Parece haber rastros de una tradición judía sobre una concepción sin padre humano, y el niño en cuestión bien podría ser Moshé. No se trataría de un nacimiento virginal: tanto Miriám como Aarón eran mayores que Moshé. Pero sería lo bastante parecido como para resultar interesante. Mucho antes de la época del Nuevo Testamento era habitual recordar en la víspera de Pésaj /"Pascua" los poderosos actos de Dios en favor de Israel, y la exposición midrásica de cierta porción del Deuteronomio conservada en la Hagadá: el servicio de la víspera de Pésaj /"Pascua". Esa porción es un breve credo, una proclamación solemne que declara que la nación estaba esclavizada en Egipto, que Dios la liberó con signos y maravillas, y que ahora la ha llevado a la tierra prometida. La palabra hebrea empleada en esta perícopa para "proclamar" es hagadti (הִגַּ֤דְתִּי; Dt 26.3). El propio término con el que se designa el recital de la víspera de Pésaj, "Hagadá", procede de este vocablo.
El Midrásh, a la manera típicamente rabínica, atribuye un significado muy específico a cada detalle de estos versículos y, siempre que es posible, intenta probarlo haciendo referencia a otros pasajes de las Escrituras. Así, un versículo del Deuteronomio dice: "Y vio nuestra aflicción, nuestra angustia y nuestra opresión" (Dt 26.7). De 'nuestra angustia' el Midrásh comenta: "Esto se refiere a los hijos, como está escrito (en Éxodo 1.22), 'Todo hijo que nazca lo arrojaréis al río.' Esto, a su manera, es una exégesis razonable. A los ojos de los rabinos, de todas las causas de angustia que tenían los israelitas en Egipto, la destrucción de los hijos varones era la más terrible, y Josefo (Ant. 2.9.2.208), por ejemplo, piensa lo mismo. Esta orden del Faraón fue seguida por el rescate milagroso de Moshé. En consecuencia (argumentan los rabinos) el significado de 'vio nuestra angustia' debe inferirse de 'todo hijo que nazca lo arrojaréis al río'.
Del mismo modo, 'nuestra opresión' se explica por el Midrásh de la siguiente manera: "Esto se refiere a la coerción-las crueles tareas impuestas sobre ellos, como está escrito (en Éxodo 3.9), 'Y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen'. Aquí la conexión es bastante obvia, en sentido y en redacción: 'opresión' está relacionado al versículo del Deuteronomio y al del Éxodo.
Sin embargo, surgen dificultades cuando llegamos al comentario sobre: "nuestra aflicción". El Midrásh declara: "Esto se refiere a la abstención de relaciones sexuales, como está escrito (en Éxodo 2.25), 'Y vio Dios a los hijos de Israel, y conoció Dios".
La opinión de que en algún momento en Egipto no tuvo lugar la unión matrimonial aparece en varias fuentes rabínicas (Shemot Rabá 1.15, 2.25 al final; b. Iomá 74b; b Sotá 11b f.). Algunos rabinos contemplan la abstención forzosa, decretada por el Faraón, alguna abstención voluntaria con el propósito de expiación, y alguna abstención voluntaria emprendida debido a la amenaza a cualquier descendencia masculina. La última idea mencionada es probablemente la más antigua. Ahora bien, es bastante inteligible por qué los rabinos asociaron "nuestra aflicción" con este episodio. El verbo "afligir" aparece en los estatutos que ordenan el ayuno y -al menos en la interpretación rabínica- a la abstención de las relaciones sexuales: "Afligiréis vuestras almas" (Lv 16.29, 31, 23.27, 32). Pero no está nada claro cómo llegaron a considerar que la nota: "Y vio Dios a los hijos de Israel, y conoció Dios", apoyaba esta exégesis.
La única explicación satisfactoria parece ser que el autor del Midrash tomó el vocablo 'conocer' en el sentido sexual (cf. Gn 4.1). Los israelitas se abstuvieron de mantener relaciones maritales. Dios vio su aflicción y "conoció". En otras palabras, es muy posible que, para el autor de este Midrásh, como la propagación natural era imposible, las mujeres (¡o tal vez sólo la madre de Moshé!) concibieran milagrosamente de Dios mismo. Después de todo, una vez que los rabinos se formaron la opinión de que, como consecuencia de la decisión del Faraón de matar a cualquier hijo recién nacido, los israelitas se abstuvieron de mantener relaciones sexuales, tuvieron que encontrar alguna respuesta a la pregunta de cómo Moshé, no obstante, llegó a nacer en ese período.
Aún se conservan una o dos soluciones ortodoxas. Por ejemplo, una opinión dice que cuando el Faraón promulgó su decreto y Amram, debido a esta amenaza para cualquier descendencia masculina, se divorció de Jocabed, ella ya estaba en el tercer mes de embarazo. Pero la relativa tardanza de esta explicación es evidente. En primer lugar, la narración de la separación de Amram y Jocabed se conserva en dos fuentes; sin embargo, sólo una de ellas contiene la noticia de que ella ya estaba embarazada. En segundo lugar, si ella ya estaba embarazada, ¿cómo podía esperar su marido frustrar el plan del Faraón divorciándose de ella?
Una vez más, no es sorprendente que el verbo "conocer" en el versículo en cuestión haya dado lugar a especulaciones. No tiene objeto, ni expreso, ni implícito, y esto es muy inusual. Los críticos modernos han sospechado que el objeto puede haberse omitido. Los LXX tienen καὶ ἐγνώσθη αὐτοῖς, 'y él les fue conocido', ¿será para evitar el escueto 'y Dios conoció' o para combatir la interpretación de las palabras como alusivas a un nacimiento virginal?
En cualquier caso, sobre la base esbozada, el versículo "Y vio Dios a los hijos de Israel, y conoció Dios" encajaría muy bien donde viene en el recital de la víspera de Pésaj/"Pascua". Ciertamente, aunque la tradición existiera después del Nuevo Testamento, no carecería de relevancia: seguiría mostrando que la noción de un nacimiento sobrenatural o virginal no era absolutamente ajena a la mente judía. Una vez que la creencia de los Netzarím (Primeros Discípulos de Ieshúa") y la Cristiana, había surgido, la tendencia fue suprimir en lugar de trabajar ideas de esta naturaleza.
La Hagadá es una pieza de liturgia, y es más difícil expurgar la liturgia que casi cualquier otro tipo de literatura. Si el argumento anterior es defendible, apoya la opinión de que la narración del nacimiento de Ieshúa se originó en un entorno propiamente judío y no helenizado.
El Midrásh, a la manera típicamente rabínica, atribuye un significado muy específico a cada detalle de estos versículos y, siempre que es posible, intenta probarlo haciendo referencia a otros pasajes de las Escrituras. Así, un versículo del Deuteronomio dice: "Y vio nuestra aflicción, nuestra angustia y nuestra opresión" (Dt 26.7). De 'nuestra angustia' el Midrásh comenta: "Esto se refiere a los hijos, como está escrito (en Éxodo 1.22), 'Todo hijo que nazca lo arrojaréis al río.' Esto, a su manera, es una exégesis razonable. A los ojos de los rabinos, de todas las causas de angustia que tenían los israelitas en Egipto, la destrucción de los hijos varones era la más terrible, y Josefo (Ant. 2.9.2.208), por ejemplo, piensa lo mismo. Esta orden del Faraón fue seguida por el rescate milagroso de Moshé. En consecuencia (argumentan los rabinos) el significado de 'vio nuestra angustia' debe inferirse de 'todo hijo que nazca lo arrojaréis al río'.
Del mismo modo, 'nuestra opresión' se explica por el Midrásh de la siguiente manera: "Esto se refiere a la coerción-las crueles tareas impuestas sobre ellos, como está escrito (en Éxodo 3.9), 'Y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen'. Aquí la conexión es bastante obvia, en sentido y en redacción: 'opresión' está relacionado al versículo del Deuteronomio y al del Éxodo.
Sin embargo, surgen dificultades cuando llegamos al comentario sobre: "nuestra aflicción". El Midrásh declara: "Esto se refiere a la abstención de relaciones sexuales, como está escrito (en Éxodo 2.25), 'Y vio Dios a los hijos de Israel, y conoció Dios".
La opinión de que en algún momento en Egipto no tuvo lugar la unión matrimonial aparece en varias fuentes rabínicas (Shemot Rabá 1.15, 2.25 al final; b. Iomá 74b; b Sotá 11b f.). Algunos rabinos contemplan la abstención forzosa, decretada por el Faraón, alguna abstención voluntaria con el propósito de expiación, y alguna abstención voluntaria emprendida debido a la amenaza a cualquier descendencia masculina. La última idea mencionada es probablemente la más antigua. Ahora bien, es bastante inteligible por qué los rabinos asociaron "nuestra aflicción" con este episodio. El verbo "afligir" aparece en los estatutos que ordenan el ayuno y -al menos en la interpretación rabínica- a la abstención de las relaciones sexuales: "Afligiréis vuestras almas" (Lv 16.29, 31, 23.27, 32). Pero no está nada claro cómo llegaron a considerar que la nota: "Y vio Dios a los hijos de Israel, y conoció Dios", apoyaba esta exégesis.
La única explicación satisfactoria parece ser que el autor del Midrash tomó el vocablo 'conocer' en el sentido sexual (cf. Gn 4.1). Los israelitas se abstuvieron de mantener relaciones maritales. Dios vio su aflicción y "conoció". En otras palabras, es muy posible que, para el autor de este Midrásh, como la propagación natural era imposible, las mujeres (¡o tal vez sólo la madre de Moshé!) concibieran milagrosamente de Dios mismo. Después de todo, una vez que los rabinos se formaron la opinión de que, como consecuencia de la decisión del Faraón de matar a cualquier hijo recién nacido, los israelitas se abstuvieron de mantener relaciones sexuales, tuvieron que encontrar alguna respuesta a la pregunta de cómo Moshé, no obstante, llegó a nacer en ese período.
Aún se conservan una o dos soluciones ortodoxas. Por ejemplo, una opinión dice que cuando el Faraón promulgó su decreto y Amram, debido a esta amenaza para cualquier descendencia masculina, se divorció de Jocabed, ella ya estaba en el tercer mes de embarazo. Pero la relativa tardanza de esta explicación es evidente. En primer lugar, la narración de la separación de Amram y Jocabed se conserva en dos fuentes; sin embargo, sólo una de ellas contiene la noticia de que ella ya estaba embarazada. En segundo lugar, si ella ya estaba embarazada, ¿cómo podía esperar su marido frustrar el plan del Faraón divorciándose de ella?
Una vez más, no es sorprendente que el verbo "conocer" en el versículo en cuestión haya dado lugar a especulaciones. No tiene objeto, ni expreso, ni implícito, y esto es muy inusual. Los críticos modernos han sospechado que el objeto puede haberse omitido. Los LXX tienen καὶ ἐγνώσθη αὐτοῖς, 'y él les fue conocido', ¿será para evitar el escueto 'y Dios conoció' o para combatir la interpretación de las palabras como alusivas a un nacimiento virginal?
En cualquier caso, sobre la base esbozada, el versículo "Y vio Dios a los hijos de Israel, y conoció Dios" encajaría muy bien donde viene en el recital de la víspera de Pésaj/"Pascua". Ciertamente, aunque la tradición existiera después del Nuevo Testamento, no carecería de relevancia: seguiría mostrando que la noción de un nacimiento sobrenatural o virginal no era absolutamente ajena a la mente judía. Una vez que la creencia de los Netzarím (Primeros Discípulos de Ieshúa") y la Cristiana, había surgido, la tendencia fue suprimir en lugar de trabajar ideas de esta naturaleza.
La Hagadá es una pieza de liturgia, y es más difícil expurgar la liturgia que casi cualquier otro tipo de literatura. Si el argumento anterior es defendible, apoya la opinión de que la narración del nacimiento de Ieshúa se originó en un entorno propiamente judío y no helenizado.