Es importante notar, en contra de la postura Arriana, que cuando Pablo habla de "Un solo Dios", está haciendo referencia únicamente a la exclusión de los dioses falsos, y no al Hijo ni al Espíritu Santo. Es importante destacar que cuando Pablo dice que tenemos un solo SEÑOR (Κύριος), no excluye al Padre, y cuando dice que tenemos un solo DIOS (Θεὸς), no excluye al Hijo (Jn 1.1; Sal 33.6; cf Gn 1). Esta afirmación de Pablo es una explicación post-revelación del Mesías acerca del Shemá (Deuteronomio 6:4) que dice: "Escucha Israel: El SEÑOR (Κύριος) nuestro DIOS (Θεὸς), el SEÑOR (Κύριος) uno es". Aquí Pablo dice que tenemos un solo DIOS (Θεὸς): el Padre, pero no se detiene allí, Pablo realiza un juego de palabras sobre el Shemá (Dt 6.4), agrega y dice: tenemos un solo SEÑOR (Κύριος): el Hijo. Es decir, Pablo aplica todo el Shemá, que es la máxima expresión de fe en la Torá (véase Mt 22.36-38), al Padre y al Hijo.
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