron las tribus de los cananeos. 19 El territorio de los cananeos se extendió desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección a Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboím, hasta Lesa. 20 Éstos son los hijos de Cam, según sus familias y según sus lenguas, en sus territorios y según sus naciones. 21 Nacieron hijos también a Sem, padre de todos los hijos de Éber y hermano mayor de Jafet. 22 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Hijos de Aram: Us, Hul, Géter y Mas. 24 Arfaxad engendró a Sálah, y Sálah engendró a Éber. 25 A Éber le nacieron dos hijos: el nombre de uno fue Fáleg, porque en sus días fue dividida la tierra. Su hermano se llamaba Joctán. 26 Joctán engendró a Almodad, a Sálef, a Hazarmávet, a Járah, 27 a Hadoram, a Uzal, a Diklá, 28 a Obal, a Abomael, a Sabá, 29 a Ofir, a Havilá y a Jobab. Todos éstos fueron hijos de Joctán. 30 Su territorio se extendió desde Mesá, en dirección a Sefar, al monte del Oriente. 31 Éstos son los hijos de Sem, según sus tribus y lenguas, en sus territorios y según sus naciones. 32 Éstas son las tribus de los hijos de Noé, según su origen y sus naciones; y de ellas se propagaron los pueblos en la tierra después del diluvio.
Capítulo 11
La torre de Babel
1 Tenía la tierra entera una misma lengua y las mismas palabras. 2 Mas cuando (los hombres) emigrando desde el Oriente hallaron una llanura en la tierra de Sinear, donde se establecieron, 3 se dijeron unos a otros: “Vamos, fabriquemos ladrillos, y cozámoslos bien.” Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el betún les sirvió de argamasa. 4 Y dijeron, pues: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cumbre llegue hasta el cielo; hagámonos un monumento para que no nos dispersemos sobre la superficie de toda la tierra.” 5 Pero Yahvé descendió a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hijos de los hombres. 6 Y dijo Yahvé: “He aquí que son un solo pueblo y tienen todos una misma lengua. ¡Y esto es sólo el comienzo de sus obras! Ahora, nada les impedirá realizar sus propósitos. 7 Ea, pues, descendamos, y confundamos allí mismo su lengua, de modo que no entienda uno el habla del otro.” 8 Así los dispersó Yahvé de allí por la superficie de toda la tierra; y cesaron de edificar la ciudad. 9 Por tanto se le dio el nombre de Babel; porque allí confundió Yahvé la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó Yahvé sobre la faz de todo el orbe.
Descendientes de Sem hasta Abraham
10 Éstos son los descendientes de Sem. Sem tenía cien años cuando engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Vivió Sem, después de haber engendrado a Arfaxad, quinientos años; y engendró hijos e hijas. 12 Arfaxad tenía treinta y cinco cuando engendró a Sálah. 13 Y vivió Arfaxad, después de haber engendrado a Sálah, cuatrocientos tres años; y engendró hijos e hijas. 14 Sálah tenía treinta años cuando engendró a Éber. 15 Y vivió Sálah, después de haber engendrado a Éber, cuatrocientos tres años; y engendró hijos e hijas. 16 Éber tenía treinta y cuatro años cuando engendró a Fáleg. 17 Y vivió Éber, después de engendrar a Fáleg, cuatrocientos treinta años; y engendró hijos e hijas. 18 Fáleg tenía treinta años cuando engendró a Reú. 19 Y vivió Fáleg, después de haber engendrado a Reú, doscientos nueve años; y engendró hijos e hijas. 20 Reú tenía treinta y dos años cuando engendró a Sarug. 21 Y vivió Reú, después de haber engendrado a Sarug, doscientos siete años; y engendró hijos e hijas. 22 Sarog tenía treinta años cuando engendró a Nacor. 23 Y vivió Sarug, después de haber engendrado a Nacor, doscientos años y engendró hijos e hijas. 24 Nacor tenía veinte y nueve años cuando engendró a Táreh. 25 Y vivió Nacor, después de haber engendrado a Táreh, ciento diez y nueve años; y engendró hijos e hijas. 26 Táreh tenía setenta años cuando engendró a Abram, a Nacor y a Aram.
La familia de Abrahám
27 Éstos son los descendientes de Táreh. Táreh engendró a Abram, a Nacor y a Aram; Aram engendró a Lot. 28 Y murió Aram, antes de su padre Táreh, en el país de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29 Abram y Nacor tomaron para sí mujeres. El nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milcá, hija de Aram, padre de Milcá y padre de Jescá. 30 Era Sarai estéril y no tenía hijo. 31 Y tomó Táreh a Abram su hijo, y a Lot, hijo de su hijo de Aram, su nieto, y a Sarai, su nuera, mujer de su hijo Abram; y salieron juntos de Ur de los caldeos, para dirigirse al país de Canaán. Y llegaron a Harán, donde se quedaron. 32 Y fueron los días de Táreh doscientos cinco años; y murió Táreh en Harán.
El patriarca Noé
9 He aquí la historia de Noé. Noé fue varón justo y perfecto entre los hombres de su tiempo, pues anduvo con Dios. 10 Y engendró Noé tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 La tierra estaba entonces corrompida delante de Dios, y llena de violencia. 12 Miró, pues, Dios la tierra, y he aquí que estaba depravada, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
Construcción del arca
13 Dijo entonces Dios a Noé: “He decidido el fin de toda carne; porque la tierra está colmada de violencia por culpa de ellos; por eso he aquí que voy a exterminarlos juntamente con la tierra. 14 Hazte un arca de maderas resinosas, la cual dividirás en compartimientos y calafatearás por dentro y por fuera con betún. 15 La fabricarás de esta manera: trescientos codos será la longitud del arca, cincuenta codos su anchura, y treinta codos su altura. 16 Harás en el arca una abertura para la luz, la cual dispondrás arriba, a un codo del techo. La puerta del arca pondrás en uno de sus costados, y harás un piso primero, un segundo y un tercero. 17 Pues he aquí que voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene en sí aliento de vida bajo el cielo. Todo lo que existe en la tierra, perecerá. 18 Pero contigo estableceré mi pacto: Entrarás en el arca tú, y tus hijos, y tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. 19 Y de todos los animales de toda carne, de toda clase (de ellos), introducirás parejas en el arca para que tengan vida contigo; serán macho y hembra; 20 de las aves según su especie, de las bestias según su especie, de todos los reptiles de la tierra según su especie. Dos de cada clase vendrán a ti, para que les conserves la vida. 21 Provéete de todo alimento que se come, acópiate provisiones para que os sirvan de comida a ti y a ellos.” 22 Noé hizo conforme a cuanto Dios le había mandado. Así se hizo.
Capítulo 7
Noé entra en el arca
1 Y dijo Yahvé a Noé: “Entra en el arca, tú y toda tu casa, porque a ti te he visto justo delante de Mí en medio de esta generación. 2 De todos los animales puros te elegirás siete parejas, machos con sus hembras; y de todos los animales que no son puros, dos parejas, machos con sus hembras. 3 Asimismo de las aves del cielo siete parejas, machos y hembras para que se conserve su descendencia sobre la faz de toda la tierra. 4 Porque de aquí a siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches y exterminaré de la tierra todo ser viviente que he hecho.” 5 E hizo Noé conforme a cuanto Yahvé le había mandado.
El diluvio
6 Tenía Noé seiscientos años cuando el diluvio de aguas vino sobre la tierra. 7 Entró Noé en el arca, y con él sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del diluvio. 8 De los animales puros, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobe la tierra, 9 llegaron a Noé al arca, parejas, machos y hembras, como Dios había ordenado a Noé. 10 Y al cabo de siete días las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 11 El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, el día diez y siete del mes, en ese día prorrumpieron todas las fuentes del grande abismo, y se abrieron las cataratas del cielo. 12 Y estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13 En aquel mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, y con ellos la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos; 14 ellos, con todos los animales, según su especie, y todas las bestias domésticas según su especie, y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra, según su especie, y todas las aves según su especie, todo pájaro, todo volátil. 15 Se llegaron a Noé, al arca, de dos en dos, de toda carne en que hay aliento de vida 16 Y los que habían venido, machos y hembras de toda carne, entraron como Dios había mandado. Y tras él cerró Yahvé la puerta.
Los efectos del diluvio
17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Y crecieron las aguas y levantaron el arca, la cual se alzó sobre la tierra. 18 Y se aumentaron las aguas y crecieron muchísimo sobre la tierra, mientras el arca flotaba sobre las aguas. 19 Tan desmesuradamente crecieron las aguas sobre la tierra, que quedaron cubiertos todos los montes más altos que había bajo el cielo entero. 20 Quince codos se alzaron sobre ellos las aguas y fueron así cubiertos los montes. 21 Entonces murió toda carne que se movía sobre la tierra; aves y ganados y fieras y todo reptil que se arrastraba sobre la tierra, y todos los hombres. 22 Todos los seres que en sus narices tenían soplo de vida, de cuantos hay en la tierra firme, perecieron. 23 Así fue exterminado todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta los reptiles y hasta las aves del cielo. Fueron exterminados de la tierra, y quedaron solamente Noé y los que con él estaban en el arca. 24 Por espacio de ciento cincuenta días se alzaron las aguas sobre la tierra.
Capítulo 8
Retroceden las aguas
1 Acordóse Dios de Noé y de todas las fieras y de todas las bestias que con él estaban en el arca; e hizo Dios pasar un viento sobre la tierra, y bajaron las aguas. 2 Entonces se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas del cielo, y se detuvo la lluvia del cielo. 3 Poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la tierra; y cuando al cabo de ciento cincuenta días las aguas empezaron a menguar, 4 reposó el arca sobre los montes de Ararat, en el mes séptimo, el día diecisiete del mes. 5 Las aguas siguieron decreciendo paulatinamente hasta el mes décimo, y el día primero del décimo mes aparecieron las cumbres de los montes. 6 Pasados cuarenta días, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca, 7 y soltó un cuervo, el cual yendo salía y retornaba hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. 8 Después soltó Noé una paloma, para ver si se habían retirado ya las aguas de la superficie terrestre. 9 Mas como la paloma no hallase donde poner la planta de su pie, tornó hacia él, al arca, porque había todavía agua sobre toda la tierra; y alargando él su mano, la asió y la metió consigo en el arca. 10 Esperó otros siete días y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. 11 La paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía en su pico hoja verde de olivo, por donde conoció Noé que las aguas se habían retirado de la tierra. 12 Esperó todavía otros siete días y soltó la paloma, la cual no volvió más a él.
Noé sale del arca
13 El año seiscientos uno, el día primero del primer mes, ya no había aguas sobre la tierra, y abriendo Noé la cubierta del arca miró y vio que estaba seca la superficie del suelo. 14 En el mes segundo, a los veintisiete días del mes, quedó seca la tierra. 15 Habló entonces Dios a Noé, y dijo: 16 “Sal del arca, tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. 17 Y sacarás contigo todos los animales de toda carne que te acompaña, aves, bestias y todos los reptiles que se arrastran en el suelo; pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra.” 18 Salió, pues, Noé, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos. 19 Salieron también del arca, según sus especies, todos los animales, todos los reptiles y todas las aves, todo cuanto se mueve sobre la tierra.
Sacrificio de Noé
20 Después erigió Noé un altar a Yahvé, y tomando de todos los animales puros, y de todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar. 21 Al aspirar Yahvé el agradable olor dijo en su corazón: “No volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque los deseos del corazón humano son malos desde su niñez, ni volveré a exterminar a todos los seres vivientes, como he hecho. 22 Mientras dure la tierra, no cesarán (de sucederse) sementera y siega, frío y calor, verano e invierno, día y noche.
Capítulo 9
Dios bendice a Noé
1 Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: “Creced y multiplicaos y llenad la tierra. 2 Tengan miedo y tiemblen ante vosotros todos los animales de la tierra, y todas las aves del cielo y todo lo que se arrastra sobre el suelo, y todos los peces del mar. En vuestra mano están puestos. 3 Todo lo que se mueve y tiene vida, os servirá de alimento. Como ya la hierba verde, así os lo entrego todo. 4 Pero no comeréis la carne con su vida, es decir, con su sangre. 5 Pues, en verdad, Yo pediré cuenta de vuestra sangre, para (protección) de vuestra vida; de mano de todo ser viviente la demandaré. De mano del hombre, de mano de su propio hermano, demandaré la vida del hombre.
6 Cualquiera que derramare sangre humana,
por mano de hombre será derramada su sangre;
porque a imagen de Dios
hizo Él al hombre.
7 Vosotros, pues, creced y multiplicaos; dilataos sobre la tierra y aumentaos en ella.”
Alianza de Dios con Noé
8 Dijo Dios a Noé, y a sus hijos juntamente con él: 9 “He aquí que Yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestra descendencia después de vosotros; 10 y con todo ser viviente que esté entre vosotros, aves, bestias domésticas y salvajes de la tierra que hay entre vosotros, con todo lo que sale del arca, hasta el último animal de la tierra. 11 Hago mi pacto con vosotros: No será exterminada ya toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.” 12 Y dijo Dios: “Esta es la señal del pacto que por generaciones perpetuas establezco entre Mí y vosotros y todo ser viviente que se halla entre vosotros: 13 Pondré mi arco en las nubes, que servirá de señal del pacto entre Mí y la tierra. 14 Cuando Yo cubriere la tierra con nubes y apareciere el arco entre las nubes, 15 me acordaré de mi pacto que hay entre Mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas no volverán más a formar un diluvio para exterminar toda carne. 16 Pues cuando aparezca el arco en las nubes, Yo lo miraré, para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, de toda carne que existe sobre la tierra.” 17 Dijo, pues, Dios a Noé: “Esta es la señal del pacto que he establecido entre Mí y toda carne sobre la tierra.”
Los hijos de Noé
18 Los hijos de Noé, que salieron del arca, eran Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán. 19 Estos tres son los hijos de Noé, y por ellos ha sido poblada toda la tierra. 20 Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó una viña. 21 Mas bebiendo del vino se embriagó, y se quedó desnudo en medio de su tienda. 22 Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre, y fue a decirlo a sus dos hermanos (que estaban) afuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron entrambos el manto (de Noé), se lo echaron sobre los hombros, y yendo hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre. Tenían vuelto el rostro de modo que no vieron la desnudez de su padre. 24 Cuando despertó Noé de su vino y supo lo que había hecho con él su hijo menor, 25 dijo:
“Maldito sea Canaán;
esclavo de esclavos será para sus hermanos.”
26 Y agregó:
“Bendito sea Yahvé, el Dios de Sem;
y sea Canaán su esclavo.
27 Dilate Dios a Jafet,
que habitará en las tiendas de Sem;
y sea Canaán su esclavo.”
28 Vivió Noé, después del diluvio, trescientos cincuenta años. 29 Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años, y murió.
Capítulo 10
Los pueblos descendientes de Noé
1 Estos son los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes después del diluvio nacieron estos hijos:
2 Hijos de Jafet: Gómer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mósoc y Tirás. 3 Hijos de Gómer: Asquenaz, Rifat, Togormá. 4 Hijos de Javán: Elisá, Tarsis, Kitim y Dodanim. 5 Estos se propagaron sobre las islas de las gentes y en sus tierras, según sus lenguas y sus tribus y sus naciones. 6 Hijos de Cam: Cus, Misraim, Put y Canán. 7 Hijos de Cus: Sabá, Havilá, Sabtá, Ragmá y Sabtecá. Hijos de Ragmá: Sabá y Dedán. 8 Cus engendró Nimrod, el cual fue el primero que se hizo poderoso en la tierra. 9 Fue él un gran cazador delante de Yahvé; por lo cual suele decir: “Gran cazador delante de Yahvé, como Nimrod”. 10 Reinó primero en Babel, Erec, Acad y Calné, en la tierra de Sinear. 11 De aquella tierra salió para Asur y edificó Nínive, Rehobot-Ir, Calah, 12 y Resen, entre Nínive y Calah; aquella es la gran ciudad. 13 Misraim engendró a los de Ludim, los Anamim, los Lahabim, los Naftuhim, 14 los Patrusim, los Casluhim, de donde salieron los Filisteos y los Caftoreos. 15 Canaán engendro a Sidón, su primogénito, y a Het, 16 y también al Jebuseo, al Amorreo, al Gergeseo, 17 al Heveo, al Araceo, al Sineo, 18 al Arvadeo, al Samareo y al Hamateo. Después se dispersaron las tribus de los cananeos. 19 El territorio de los cananeos se extendió desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección a Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboím, hasta Lesa. 20 Éstos son los hijos de Cam, según sus familias y según sus lenguas, en sus territorios y según sus naciones. 21 Nacieron hijos también a Sem, padre de todos los hijos de Éber y hermano mayor de Jafet. 22 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Hijos de Aram: Us, Hul, Géter y Mas. 24 Arfaxad engendró a Sálah, y Sálah engendró a Éber. 25 A Éber le nacieron dos hijos: el nombre de uno fue Fáleg, porque en sus días fue dividida la tierra. Su hermano se llamaba Joctán. 26 Joctán engendró a Almodad, a Sálef, a Hazarmávet, a Járah, 27 a Hadoram, a Uzal, a Diklá, 28 a Obal, a Abomael, a Sabá, 29 a Ofir, a Havilá y a Jobab. Todos éstos fueron hijos de Joctán. 30 Su territorio se extendió desde Mesá, en dirección a Sefar, al monte del Oriente. 31 Éstos son los hijos de Sem, según sus tribus y lenguas, en sus territorios y según sus naciones. 32 Éstas son las tribus de los hijos de Noé, según su origen y sus naciones; y de ellas se propagaron los pueblos en la tierra después del diluvio.
Capítulo 11
La torre de Babel
1 Tenía la tierra entera una misma lengua y las mismas palabras. 2 Mas cuando (los hombres) emigrando desde el Oriente hallaron una llanura en la tierra de Sinear, donde se establecieron, 3 se dijeron unos a otros: “Vamos, fabriquemos ladrillos, y cozámoslos bien.” Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el betún les sirvió de argamasa. 4 Y dijeron, pues: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cumbre llegue hasta el cielo; hagámonos un monumento para que no nos dispersemos sobre la superficie de toda la tierra.” 5 Pero Yahvé descendió a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hijos de los hombres. 6 Y dijo Yahvé: “He aquí que son un solo pueblo y tienen todos una misma lengua. ¡Y esto es sólo el comienzo de sus obras! Ahora, nada les impedirá realizar sus propósitos. 7 Ea, pues, descendamos, y confundamos allí mismo su lengua, de modo que no entienda uno el habla del otro.” 8 Así los dispersó Yahvé de allí por la superficie de toda la tierra; y cesaron de edificar la ciudad. 9 Por tanto se le dio el nombre de Babel; porque allí confundió Yahvé la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó Yahvé sobre la faz de todo el orbe.
Descendientes de Sem hasta Abraham
10 Éstos son los descendientes de Sem. Sem tenía cien años cuando engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Vivió Sem, después de haber engendrado a Arfaxad, quinientos años; y engendró hijos e hijas. 12 Arfaxad tenía treinta y cinco cuando engendró a Sálah. 13 Y vivió Arfaxad, después de haber engendrado a Sálah, cuatrocientos tres años; y engendró hijos e hijas. 14 Sálah tenía treinta años cuando engendró a Éber. 15 Y vivió Sálah, después de haber engendrado a Éber, cuatrocientos tres años; y engendró hijos e hijas. 16 Éber tenía treinta y cuatro años cuando engendró a Fáleg. 17 Y vivió Éber, después de engendrar a Fáleg, cuatrocientos treinta años; y engendró hijos e hijas. 18 Fáleg tenía treinta años cuando engendró a Reú. 19 Y vivió Fáleg, después de haber engendrado a Reú, doscientos nueve años; y engendró hijos e hijas. 20 Reú tenía treinta y dos años cuando engendró a Sarug. 21 Y vivió Reú, después de haber engendrado a Sarug, doscientos siete años; y engendró hijos e hijas. 22 Sarog tenía treinta años cuando engendró a Nacor. 23 Y vivió Sarug, después de haber engendrado a Nacor, doscientos años y engendró hijos e hijas. 24 Nacor tenía veinte y nueve años cuando engendró a Táreh. 25 Y vivió Nacor, después de haber engendrado a Táreh, ciento diez y nueve años; y engendró hijos e hijas. 26 Táreh tenía setenta años cuando engendró a Abram, a Nacor y a Aram.
La familia de Abrahám
27 Éstos son los descendientes de Táreh. Táreh engendró a Abram, a Nacor y a Aram; Aram engendró a Lot. 28 Y murió Aram, antes de su padre Táreh, en el país de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29 Abram y Nacor tomaron para sí mujeres. El nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milcá, hija de Aram, padre de Milcá y padre de Jescá. 30 Era Sarai estéril y no tenía hijo. 31 Y tomó Táreh a Abram su hijo, y a Lot, hijo de su hijo de Aram, su nieto, y a Sarai, su nuera, mujer de su hijo Abram; y salieron juntos de Ur de los caldeos, para dirigirse al país de Canaán. Y llegaron a Harán, donde se quedaron. 32 Y fueron los días de Táreh doscientos cinco años; y murió Táreh en Harán.
Isaías 54:1–55:5
Fecundidad y gloria de la nueva Sión
1 Regocíjate, estéril, tú que estabas sin hijos,
prorrumpe en júbilo y gritos de alegría, tú que nunca estuviste de parto;
pues son más numerosos los hijos de la abandonada
que los hijos de aquella que tiene marido, dice Yahvé.
2 Dilata el lugar de tu tienda,
que se hagan más anchas las pieles de tu pabellón;
no seas parca en ello, alarga tus cuerdas,
y afianza tus estacas.
3 Pues te extenderás a la derecha y a la izquierda;
porque tu prole poseerá las naciones,
y poblará las ciudades desoladas.
4 No temas, pues no quedarás confundida;
no te avergüences, porque no tendrás de qué avergonzarte.
Te olvidarás de la vergüenza de tu juventud,
y no te acordarás más del oprobio de tu viudez.
5 Porque esposo tuyo es tu Creador,
cuyo nombre es Yahvé de los ejércitos,
y tú redentor es el Santo de Israel,
que se llama Dios de toda la tierra.
6 Pues Yahvé te ha llamado (de nuevo)
como a una mujer abandonada y afligida de espíritu,
como a la esposa de la juventud que ha sido repudiada,
dice tu Dios.
7 Por un breve momento te abandoné;
mas con gran misericordia te acogeré de nuevo.
8 En un desborde de ira
te oculté por un instante mi rostro;
pero con eterna misericordia tuve compasión de ti,
dice Yahvé, tu Redentor.
9 Pues esto es para Mí (como lo de) las aguas de Noé,
cuando juré que las aguas de Noé no inundarían más la tierra;
así he jurado no enfurecerme más contra ti,
ni amenazarte.
10 Aun cuando se muevan los montes
y vacilen los collados,
mi misericordia no se alejará de ti,
y no vacilará mi alianza de paz,
dice el que se compadece de ti, Yahvé.
La nueva Jerusalén
11 Pobrecita, azotada por la tempestad, y que estás sin consuelo,
he aquí que Yo asentaré tus piedras
sobre carbunclos, y te cimentaré sobre zafiros.
12 Construiré tus almenas con rubíes,
tus puertas con piedras de cristal;
y toda tu muralla con piedras preciosas.
13 Todos tus hijos serán instruidos por Yahvé,
y gozarán de abundancia de paz.
14 Serás restablecida en justicia;
y estarás lejos de la opresión, pues nada tendrás que temer;
y lejos del espanto, el cual no te alcanzará más.
15 Si (enemigos) se juntan contra ti, no es de parte mía;
cuantos se juntaren contra ti, delante de ti caerán.
16 He aquí que Yo he hecho al herrero,
que sopla las brasas del fuego
y forja el arma para su obra.
Yo he hecho también al devastador para destruir.
17 Toda arma forjada contra ti será ineficaz,
y tú condenarás toda lengua que se mueva para juzgarte.
Ésta es la herencia de los siervos de Yahvé
y la justicia que de Mí les vendrá —oráculo de Yahvé.
Capítulo 55
Exhortación a aprovechar la salud mesiánica
1 ¡Oh vosotros, sedientos todos,
venid a las aguas!
Venid también los que no tenéis dinero,
comprad y comed;
sí, venid y comprad, sin dinero y sin pago,
vino y leche.
2 ¿Por qué pagáis dinero por lo que no es pan,
y os fatigáis por lo que no puede saciaros?
¡Escuchadme con atención
y comeréis lo que es bueno,
y vuestra alma se recreará
con pingües manjares!
3 Prestad vuestro oído y venid a Mí;
escuchad, y vivirá vuestra alma,
y Yo/ haré con vosotros una alianza eterna
(según) las misericordiosas promesas
dadas a David.
4 Mira, Yo le he constituido como testigo para los pueblos,
como caudillo y maestro de las naciones.
5 He aquí que llamarás a pueblos que no conocías,
y naciones que te eran desconocidas correrán hacia ti
por amor de Yahvé, tu Dios,
y del Santo de Israel, pues Él te ha glorificado.
Fecundidad y gloria de la nueva Sión
1 Regocíjate, estéril, tú que estabas sin hijos,
prorrumpe en júbilo y gritos de alegría, tú que nunca estuviste de parto;
pues son más numerosos los hijos de la abandonada
que los hijos de aquella que tiene marido, dice Yahvé.
2 Dilata el lugar de tu tienda,
que se hagan más anchas las pieles de tu pabellón;
no seas parca en ello, alarga tus cuerdas,
y afianza tus estacas.
3 Pues te extenderás a la derecha y a la izquierda;
porque tu prole poseerá las naciones,
y poblará las ciudades desoladas.
4 No temas, pues no quedarás confundida;
no te avergüences, porque no tendrás de qué avergonzarte.
Te olvidarás de la vergüenza de tu juventud,
y no te acordarás más del oprobio de tu viudez.
5 Porque esposo tuyo es tu Creador,
cuyo nombre es Yahvé de los ejércitos,
y tú redentor es el Santo de Israel,
que se llama Dios de toda la tierra.
6 Pues Yahvé te ha llamado (de nuevo)
como a una mujer abandonada y afligida de espíritu,
como a la esposa de la juventud que ha sido repudiada,
dice tu Dios.
7 Por un breve momento te abandoné;
mas con gran misericordia te acogeré de nuevo.
8 En un desborde de ira
te oculté por un instante mi rostro;
pero con eterna misericordia tuve compasión de ti,
dice Yahvé, tu Redentor.
9 Pues esto es para Mí (como lo de) las aguas de Noé,
cuando juré que las aguas de Noé no inundarían más la tierra;
así he jurado no enfurecerme más contra ti,
ni amenazarte.
10 Aun cuando se muevan los montes
y vacilen los collados,
mi misericordia no se alejará de ti,
y no vacilará mi alianza de paz,
dice el que se compadece de ti, Yahvé.
La nueva Jerusalén
11 Pobrecita, azotada por la tempestad, y que estás sin consuelo,
he aquí que Yo asentaré tus piedras
sobre carbunclos, y te cimentaré sobre zafiros.
12 Construiré tus almenas con rubíes,
tus puertas con piedras de cristal;
y toda tu muralla con piedras preciosas.
13 Todos tus hijos serán instruidos por Yahvé,
y gozarán de abundancia de paz.
14 Serás restablecida en justicia;
y estarás lejos de la opresión, pues nada tendrás que temer;
y lejos del espanto, el cual no te alcanzará más.
15 Si (enemigos) se juntan contra ti, no es de parte mía;
cuantos se juntaren contra ti, delante de ti caerán.
16 He aquí que Yo he hecho al herrero,
que sopla las brasas del fuego
y forja el arma para su obra.
Yo he hecho también al devastador para destruir.
17 Toda arma forjada contra ti será ineficaz,
y tú condenarás toda lengua que se mueva para juzgarte.
Ésta es la herencia de los siervos de Yahvé
y la justicia que de Mí les vendrá —oráculo de Yahvé.
Capítulo 55
Exhortación a aprovechar la salud mesiánica
1 ¡Oh vosotros, sedientos todos,
venid a las aguas!
Venid también los que no tenéis dinero,
comprad y comed;
sí, venid y comprad, sin dinero y sin pago,
vino y leche.
2 ¿Por qué pagáis dinero por lo que no es pan,
y os fatigáis por lo que no puede saciaros?
¡Escuchadme con atención
y comeréis lo que es bueno,
y vuestra alma se recreará
con pingües manjares!
3 Prestad vuestro oído y venid a Mí;
escuchad, y vivirá vuestra alma,
y Yo/ haré con vosotros una alianza eterna
(según) las misericordiosas promesas
dadas a David.
4 Mira, Yo le he constituido como testigo para los pueblos,
como caudillo y maestro de las naciones.
5 He aquí que llamarás a pueblos que no conocías,
y naciones que te eran desconocidas correrán hacia ti
por amor de Yahvé, tu Dios,
y del Santo de Israel, pues Él te ha glorificado.
Lucas 17:20–27
Las dos venidas del Mesías
20 Interrogado por los fariseos acerca de cuándo vendrá el reino de Dios, les respondió y dijo: “El reino de Dios no viene con advertencia, 21 ni dirán: «¡Está aquí!» o «¡Está allí!» porque ya está el reino de Dios en medio de vosotros”. 22 Dijo después a sus discípulos: “Vendrán días en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. 23 Y cuando os digan: «¡Está allí!» o «¡Está aquí!» no vayáis allí y no corráis tras de él. 24 Porque, como el relámpago, fulgurando desde una parte del cielo, resplandece hasta la otra, así será el Hijo del hombre, en su día. 25 Más primero es necesario que él sufra mucho y que sea rechazado por la generación esta. 26 Y como fue en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. 27 Comían, bebían, se casaban (los hombres), y eran dadas en matrimonio (las mujeres), hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el cataclismo y los hizo perecer a todos.
Las dos venidas del Mesías
20 Interrogado por los fariseos acerca de cuándo vendrá el reino de Dios, les respondió y dijo: “El reino de Dios no viene con advertencia, 21 ni dirán: «¡Está aquí!» o «¡Está allí!» porque ya está el reino de Dios en medio de vosotros”. 22 Dijo después a sus discípulos: “Vendrán días en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. 23 Y cuando os digan: «¡Está allí!» o «¡Está aquí!» no vayáis allí y no corráis tras de él. 24 Porque, como el relámpago, fulgurando desde una parte del cielo, resplandece hasta la otra, así será el Hijo del hombre, en su día. 25 Más primero es necesario que él sufra mucho y que sea rechazado por la generación esta. 26 Y como fue en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. 27 Comían, bebían, se casaban (los hombres), y eran dadas en matrimonio (las mujeres), hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el cataclismo y los hizo perecer a todos.
Resumen de la Parashá
La segunda lectura del libro del Génesis lleva el nombre de Noé. En hebreo, el nombre Noé se escribe Noaj. La palabra Noaj está relacionada con la palabra hebrea que significa "descanso". Génesis 5:29 dice que sus padres lo llamaron Noé (Nóaj, נח) porque esperaban que su hijo les diera descanso (najám, נחם) de sus fatigas. El contenido de la sección Noé narra la historia del diluvio de Noé, la torre de Babel y el comienzo de la línea abrahámica.
La segunda lectura del libro del Génesis lleva el nombre de Noé. En hebreo, el nombre Noé se escribe Noaj. La palabra Noaj está relacionada con la palabra hebrea que significa "descanso". Génesis 5:29 dice que sus padres lo llamaron Noé (Nóaj, נח) porque esperaban que su hijo les diera descanso (najám, נחם) de sus fatigas. El contenido de la sección Noé narra la historia del diluvio de Noé, la torre de Babel y el comienzo de la línea abrahámica.
Esquema de la Parashá
TORÁ
Génesis 6:1 - La maldad de la humanidad
Génesis 6:9 - Noé complace a Dios
Génesis 7:1 - El diluvio universal
Génesis 8:1 - El diluvio amaina
Génesis 8:20 - La promesa de Dios a Noé
Génesis 9:1 - El pacto con Noé
Génesis 9:18 - Noé y sus hijos
Génesis 10:1 - Las naciones descendientes de Noé
Génesis 11:1 - La Torre de Babel
Génesis 11:10 - Descendientes de Sem
Génesis 11:27 - Descendientes de Taré
PROFETAS
Isaías 54:1 - El pacto eterno de paz
Isaías 55:1 - Una invitación a la vida abundante
TORÁ
Génesis 6:1 - La maldad de la humanidad
Génesis 6:9 - Noé complace a Dios
Génesis 7:1 - El diluvio universal
Génesis 8:1 - El diluvio amaina
Génesis 8:20 - La promesa de Dios a Noé
Génesis 9:1 - El pacto con Noé
Génesis 9:18 - Noé y sus hijos
Génesis 10:1 - Las naciones descendientes de Noé
Génesis 11:1 - La Torre de Babel
Génesis 11:10 - Descendientes de Sem
Génesis 11:27 - Descendientes de Taré
PROFETAS
Isaías 54:1 - El pacto eterno de paz
Isaías 55:1 - Una invitación a la vida abundante