En el servicio de Pésaj se acostumbra tener una almohada bastante grande para reclinarse en ella. Se acostumbra comer reclinados sobre la almohada en señal de libertad. Inclinarse sobre una almohada hace referencia a las comodidades de la libertad. Como esclavos, nuestros antepasados tenían pequeñas comodidades. Después de la libertad de Egipto nos apoyamos en una almohada para afirmar que somos libres. En el Servicio de Pésaj en el Shulján Ha-Adón / Cena de Ieshúa Adonénu, el Discípulo Amado, según se registra en Jn 13.23-25, se recostó no sobre la almohada de Pésaj, sino en Ieshúa Adonénu, en señal de que él es nuestra verdadera libertad, es Ieshúa nuestro verdadero descanso y dejar de ser esclavos del pecado, tal y como nos enseñó (Jn 8.46): "Si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres."
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