Mt 2:17-18 dice lo siguiente en la mayoría de traducciones:
Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.
La lectura no es la localidad del pueblo de Ramá, sino como se lee en el texto hebreo del libro de Jeremías «en lo alto», así lo traduce también el Targúm de Jeremías, la Vulgata Latina del A.T y el códice Alexandrinus. Mt no considera la palabra בְּרָמָה (beramá) como un topónimo (nombre propio) sino como una locución adverbial. Traducir בְּרָמָה como «en Rama» conlleva a varias contradicciones porque el hebreo para «en Rama» es בָרָמָה en lugar de בְּרָמָה, que es la lectura de esta profecía de Jeremías, y que debe traducirse «en lo alto». Traducir el texto de Jeremías «en Rama» negaría la información explícita por Gn 35.16-19, que Rajel fue enterrada a una כברת (kibrat, una milla según el Targúm Onquelos, Ionatán y Saadia Gaón) a Belén, y no en Ramá, que estaba a unas 6 millas al noroeste de Jerusalén, cerca de Betel, y a unas 10 o 12 millas de Belén. Porque Rajel muere en camino a Belén, en la profecía de Jer 31.15 ella representa al pueblo de Belén y sus suburbios, donde fue la masacre de los niños.
En la narrativa de Mt, midrásicamente en estas profecías, la tierra de Israel representa Egipto, Herodes representa al faraón, Ieshúa a Moshé, y la masacre sobre los infantes comandada por Herodes representa la masacre sobre los infantes del faraón del éxodo (Éx 1.2). La referencia del profeta Jeremías «Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron» es tomada de Gn 37.35, que describe la escena cuando Jacob piensa que su hijo José, hijo de Raquel, está muerto: «Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Sheol. Y lo lloró su padre». Al final de este oráculo el profeta Jeremías dice «כי איננו» que se ha traducido «no están» o «no existen», sin embargo, literalmente se lee en singular «no está», aludiendo a las tres veces que esta frase aparece en la venta de José (Gn 37.30, 42.32, 42.36).
En la narrativa de Mt, midrásicamente en estas profecías, la tierra de Israel representa Egipto, Herodes representa al faraón, Ieshúa a Moshé, y la masacre sobre los infantes comandada por Herodes representa la masacre sobre los infantes del faraón del éxodo (Éx 1.2). La referencia del profeta Jeremías «Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron» es tomada de Gn 37.35, que describe la escena cuando Jacob piensa que su hijo José, hijo de Raquel, está muerto: «Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Sheol. Y lo lloró su padre». Al final de este oráculo el profeta Jeremías dice «כי איננו» que se ha traducido «no están» o «no existen», sin embargo, literalmente se lee en singular «no está», aludiendo a las tres veces que esta frase aparece en la venta de José (Gn 37.30, 42.32, 42.36).