Esav va detrás de Iaacóv. Esav, que es Edóm, se dirige a Iaacóv en búsqueda de un reencuentro, y con el deseo de matar a su hermano. Esav deseaba matar a su hermano Iaacóv, porque Iaacóv le había robado la bendición que le pertenecía. En la narrativa de la Torá se registran dos bendiciones, la brajá, que pertenece a una bendición de bienestar, riqueza y salud, y la bejirá, la bendición de Abraham que pertenecía al primogénito. Según relata la Torá, Esav vendió a Iaaqóv la bejirá, la bendición de la primogenitura. Años después, Itzjaq padre de ambos hermanos, llama a Esav para bendecirlo, y a pesar que Itzjaq sufría de una ceguera física, él sabía que la bejirá no pertenecía a Esav. Iaacóv pensando, quizás, que Itzjaq le daría la bejirá a Esav, se apresura y se disfraza de Esav que era bastante velludo. Y aprovechándose de la ceguera física de su padre, lo engaña haciéndose pasar por Esav, y de esta manera Iaacóv toma la brajá ("bendicion") de Esav, y también tiene la bejirá, porque Esav se la había vendido. Es sabido que la bendición con la que Itzjaq iba a bendecir a Esav no era la bejirá sino la brajá, porque según la narrativa de la Torá, la bendición que Itzjaq le da a Iaacóv, pensando que era Esav,, no es la bejirá - la bendición que Elohím le dio a Abraham. Esta fue la bendición sobre Iaacóv, cuando Itjzaq pensó que era Esav, es decir, la bendición que originalmente pertenecía a Esav:
Que Elohím te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra, y abundancia de trigos y mostos. Que te sirvan los pueblos y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos, que los hijos de tu madre se inclinen ante ti. Sea maldito quien te maldiga, y bendito quien te bendiga. (Gn 27:28-29)
Esta es una bendición sobre riqueza y poder – pertenece a una brajá. La bendición de la primogenitura, la bejirá, fue dada a Iaacóv antes que él dejara Harán: "Que el El Shadái te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones. Que te conceda la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia, para que te hagas dueño de la tierra en que ahora vives, y que Elohím dio a Abraham." (Gn 28:3-4). Esta segunda bendición dada a Iaacóv es una bendición ligada a la alianza que Elohím hizo con Abraham, la cual se enfoca en los descendientes y la tierra, y no se vincula con la riqueza y el poder en este mundo donde el orín y la polilla corrompen (Jn 6:19).
Antes del encuentro entre estos dos hermanos rivales, Iaacóv se encuentra en un enfrentamiento contra un varón llamado "Elohím". La razón por la cual Iaacóv lucha contra este varón es porque el varón llamado Elohím, representa la Torá de Elohím. Cuando el hombre no se encuentra en reconciliación con Dios, éste se encuentra en una lucha contra Dios, pues desea bendición, pero a la vez esta infringiendo su ley yendo en contra de ella, es decir, luchando contra ella. El profeta Mijá (Miquéas 7.20) dice "le mostrarás la realidad a Iaacóv", es decir, le mostrarás quién es él, le mostrarás su falta y su pecado, para que se arrepienta. Iaacóv ha-tzadiq ("Iaaqóv el Justo" popularmente "Santiago") hermano de Marán Ieshúa dice que el modelo del hombre es la Torá, es decir, es el elemento que le muestra la realidad al ser humano, cómo es y cómo debería de ser.:
El que escucha la Palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era. Todo lo contrario el que fija su atención en la Torá perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla. (Carta de Iaaqóv Ha-Tzadiq o Santiago 1:23-25)
Ieshúa es el Davár ("Habla"; "Palabra") hecha carne, él es la Torá vestida en carne, y cuando nosotros leemos la Torá, vemos el rostro de Ieshúa en ella, porque de él escribió Moshé (Jn 1.45), y de este modo el hombre aprende cómo es (egoísta, malvado) y cómo debería de ser (altruista, justo). De manera, que Iaaqóv luchaba contra el Mashíaj / Mesías.
En la lucha de Iaaqóv contra el Mashíaj / Mesías, contra la Torá, que conocemos que es Ieshúa, él vio su realidad, viendo a Ieshúa, que es el modelo y la justicia viva, Iaacóv entendió que él no está en la condición de justicia que debería de estar, y de este modo reconoce su error y su falta.
El deseo de pecar siempre está por encima del hombre, pero el hombre debe de gobernar sobre él, lo que careció en Caín: "Si obras bien, andarás con la cabeza levantada. Pero si obras mal, el pecado acecha a la puerta de tu casa para someterte, sin embargo tú puedes dominarlo" (Gn 4:7). Caín no dominó el deseo de pecar. El terminó asesinando a su hermano Jével, y fue exiliado de la familia. Ahora es el tiempo de Iaacóv para retornar y tomar control sobre el ietzér hará ("inclinación al mal") desde hace veinte años. Y vemos esto por medio de la confesión de su nombre hacia el ish ("varón") aún no identificado:
Y le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Iaacóv (Gn 32:27).
Uno de los significados del hebreo Iaacóv es "tramposo" o "uno que engaña", del adjetivo "aqov" que se define como "insidioso", "engañoso". Según la narrativa de la Torá, Iaacóv no dejaba ir al ish ("varón") identificado como el Mashíaj /Mesías y Elohím, hasta que lo bendijere, y el varón le responde "¿Cuál es tu nombre?" Al dar su nombre, Iaacóv está aceptando la realidad acerca de quién es él. Él respondió, "Yo soy un tramposo ("Iaacóv")". Yo engañé a mi padre haciéndolo pensar que era Esav, aprovechándome de su ceguera, yo engañé a mi hermano y le robé su brajá ("bendición de bienestar"). Esta confesión, este acto de humildad y reconocimiento de faltas, condujo a Iaacóv a la victoria sobre el juicio. De modo que, el resultado de la humildad y la confesión de Iaacóv es un cambio de nombre, es decir, un cambio de naturaleza, de "engañador" a "justo de El ("Dios")" = Israel.
Iaacóv ve el rostro de Elohím, es decir, al Mashíaj /Mesías, la Justicia, la Torá, el Modelo, y observa que él está en pecado, y no está en la condición de justicia que debería de estar, de manera, que el texto dice: "Y llamó Iaacóv el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Elohím cara a cara, y fue librada mi alma" (Gn 32:31 o 30 versión cristiana). Con bastante frecuencia en los escritos de Filón de Alejandría, y también deducido por el Séder Eliáhu Rabá (25[27], pg. 138-139), el hebreo Israel también puede leerse como una contracción de "ish-raá-el", "El hombre que ve a Elohím". (Nahúm Sarna pg. 405)
En el día del encuentro entre estos dos hermanos, la narrativa de Génesis dice que Esav salió corriendo y abrazó a Iaacóv, y Iaacóv se postró delante de Esav siete veces (plenamente). Luego Iaacóv llama a su hermano Esav "adoní" ("mi señor") por cuatro veces (33:8,13,14,15). Y dos veces él es llamado el "siervo de Esav" (33:5, 14). Y entre la narrativa "se acercaron las siervas de Iaacóv con sus hijos, e hicieron profunda reverencia; se acercó también Lea con sus hijos, y se postraron; por último se acercaron Ioséf y Rajel y se postraron" (Gn 33:6-7) ¿Qué pasa aquí y con la aparente inversión de la brajá ("bendición") de Iaacóv (Gn 27:29 - Sé señor de tus hermanos y los hijos de tu madre se inclinen a ti)? Esto debe de conectarse con los detalles de la pelea de la noche anterior contra Elohím.
Iaacóv verdaderamente robó la "brajá" ("bendición de bienestar") a Esav. ¿Cómo Iaacóv robó esta bendición? Itzjaq, padre de Esav y Iaacóv, sufría de ceguera física, de manera que no podía ver, ni discernir visualmente. Iaacóv por orden de Rivqa, viendo la incapacidad de su padre, se disfraza de Esav, y aprovechando la ceguera de su padre se dirige a robar la bendición ("brajá") de Esav. Esav al enterarse de la noticia desea matar a Iaacóv, de modo que, Iaacóv huye de Esav. Iaacóv huyendo se dirige a la casa de Laván su pariente, y Laván tenía dos hijas gemelas (Iashar 28:26-29), Lea y Rajél. Iaacóv deseaba a Rajel, e hizo un trato con Laván de trabajar por Rajél por siete años. Al final de los siete años, Iaacóv pide a Rajél como mujer, y Laván viendo la situación le entregó a Lea en lugar de Rajél ¿Cómo Laván engañó a Iaacóv? Según el Séfer Ha-Yashar (cap. 31) Laván hizo fiesta de bodas por la ocasión, y en la fiesta que se llevó a cabo en la noche, apagó todas las velas y todas las luces del lugar, para que Iaacóv se viera privado de su vista. Viéndose Iaacóv privado de su vista, como si fuera ciego, Laván lo engaña y le entrega a Lea en lugar de Rajel. En total Iaacóv trabajó 20 años con Laván. Siete años por Lea, siete por Rajel y seis por Laván. Cuando Iaacóv engañó a su padre, ese engañó abarcó a más de una persona: 1) a Elohím; al tratar de engañar a Itzjaq, trató de engañar a Elohím. 2) a Itzjaq su padre, que se aprovechó de su ceguera física y 3) a su hermano Esav, que por medio de un engaño robó su brajá ("bendición de bienestar"). Las experiencias que vivimos son causales y no casuales, por ello debemos aprovechar la posibilidad de aprendizaje que nos brindan. Así como Iaacóv engañó a su padre Itzjaq, aprovechándose de su ceguera, años después Iaacóv fue engañado por Laván, quien se aprovechó de él, privándolo de su vista.
La conclusión después de la lucha de Iaacóv es que él se encuentra en una posición de humildad y reconocimiento de faltas, de manera que Iaacóv quiere entregarle la brajá que él había tomado ilegalmente por robo y engaño a Esav. La consciencia de Iaacóv ha despertado, y él ahora entiende porque le han sobrevenido tantas angustias y daños morales y éticos contra su vida. ¿Por qué no vemos a un Iaacóv confirmando la autoridad que tenía por medio de la brajá ("bendición") que él había obtenido al engañar a su padre Itzjaq? Porque Iaacóv entendió que a pesar que la bejirá ("bendición de Abraham"; "bendición de la primogenitura") si le pertenecía a él, pues la obtuvo legalmente cuando Esav se la vendió, la brajá ("bendición de bienestar"; "riqueza"; "poder" en este mundo), en cambio, le pertenecía Esav. Iaacóv estando consciente de sus actos, el robar la brajá y engañar a su padre, le propone a Esav lo siguiente:
Le preguntó Esav: "¿Qué significan todos aquellos grupos con los que me he encontrado?" Respondió Iaacóv: "Esos eran para ganarme tu favor. Le dijo Esav: "Hermano, yo tengo mucho, guarda lo que es tuyo. Pero Iaacóv contestó: "No, por favor. Si realmente me quieres, acepta el regalo ("minjá") que te ofrezco, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Elohím, y tú me has acogido. Acepta, pues, la brajá ("bendición") que te he traído, ya que Elohím me ha favorecido, y tengo de todo. (Gn 33:8-11)
Iaacóv le pide a Esav que acepte su regalo ("minjá") cinco veces en la narrativa, y luego le pide que toma la "brajá" (la bendición que él había tomado ilegalmente) de regreso, reconociendo que a su hermano le pertenecía, y Esav acepta. Es necesario reiterar que la bendición que Iaacóv le devuelve a Esav es la brajá ("bendición"; "poder"; "riqueza") y no la bejirá ("bendición de Abraham", "la primogenitura"). Y es necesario resaltar que Iaacóv era un hombre justo, él es el patriarca, y Elohím a él lo escogió como padre de todo Israel, él es un hombre justo, y en su justicia se humilló y reconoció su error. Iaacóv es uno de los tres patriarcas, y estos tres patriarcas simbolizan la Divinidad (ABraham - El Padre, Itzjaq hijo único de Abraham - El Hijo y Iaacóv que salió de los lomos de ambos simboliza al Rúaj Haqódesh, Espíritu Santo de Elohím), de manera que no podemos decir, ni siquiera insinuar, que los patriarcas no eran hacedores de justicia, sino que ellos eran justos y humildes, reconociendo también que Elohím es la única fuente de justicia, y que sólo él es el Justo.
Iaacóv no solo se humilló y reconoció su falta y creyó en Elohím e hizo teshuvá ("arrepentimiento"), sino también rectificó el daño hecho, y retornó lo que había robado, la brajá, añadiendo varios regalos. Cuando el hombre toma la actitud de este patriarca, de ver a Ieshúa, la Torá, y juzgarse a sí mismo, para ver sus errores a través de la visión del Perfecto, del Modelo, el Mashíaj /Mesías, entonces el hombre es capaz de humillarse, reconocer sus faltas y rectificar correctamente, y de esta manera, Elohím hace justicia en él, y el hombre vence el juicio al ser justificado no por su obras, sino por la misericordia de IHVH.
Cuando Iaacóv se había humillado en la lucha que tuvo, cuenta la Torá que "salió el sol sobre Iaacóv" (Gn 32:31) ¿Por qué dice que salió sobre Iaacóv? ¿Acaso el sol no sale sobre todo el mundo? La razón por la cual especifica que el sol salió sobre Iaacóv, es porque Iaacóv se había arrepentido, cuando Iaacóv salió huyendo de la tierra de Caanán por haberse robado la brajá de su hermano y por haber engañado a su padre, entonces relata la Torá que el sol, la luz, se había escondido de él (Gn 28:11), pero ahora, dice "salió el sol sobre Iaacóv" es decir, la luz alumbró sobre él. Así mismo, cuando el hombre se arrepiente de sus pecados al analizarse asi mismo en comparación con el Perfecto, la Palabra, la Torá, el Mashíaj /Mesías, entonces la luz sale sobre él, como está escrito "Lámpara es a mis pies tu Palabra (heb. Davár), y lumbrera a mi camino" (Sal 119:105).
Que Elohím te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra, y abundancia de trigos y mostos. Que te sirvan los pueblos y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos, que los hijos de tu madre se inclinen ante ti. Sea maldito quien te maldiga, y bendito quien te bendiga. (Gn 27:28-29)
Esta es una bendición sobre riqueza y poder – pertenece a una brajá. La bendición de la primogenitura, la bejirá, fue dada a Iaacóv antes que él dejara Harán: "Que el El Shadái te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones. Que te conceda la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia, para que te hagas dueño de la tierra en que ahora vives, y que Elohím dio a Abraham." (Gn 28:3-4). Esta segunda bendición dada a Iaacóv es una bendición ligada a la alianza que Elohím hizo con Abraham, la cual se enfoca en los descendientes y la tierra, y no se vincula con la riqueza y el poder en este mundo donde el orín y la polilla corrompen (Jn 6:19).
Antes del encuentro entre estos dos hermanos rivales, Iaacóv se encuentra en un enfrentamiento contra un varón llamado "Elohím". La razón por la cual Iaacóv lucha contra este varón es porque el varón llamado Elohím, representa la Torá de Elohím. Cuando el hombre no se encuentra en reconciliación con Dios, éste se encuentra en una lucha contra Dios, pues desea bendición, pero a la vez esta infringiendo su ley yendo en contra de ella, es decir, luchando contra ella. El profeta Mijá (Miquéas 7.20) dice "le mostrarás la realidad a Iaacóv", es decir, le mostrarás quién es él, le mostrarás su falta y su pecado, para que se arrepienta. Iaacóv ha-tzadiq ("Iaaqóv el Justo" popularmente "Santiago") hermano de Marán Ieshúa dice que el modelo del hombre es la Torá, es decir, es el elemento que le muestra la realidad al ser humano, cómo es y cómo debería de ser.:
El que escucha la Palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era. Todo lo contrario el que fija su atención en la Torá perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla. (Carta de Iaaqóv Ha-Tzadiq o Santiago 1:23-25)
Ieshúa es el Davár ("Habla"; "Palabra") hecha carne, él es la Torá vestida en carne, y cuando nosotros leemos la Torá, vemos el rostro de Ieshúa en ella, porque de él escribió Moshé (Jn 1.45), y de este modo el hombre aprende cómo es (egoísta, malvado) y cómo debería de ser (altruista, justo). De manera, que Iaaqóv luchaba contra el Mashíaj / Mesías.
En la lucha de Iaaqóv contra el Mashíaj / Mesías, contra la Torá, que conocemos que es Ieshúa, él vio su realidad, viendo a Ieshúa, que es el modelo y la justicia viva, Iaacóv entendió que él no está en la condición de justicia que debería de estar, y de este modo reconoce su error y su falta.
El deseo de pecar siempre está por encima del hombre, pero el hombre debe de gobernar sobre él, lo que careció en Caín: "Si obras bien, andarás con la cabeza levantada. Pero si obras mal, el pecado acecha a la puerta de tu casa para someterte, sin embargo tú puedes dominarlo" (Gn 4:7). Caín no dominó el deseo de pecar. El terminó asesinando a su hermano Jével, y fue exiliado de la familia. Ahora es el tiempo de Iaacóv para retornar y tomar control sobre el ietzér hará ("inclinación al mal") desde hace veinte años. Y vemos esto por medio de la confesión de su nombre hacia el ish ("varón") aún no identificado:
Y le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Iaacóv (Gn 32:27).
Uno de los significados del hebreo Iaacóv es "tramposo" o "uno que engaña", del adjetivo "aqov" que se define como "insidioso", "engañoso". Según la narrativa de la Torá, Iaacóv no dejaba ir al ish ("varón") identificado como el Mashíaj /Mesías y Elohím, hasta que lo bendijere, y el varón le responde "¿Cuál es tu nombre?" Al dar su nombre, Iaacóv está aceptando la realidad acerca de quién es él. Él respondió, "Yo soy un tramposo ("Iaacóv")". Yo engañé a mi padre haciéndolo pensar que era Esav, aprovechándome de su ceguera, yo engañé a mi hermano y le robé su brajá ("bendición de bienestar"). Esta confesión, este acto de humildad y reconocimiento de faltas, condujo a Iaacóv a la victoria sobre el juicio. De modo que, el resultado de la humildad y la confesión de Iaacóv es un cambio de nombre, es decir, un cambio de naturaleza, de "engañador" a "justo de El ("Dios")" = Israel.
Iaacóv ve el rostro de Elohím, es decir, al Mashíaj /Mesías, la Justicia, la Torá, el Modelo, y observa que él está en pecado, y no está en la condición de justicia que debería de estar, de manera, que el texto dice: "Y llamó Iaacóv el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Elohím cara a cara, y fue librada mi alma" (Gn 32:31 o 30 versión cristiana). Con bastante frecuencia en los escritos de Filón de Alejandría, y también deducido por el Séder Eliáhu Rabá (25[27], pg. 138-139), el hebreo Israel también puede leerse como una contracción de "ish-raá-el", "El hombre que ve a Elohím". (Nahúm Sarna pg. 405)
En el día del encuentro entre estos dos hermanos, la narrativa de Génesis dice que Esav salió corriendo y abrazó a Iaacóv, y Iaacóv se postró delante de Esav siete veces (plenamente). Luego Iaacóv llama a su hermano Esav "adoní" ("mi señor") por cuatro veces (33:8,13,14,15). Y dos veces él es llamado el "siervo de Esav" (33:5, 14). Y entre la narrativa "se acercaron las siervas de Iaacóv con sus hijos, e hicieron profunda reverencia; se acercó también Lea con sus hijos, y se postraron; por último se acercaron Ioséf y Rajel y se postraron" (Gn 33:6-7) ¿Qué pasa aquí y con la aparente inversión de la brajá ("bendición") de Iaacóv (Gn 27:29 - Sé señor de tus hermanos y los hijos de tu madre se inclinen a ti)? Esto debe de conectarse con los detalles de la pelea de la noche anterior contra Elohím.
Iaacóv verdaderamente robó la "brajá" ("bendición de bienestar") a Esav. ¿Cómo Iaacóv robó esta bendición? Itzjaq, padre de Esav y Iaacóv, sufría de ceguera física, de manera que no podía ver, ni discernir visualmente. Iaacóv por orden de Rivqa, viendo la incapacidad de su padre, se disfraza de Esav, y aprovechando la ceguera de su padre se dirige a robar la bendición ("brajá") de Esav. Esav al enterarse de la noticia desea matar a Iaacóv, de modo que, Iaacóv huye de Esav. Iaacóv huyendo se dirige a la casa de Laván su pariente, y Laván tenía dos hijas gemelas (Iashar 28:26-29), Lea y Rajél. Iaacóv deseaba a Rajel, e hizo un trato con Laván de trabajar por Rajél por siete años. Al final de los siete años, Iaacóv pide a Rajél como mujer, y Laván viendo la situación le entregó a Lea en lugar de Rajél ¿Cómo Laván engañó a Iaacóv? Según el Séfer Ha-Yashar (cap. 31) Laván hizo fiesta de bodas por la ocasión, y en la fiesta que se llevó a cabo en la noche, apagó todas las velas y todas las luces del lugar, para que Iaacóv se viera privado de su vista. Viéndose Iaacóv privado de su vista, como si fuera ciego, Laván lo engaña y le entrega a Lea en lugar de Rajel. En total Iaacóv trabajó 20 años con Laván. Siete años por Lea, siete por Rajel y seis por Laván. Cuando Iaacóv engañó a su padre, ese engañó abarcó a más de una persona: 1) a Elohím; al tratar de engañar a Itzjaq, trató de engañar a Elohím. 2) a Itzjaq su padre, que se aprovechó de su ceguera física y 3) a su hermano Esav, que por medio de un engaño robó su brajá ("bendición de bienestar"). Las experiencias que vivimos son causales y no casuales, por ello debemos aprovechar la posibilidad de aprendizaje que nos brindan. Así como Iaacóv engañó a su padre Itzjaq, aprovechándose de su ceguera, años después Iaacóv fue engañado por Laván, quien se aprovechó de él, privándolo de su vista.
La conclusión después de la lucha de Iaacóv es que él se encuentra en una posición de humildad y reconocimiento de faltas, de manera que Iaacóv quiere entregarle la brajá que él había tomado ilegalmente por robo y engaño a Esav. La consciencia de Iaacóv ha despertado, y él ahora entiende porque le han sobrevenido tantas angustias y daños morales y éticos contra su vida. ¿Por qué no vemos a un Iaacóv confirmando la autoridad que tenía por medio de la brajá ("bendición") que él había obtenido al engañar a su padre Itzjaq? Porque Iaacóv entendió que a pesar que la bejirá ("bendición de Abraham"; "bendición de la primogenitura") si le pertenecía a él, pues la obtuvo legalmente cuando Esav se la vendió, la brajá ("bendición de bienestar"; "riqueza"; "poder" en este mundo), en cambio, le pertenecía Esav. Iaacóv estando consciente de sus actos, el robar la brajá y engañar a su padre, le propone a Esav lo siguiente:
Le preguntó Esav: "¿Qué significan todos aquellos grupos con los que me he encontrado?" Respondió Iaacóv: "Esos eran para ganarme tu favor. Le dijo Esav: "Hermano, yo tengo mucho, guarda lo que es tuyo. Pero Iaacóv contestó: "No, por favor. Si realmente me quieres, acepta el regalo ("minjá") que te ofrezco, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Elohím, y tú me has acogido. Acepta, pues, la brajá ("bendición") que te he traído, ya que Elohím me ha favorecido, y tengo de todo. (Gn 33:8-11)
Iaacóv le pide a Esav que acepte su regalo ("minjá") cinco veces en la narrativa, y luego le pide que toma la "brajá" (la bendición que él había tomado ilegalmente) de regreso, reconociendo que a su hermano le pertenecía, y Esav acepta. Es necesario reiterar que la bendición que Iaacóv le devuelve a Esav es la brajá ("bendición"; "poder"; "riqueza") y no la bejirá ("bendición de Abraham", "la primogenitura"). Y es necesario resaltar que Iaacóv era un hombre justo, él es el patriarca, y Elohím a él lo escogió como padre de todo Israel, él es un hombre justo, y en su justicia se humilló y reconoció su error. Iaacóv es uno de los tres patriarcas, y estos tres patriarcas simbolizan la Divinidad (ABraham - El Padre, Itzjaq hijo único de Abraham - El Hijo y Iaacóv que salió de los lomos de ambos simboliza al Rúaj Haqódesh, Espíritu Santo de Elohím), de manera que no podemos decir, ni siquiera insinuar, que los patriarcas no eran hacedores de justicia, sino que ellos eran justos y humildes, reconociendo también que Elohím es la única fuente de justicia, y que sólo él es el Justo.
Iaacóv no solo se humilló y reconoció su falta y creyó en Elohím e hizo teshuvá ("arrepentimiento"), sino también rectificó el daño hecho, y retornó lo que había robado, la brajá, añadiendo varios regalos. Cuando el hombre toma la actitud de este patriarca, de ver a Ieshúa, la Torá, y juzgarse a sí mismo, para ver sus errores a través de la visión del Perfecto, del Modelo, el Mashíaj /Mesías, entonces el hombre es capaz de humillarse, reconocer sus faltas y rectificar correctamente, y de esta manera, Elohím hace justicia en él, y el hombre vence el juicio al ser justificado no por su obras, sino por la misericordia de IHVH.
Cuando Iaacóv se había humillado en la lucha que tuvo, cuenta la Torá que "salió el sol sobre Iaacóv" (Gn 32:31) ¿Por qué dice que salió sobre Iaacóv? ¿Acaso el sol no sale sobre todo el mundo? La razón por la cual especifica que el sol salió sobre Iaacóv, es porque Iaacóv se había arrepentido, cuando Iaacóv salió huyendo de la tierra de Caanán por haberse robado la brajá de su hermano y por haber engañado a su padre, entonces relata la Torá que el sol, la luz, se había escondido de él (Gn 28:11), pero ahora, dice "salió el sol sobre Iaacóv" es decir, la luz alumbró sobre él. Así mismo, cuando el hombre se arrepiente de sus pecados al analizarse asi mismo en comparación con el Perfecto, la Palabra, la Torá, el Mashíaj /Mesías, entonces la luz sale sobre él, como está escrito "Lámpara es a mis pies tu Palabra (heb. Davár), y lumbrera a mi camino" (Sal 119:105).