En Col cap. 1 Shaúl hace varias afirmaciones capitales sobre el Mesías: “la imagen del Dios invisible"; "El primogénito de toda la creación"; todo fue hecho por él, visibles e invisibles; todo fue creado por él y para él; es antes que todo y todo subsiste en él. La idea general es clara: Ieshúa está por encima de toda la creación.
El pasaje en cuestión es el siguiente:
| “Ieshúa el Mesías es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1.15-16)
El razonamiento de los Testigos de Jehová ante este pasaje es el siguiente: ‘La expresión “primogénito de toda la creación” nos enseña (según ellos) que Jesucristo fue creado antes que todas las cosas, y que luego fue usado por Dios como medio para crear las otras cosas. Si Jesucristo fue creado, entonces Él no puede ser Dios’.
En respuesta a este argumento a la luz que Dios nos ha dado. El vocablo griego para “primogénito” en la expresión “primogénito de toda la creación” es πρωτοτοκος. La mayoría de lectores comprenden esta palabra como un genitivo partitivo. El genitivo partitivo implica la totalidad de la cual el sustantivo descrito es una parte. El sustantivo descrito implica que es una porción o parte de una totalidad: “algunos de los fariseos”, “uno de ustedes”, o “la rama del árbol”. Sin embargo, el uso que Pablo le da a πρωτοτοκος (primogénito) es un genitivo de subordinación. Me explico a continuación.
El genitivo de subordinación muestra la relación de una entidad sobre otra. La traducción de un genitivo de subordinación debe permitir algo que exprese subordinación: “sobre”. El sustantivo descrito expresa un dominio, reino o autoridad. Ejemplos de genitivos de subordinación:
Mc 15.32 - El Mesias, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos.
Jn 12.31 - Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Hch 4.26 - Se reunieron los reyes de la tierra.
Sant 5.4 - Los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
En Col 1.15 el lector debe de entender la expresión “primogénito de toda la creación” de la misma manera expresada en los ejemplos de arriba. Es decir, que el término πρωτοτοκος que se traduce como “primogénito”, no se está expresando en relación al tiempo del nacimiento de una persona, sino a la autoridad de la persona (el preeminente). Tampoco se expresa como un genitivo partitivo. El genitivo no está indicando aquello de lo que él es miembro o parte de, sino la categoría sobre la cual él es primogénito. Solo entendiendo la expresión πρωτοτοκος πασης κτισεως, es decir, “Primogénito de toda la creación”, como un genitivo de subordinación, es que la cláusula que le sigue (“porque en él fueron creadas todas las cosas, etc.”) toma sentido - es decir, no tiene sentido decir, “Él fue la primer cosa creada, porque todo fue creado por él.” El genitivo de subordinación especifíca aquello que está subordinado a o bajo el dominio del núcleo sintáctico. De modo que, el primogénito no es parte de la creación, sino el primogénito (el preeminente) es la cabeza de la creación. De manera que, Ieshúa no es parte de la creación, sino la creación esta subordinada a él, porque él es el Primogénito sobre toda la creación.
Dicho esto, hay algo más en Col 1.15, donde Ieshúa es descrito como "la imagen del Dios invisible", y también en Heb 1.3, como "el resplandor de su gloria y la imagen misma de su persona". Con algo de investigación uno puede mostrar que estas expresiones que estaban al día entre los judíos en relación con el Metatrón o el Ángel del Eterno, al parecer se transfirieron aquí al Mesías.
Hay algo extraño en estos pasajes (Col 1.15 y Heb 1.3). Uno no puede sino sentir a lo largo de la lectura que estos pasajes no están enunciando la doctrina que se trata como si fuera por primera vez, sino que apuntan a algo ya existente. Parece que las expresiones dichas están relacionados de alguna manera con la teología judía de la época. Bahr ha señalado correctamente que "la idea de un revelador de la Deidad era para los judíos una de las verdades principales de la religión, que expresaban en ese momento." Las mismas observaciones se aplican a la doctrina de Jn con respecto al Logos (Palabra, Habla, Verbo). La manera en que Jn trata sobre el tema del Logos muestra muy claramente que su intención no era dar a conocer esta doctrina por primera vez, sino simplemente mostrar la relación en la que el Mesías se encontraba en línea con doctrina aludida.
Podemos comparar el texto en análisis con pasajes en donde el llamado el Metatrón o el Ángel del Eterno es llamado, por ejemplo, en el Zohar fol. 77, Sulzb., תחלת בריותיו של מקום, "la causa de las criaturas de Dios" y compararlo con Col 1.15, "el primogénito de toda la creación." Al Metatrón se le llama "la gloria, la cobertura de Dios", "por quien Dios es conocido", "el que tiene la imagen de Dios", "el ser en cuya imagen el hombre fue creado" (R. Bejái, en Edzard, pg. 232;. Ialqut Jadásh, pg 237; Zohar, lc;. y 3 fol. 91; Sulz Sommer, pg. 36 ). Al comparar estas afirmaciones con la de Col 1.15: "la imagen del Dios invisible" y la de Heb 1.3: "el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su persona," resulta imposible resistirse a la conclusión de que las expresiones que los judíos estaban en el hábito de aplicar al Metatrón se transfirieron al Mesías..
Ahora bien, si Ieshúa no es "Dios", ¿cómo entonces él "hizo todas las cosas por él y para él"?
Sólo Dios es increado y eterno. Sólo Dios es el creador de todas las cosas.
Entonces, ¿cómo alguien creó todas las cosas cuando él mismo tuvo que ser creado?
Es ilógico. No, no es un "misterio" que podemos simplemente evadir y restarle importancia. Es ilógico. Es una contradicción. La Biblia no es un libro de contradicciones. Es un libro de verdad. Ieshúa debe ser Dios porque él creó todas las cosas.
Tan simple como eso.
Si Ieshúa es el creador de todas las cosas,
Y el creador de todas las cosas es Dios,
Entonces Ieshúa es Dios.
El pasaje en cuestión es el siguiente:
| “Ieshúa el Mesías es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1.15-16)
El razonamiento de los Testigos de Jehová ante este pasaje es el siguiente: ‘La expresión “primogénito de toda la creación” nos enseña (según ellos) que Jesucristo fue creado antes que todas las cosas, y que luego fue usado por Dios como medio para crear las otras cosas. Si Jesucristo fue creado, entonces Él no puede ser Dios’.
En respuesta a este argumento a la luz que Dios nos ha dado. El vocablo griego para “primogénito” en la expresión “primogénito de toda la creación” es πρωτοτοκος. La mayoría de lectores comprenden esta palabra como un genitivo partitivo. El genitivo partitivo implica la totalidad de la cual el sustantivo descrito es una parte. El sustantivo descrito implica que es una porción o parte de una totalidad: “algunos de los fariseos”, “uno de ustedes”, o “la rama del árbol”. Sin embargo, el uso que Pablo le da a πρωτοτοκος (primogénito) es un genitivo de subordinación. Me explico a continuación.
El genitivo de subordinación muestra la relación de una entidad sobre otra. La traducción de un genitivo de subordinación debe permitir algo que exprese subordinación: “sobre”. El sustantivo descrito expresa un dominio, reino o autoridad. Ejemplos de genitivos de subordinación:
Mc 15.32 - El Mesias, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos.
Jn 12.31 - Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Hch 4.26 - Se reunieron los reyes de la tierra.
Sant 5.4 - Los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
En Col 1.15 el lector debe de entender la expresión “primogénito de toda la creación” de la misma manera expresada en los ejemplos de arriba. Es decir, que el término πρωτοτοκος que se traduce como “primogénito”, no se está expresando en relación al tiempo del nacimiento de una persona, sino a la autoridad de la persona (el preeminente). Tampoco se expresa como un genitivo partitivo. El genitivo no está indicando aquello de lo que él es miembro o parte de, sino la categoría sobre la cual él es primogénito. Solo entendiendo la expresión πρωτοτοκος πασης κτισεως, es decir, “Primogénito de toda la creación”, como un genitivo de subordinación, es que la cláusula que le sigue (“porque en él fueron creadas todas las cosas, etc.”) toma sentido - es decir, no tiene sentido decir, “Él fue la primer cosa creada, porque todo fue creado por él.” El genitivo de subordinación especifíca aquello que está subordinado a o bajo el dominio del núcleo sintáctico. De modo que, el primogénito no es parte de la creación, sino el primogénito (el preeminente) es la cabeza de la creación. De manera que, Ieshúa no es parte de la creación, sino la creación esta subordinada a él, porque él es el Primogénito sobre toda la creación.
Dicho esto, hay algo más en Col 1.15, donde Ieshúa es descrito como "la imagen del Dios invisible", y también en Heb 1.3, como "el resplandor de su gloria y la imagen misma de su persona". Con algo de investigación uno puede mostrar que estas expresiones que estaban al día entre los judíos en relación con el Metatrón o el Ángel del Eterno, al parecer se transfirieron aquí al Mesías.
Hay algo extraño en estos pasajes (Col 1.15 y Heb 1.3). Uno no puede sino sentir a lo largo de la lectura que estos pasajes no están enunciando la doctrina que se trata como si fuera por primera vez, sino que apuntan a algo ya existente. Parece que las expresiones dichas están relacionados de alguna manera con la teología judía de la época. Bahr ha señalado correctamente que "la idea de un revelador de la Deidad era para los judíos una de las verdades principales de la religión, que expresaban en ese momento." Las mismas observaciones se aplican a la doctrina de Jn con respecto al Logos (Palabra, Habla, Verbo). La manera en que Jn trata sobre el tema del Logos muestra muy claramente que su intención no era dar a conocer esta doctrina por primera vez, sino simplemente mostrar la relación en la que el Mesías se encontraba en línea con doctrina aludida.
Podemos comparar el texto en análisis con pasajes en donde el llamado el Metatrón o el Ángel del Eterno es llamado, por ejemplo, en el Zohar fol. 77, Sulzb., תחלת בריותיו של מקום, "la causa de las criaturas de Dios" y compararlo con Col 1.15, "el primogénito de toda la creación." Al Metatrón se le llama "la gloria, la cobertura de Dios", "por quien Dios es conocido", "el que tiene la imagen de Dios", "el ser en cuya imagen el hombre fue creado" (R. Bejái, en Edzard, pg. 232;. Ialqut Jadásh, pg 237; Zohar, lc;. y 3 fol. 91; Sulz Sommer, pg. 36 ). Al comparar estas afirmaciones con la de Col 1.15: "la imagen del Dios invisible" y la de Heb 1.3: "el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su persona," resulta imposible resistirse a la conclusión de que las expresiones que los judíos estaban en el hábito de aplicar al Metatrón se transfirieron al Mesías..
Ahora bien, si Ieshúa no es "Dios", ¿cómo entonces él "hizo todas las cosas por él y para él"?
Sólo Dios es increado y eterno. Sólo Dios es el creador de todas las cosas.
Entonces, ¿cómo alguien creó todas las cosas cuando él mismo tuvo que ser creado?
Es ilógico. No, no es un "misterio" que podemos simplemente evadir y restarle importancia. Es ilógico. Es una contradicción. La Biblia no es un libro de contradicciones. Es un libro de verdad. Ieshúa debe ser Dios porque él creó todas las cosas.
Tan simple como eso.
Si Ieshúa es el creador de todas las cosas,
Y el creador de todas las cosas es Dios,
Entonces Ieshúa es Dios.