Iesous - Jesús y el Error del Fanatísmo Religioso
En griego la transliteración del hebreo Ieshúa y Iehoshúa es "Iesous", la "Ie" pertenece al hebreo "Ie", la "sou" (de Iesous, que se pronuncia "su" cuando el omicron y upsilon se combinan) pertenece al "shúa" hebreo. En griego como en español no existe letra alguna que pueda emitir el sonido "sh" de modo que en griego se escribe "sou" y se pronuncia "su". La terminación "s" (sigma, ς) en griego (Iesous) indica que el nombre pertenece al género masculino (ej. Moisés, Isaías, Jeremías, Elías, etc). De manera que, al transliterar Ieshúa o Iehoshúa al griego, lo que se obtiene es la pronunciación "Iesous" o más exacto "Iesus" (Ἰησοῦς). Jesús proviene de estas palabras, y no significa "He aquí el caballo", y esa patética pseudo-enseñanza dentro del mundo de la etimología carece de bases lógicas y coherentes. Y no es un estudiante serio aquel que promueve esta pésima pseudo-definición.
ι η σ ου ς
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I E S U S
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I E S U S
Los que dicen que el griego "sus" significa caballo no son estudiantes serios del estudio de las etimologías. Estas personas toman la técnica más fofa del mundo. Como si se tomara el hebreo Iehoshafat, y como tiene una terminación "fat" entonces deduzca que tiene alguna correlación con el inglés "gordo". Un razonamiento bastante incongruente e infantil. Es una pseudo-etimología para fines de entretenimiento y confusión y no debe confundirse con la legitimidad del estudio serio de la lingüística. Me imagino que estas personas se ven en aprietos cuando comen sus-hí, cuando se llaman sus-ana, etc... pero esos serán -sus- problemas pasionales.
Otros equivocadamente conectan la terminación -sus con "Zeus" (ΖΕΥΣ). En griego hay millones de palabras con esta terminación, y ninguna se conecta con "Zeus". La sigma (ς) final, o sea, la terminación "s", en griego se agrega para indicar que el nombre es de género masculino. Al hacer un análisis serio de estas dos palabras, se concluye que los significados de las raíces, la ortografía, y el uso, son diferentes, no se anexan el uno con el otro. Estas no son parientes en el mundo de la etimología. En griego no hay mejor forma para transliterar el nombre Ieshúa que Iesous. La realidad, es que estas personas son las que están paganizando el nombre del Mashíaj cuando es pronunciado en griego, cuando lo relacionan con Zeus. Estas mismas personas suelen crear e imponer nombres alternativos para el Mashíaj como "Yahshua". Pero si alguien quisiera llevar ese nombre en vergüenza se puede hacer fácilmente. Simplemente tomaría "Yahshua" y sacaría "Ahshu" de ella y ahora tenemos un nombre que se deriva directamente de la diosa hindú Shiva y esa persona diría que Ya es el dios pagano de Ebla. Y la nube que pasa hoy en los cielos parece una oveja, y por lo tanto es una oveja gigantesca volando en los cielos ¿No verdad? Así no es como funciona el estudio de las etimologías de las palabras. Sería bastante infantil adoptar una técnica como esta. De manera que nada tiene que ver con los motivos santurrones (falsa santidad) que arguyen algunos fanáticos religiosos.
La verdad es que Dios no elige hombres según la pronunciación de los nombres divinos que emiten sus labios ( lee I Samuel 16:7). Finalmente, Iesous o Jesús es una transliteración no muy exacta del hebreo Iehoshúa y Ieshúa. Jesús no es una "mala palabra" como el fanatísmo religioso quiere imponer en estos días. Para respaldar lo dicho, Mouses (hebraizado Moshé - transferido del egipcio al hebreo "mashá") era un nombre egipcio que proviene del vocablo egipcio "Mo" ("agua" en egipcio) y "Uses" ("rescatado" en egipcio), "rescatado del agua". Ya que la hija del Faraón le dio este nombre al niño que ella adoptó (Éxodo ii, 10), el nombre tiene que ser un nombre egipcio (para la definición de dicho nombre ("Mousés") léase Flavio Josefo, Antigüedades de los Judíos ii. 9, 6).
Según algunos documentos judíos como el Séfer Ha-Iashar y el Midrásh Rabá, Mouses tenía varios nombres en hebreo. Su padre lo llama Javar e Israel lo llama Shemayá, pero a través de la narrativa de la Torá Dios no lo llama mediante nombres hebreos, sino mediante el nombre egipcio (Mouses-Moshé), para enseñarnos a no ser tan tercos y aprendamos que su compasión y misericordia no desciende únicamente sobre aquellos que pronuncian el nombre de su Hijo correctamente en lengua hebrea. Para enseñarnos que su amor, compasión y misericordia no se limita cuando alguien pronuncia incorrectamente el nombre de su Hijo, sino que se extiende cuando se hace con un corazón puro, amoroso, transparante, sincero y humilde.
Y está escrito en la narrativa el libro de Jueces (12:6) que los miembros de la tribu de Efráim tenían dificultad para pronunciar la letra Shin (שׁ) con el punto masorético colocado en el extremo derecho de la letra, de manera que cuando ellos leían la letra Shin, pronunciaban "Sin" (שׂ). Esto indica que ellos se veían limitados en la habilidad de poder emitir el sonido "sh". Así cuando ellos leían el nombre Ieshúa, por así decirlo, ellos pronunciaban "Iesúa", y si esto fuera leído en griego, lo único que debe de hacerse es añadir una "s" al final de la palabra lo cual indica que el nombre pertenece al género masculino, y se obtendría la pronunciación "Iesuas", algo bastante similar a "Iesous".
Si tu lees la Septuaginta (versión griega del Tanáj) junto con el Nuevo Testamento en griego entonces Iesous o Jesús (Ἰησοῦς) representa la Torá, a Israel y a los Profetas en lengua griega, ya que fue traducido por escribas judíos y entonces ¿Cómo podrías en ese caso decir que Ieshúa y Jesús en esta traducción son distintas entidades cuando representan al mismo personaje? No es la semántica del nombre o por medio de qué cultura elegimos representarlo, lo que hace o deshace el fundamento doctrinal de cualquier sistema de creencias. No importaría la lengua que utilice, hebreo, griego, arameo, judeo-arameo, inglés, español, portugues, francés, ladino, italiano o chino que aún así puede formularse cualquier doctrina ajena a las Sacras Escrituras.
Creo que el nombre del Mashíaj se pronuncia Ieshúa y también Iehoshúa, que viene siendo es el mismo nombre. Pero no debemos de confundir esto con nuestra relación con Dios. "Porque el Eterno no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Eterno mira el corazón" (I Samuel 16:7).
Y agrego lo siguiente:
«Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero» (Revelación 7:9, 10)
Como nota final, esto no significa que uno no deba de hacer una diferencia entre los falsos "mesías" presentados por la religión. Pero no es la semántica del nombre la diferencia, ni tampoco es lo que hace o deshace el fundamento doctrinal de cualquier sistema de creencias. El problema se encuentra en el sistema religioso y la deformación sobre la geniuna enseñanza y persona de Ieshúa que es el Mashíaj. Yo creo que el nombre del Mashíaj es Ieshúa, y por supuesto, el que conoce esta verdad debe de aferrarse a ella y enseñarla con compasión, paciencia y amor, evitando afectar una santidad superior simplemente porque posee el conocimiento de como pronunciar el nombre en hebreo. Y a esto agrego las palabras de Shául (o Pablo, Paulos):
«Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy» (1ra Carta a la Comunidad de Corintio 13:1-2)
Otros equivocadamente conectan la terminación -sus con "Zeus" (ΖΕΥΣ). En griego hay millones de palabras con esta terminación, y ninguna se conecta con "Zeus". La sigma (ς) final, o sea, la terminación "s", en griego se agrega para indicar que el nombre es de género masculino. Al hacer un análisis serio de estas dos palabras, se concluye que los significados de las raíces, la ortografía, y el uso, son diferentes, no se anexan el uno con el otro. Estas no son parientes en el mundo de la etimología. En griego no hay mejor forma para transliterar el nombre Ieshúa que Iesous. La realidad, es que estas personas son las que están paganizando el nombre del Mashíaj cuando es pronunciado en griego, cuando lo relacionan con Zeus. Estas mismas personas suelen crear e imponer nombres alternativos para el Mashíaj como "Yahshua". Pero si alguien quisiera llevar ese nombre en vergüenza se puede hacer fácilmente. Simplemente tomaría "Yahshua" y sacaría "Ahshu" de ella y ahora tenemos un nombre que se deriva directamente de la diosa hindú Shiva y esa persona diría que Ya es el dios pagano de Ebla. Y la nube que pasa hoy en los cielos parece una oveja, y por lo tanto es una oveja gigantesca volando en los cielos ¿No verdad? Así no es como funciona el estudio de las etimologías de las palabras. Sería bastante infantil adoptar una técnica como esta. De manera que nada tiene que ver con los motivos santurrones (falsa santidad) que arguyen algunos fanáticos religiosos.
La verdad es que Dios no elige hombres según la pronunciación de los nombres divinos que emiten sus labios ( lee I Samuel 16:7). Finalmente, Iesous o Jesús es una transliteración no muy exacta del hebreo Iehoshúa y Ieshúa. Jesús no es una "mala palabra" como el fanatísmo religioso quiere imponer en estos días. Para respaldar lo dicho, Mouses (hebraizado Moshé - transferido del egipcio al hebreo "mashá") era un nombre egipcio que proviene del vocablo egipcio "Mo" ("agua" en egipcio) y "Uses" ("rescatado" en egipcio), "rescatado del agua". Ya que la hija del Faraón le dio este nombre al niño que ella adoptó (Éxodo ii, 10), el nombre tiene que ser un nombre egipcio (para la definición de dicho nombre ("Mousés") léase Flavio Josefo, Antigüedades de los Judíos ii. 9, 6).
Según algunos documentos judíos como el Séfer Ha-Iashar y el Midrásh Rabá, Mouses tenía varios nombres en hebreo. Su padre lo llama Javar e Israel lo llama Shemayá, pero a través de la narrativa de la Torá Dios no lo llama mediante nombres hebreos, sino mediante el nombre egipcio (Mouses-Moshé), para enseñarnos a no ser tan tercos y aprendamos que su compasión y misericordia no desciende únicamente sobre aquellos que pronuncian el nombre de su Hijo correctamente en lengua hebrea. Para enseñarnos que su amor, compasión y misericordia no se limita cuando alguien pronuncia incorrectamente el nombre de su Hijo, sino que se extiende cuando se hace con un corazón puro, amoroso, transparante, sincero y humilde.
Y está escrito en la narrativa el libro de Jueces (12:6) que los miembros de la tribu de Efráim tenían dificultad para pronunciar la letra Shin (שׁ) con el punto masorético colocado en el extremo derecho de la letra, de manera que cuando ellos leían la letra Shin, pronunciaban "Sin" (שׂ). Esto indica que ellos se veían limitados en la habilidad de poder emitir el sonido "sh". Así cuando ellos leían el nombre Ieshúa, por así decirlo, ellos pronunciaban "Iesúa", y si esto fuera leído en griego, lo único que debe de hacerse es añadir una "s" al final de la palabra lo cual indica que el nombre pertenece al género masculino, y se obtendría la pronunciación "Iesuas", algo bastante similar a "Iesous".
Si tu lees la Septuaginta (versión griega del Tanáj) junto con el Nuevo Testamento en griego entonces Iesous o Jesús (Ἰησοῦς) representa la Torá, a Israel y a los Profetas en lengua griega, ya que fue traducido por escribas judíos y entonces ¿Cómo podrías en ese caso decir que Ieshúa y Jesús en esta traducción son distintas entidades cuando representan al mismo personaje? No es la semántica del nombre o por medio de qué cultura elegimos representarlo, lo que hace o deshace el fundamento doctrinal de cualquier sistema de creencias. No importaría la lengua que utilice, hebreo, griego, arameo, judeo-arameo, inglés, español, portugues, francés, ladino, italiano o chino que aún así puede formularse cualquier doctrina ajena a las Sacras Escrituras.
Creo que el nombre del Mashíaj se pronuncia Ieshúa y también Iehoshúa, que viene siendo es el mismo nombre. Pero no debemos de confundir esto con nuestra relación con Dios. "Porque el Eterno no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Eterno mira el corazón" (I Samuel 16:7).
Y agrego lo siguiente:
«Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero» (Revelación 7:9, 10)
Como nota final, esto no significa que uno no deba de hacer una diferencia entre los falsos "mesías" presentados por la religión. Pero no es la semántica del nombre la diferencia, ni tampoco es lo que hace o deshace el fundamento doctrinal de cualquier sistema de creencias. El problema se encuentra en el sistema religioso y la deformación sobre la geniuna enseñanza y persona de Ieshúa que es el Mashíaj. Yo creo que el nombre del Mashíaj es Ieshúa, y por supuesto, el que conoce esta verdad debe de aferrarse a ella y enseñarla con compasión, paciencia y amor, evitando afectar una santidad superior simplemente porque posee el conocimiento de como pronunciar el nombre en hebreo. Y a esto agrego las palabras de Shául (o Pablo, Paulos):
«Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy» (1ra Carta a la Comunidad de Corintio 13:1-2)