El Vocablo Virgen en Isaías 7.14
Virgen, heb. עלמה (almá) gr. Παρθένος (Pathernos), sir. Betultá.
Esta palabra es el género femenino de la palabra hebrea Élem (עלם). La raíz de estas palabras es la palabra hebrea Alam (עלם), esta raíz es la base de dos ideas aparentemente inconexas; la raíz compartida de estas dos palabras es la base de sus significados fundamentales. La palabra Alam (עלם) también es la raíz de la palabra hebrea Olam (עלם), palabra hebrea normalmente traducida como "eternidad", "para siempre", "por los siglos" y "eterno". La razón por la cual estas palabras hebreas son hermanas en el mundo de la filología hebrea es porque comparten el mismo significado: "oculto" o "no conocido", y esta es la razón de las traducciones de la palabra Olam (la raíz de la palabra Almá (עלמה) y Alam (עלם) como "eternidad", "para siempre", "por los siglos", y "eterno", porque estas palabras contienen dentro de sí algo que es desconocido para el hombre, como la eternidad. La palabra Olam (עלם) en hebreo no es equivalente a las palabras infinito o sin fin, sino simplemente significa edad, tiempo o existencia que no es conocida (desconocida). Lo mismo se puede decir del estatus de la palabra hebrea Almá (עלמה). Normalmente esta palabra es traducida como virgen, doncella, o mujer joven. Aparece 7 veces ("coincidencia") dentro del Tana"j (Antiguo Testamento) y en todas estas siete veces que aparece dentro del Tana"j esta palabra Almá (עלמה) es aplicada a una mujer joven y virgen al mismo tiempo. Sin embargo, aunque no hay alguna indicación clara en el contexto referente a que sí la joven sobre la cual se está hablando en Isaías 7:14 ha sido conocida o no conocida por algún hombre, en otras palabras sí es virgen o no, la raíz de esta palabra significa "alguien que no ha sido conocida" por algún hombre. En la escritura hebrea, la idea de “ser conocida por un hombre” significa tener relaciones sexuales. Por lo tanto, la palabra hebrea (עלמה) almá deriva de alám (עלם), oculta, no conocida: una almá (עלמה) es una mujer que no ha sido conocida por varón.
La Profecía de Isaías 7.14-16
En Is 7.14-16 el niño mencionado en el v.16 “Porque antes que el niño sepa desechar lo desagradable y escoger lo agradable, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.” es el mismo que se menciona en los versículos anteriores: Imanu-El. La partícula hebrea de conexión כי “porque”, y la repetición de las palabras, “rechazando lo desagradable y eligiendo lo agradable” con las del v. 15, evidentemente demuestran que el nacido en el v.14 es el mismo del v.16, y para comprender el designio inmediato del profeta, debemos considerar que, arrebatado, por así decirlo, hacia tiempos futuros, como signo de salvación para el pueblo de Dios, propone el nacimiento de Imanu-El, como si estuviera pasando en su presente, en el momento que pronuncia: “He aquí, la virgen está concibiendo”, como entendiéndose que en ese preciso momento estaba siendo concebido un varón en el vientre de una virgen, y pronto a nacer, a pesar de su cumplimiento en el futuro. Como si hubiese dicho “He aquí, si aquella virgen, madre del Mesías, estuviera concibiendo en este momento”. Y anuncia el profeta que no pasará más tiempo desde su nacimiento hasta su capacidad de elegir entre lo agradable y lo desagradable, que del tiempo de la deserción de la tierra de los dos reyes, que se aproxima de dos a tres años. Lo que el profeta quiere decir aquí es que, en el espacio de unos doce meses, el derrocamiento de los reinos hostiles ya habría tenido lugar.
El Nacimiento del Mesías en la Tradición Judía
La tradición judía observa que algo singular debía descansar sobre el nacimiento del Mesías. «Algunos explican que esta era una señal, que se refiere a una doncella no apta para dar a luz». (Rashí sobre Is 7:14: ויש פותרין שזה האות שעלמה היתה ואינה ראויה לולד). «El Mesías es la simiente cuya procedencia será de otro lugar» (Bereshit Rabá, Gn 37.2; Moshé Hardarshan impreso por él mismo. Bereshit Katán, Gn. 19.34 de R. Tanjuma en nombre de R. Shmuel en Gn 4.25; Midrash Rut 4.19). «Rav Huna dijo: Está escrito, Porque Hashem me ha designado otra simiente (Gn 4:25), esta simiente procede de otro lugar. Y este no es otro que el Mesías» (Midrash Rut Rabá 8:1.) por lo que quiere decir, que tendrá otro principio de generación como aparece por las diferentes formas de variar la frase en otros lugares. «Sólo el nacimiento del Mesías será sin ningún defecto.» (Sobre Gn 2.4 de R. Berajiá en Bereshit Rabá y otros rabinos). Lo cual no podría ser, si él hubiese nacido de la misma manera que nacen los hombres. «Su nacimiento no será como el de otras criaturas, en el mundo. Nadie conocerá a su padre antes de que él lo diga» (Bereshit Rabati, en Gn 37.22; R. Iosé en Moshé Hadarshan en Sal 85:12.). «El nacimiento del Mesías será como el rocío de Hashem, como gotas sobre la hierba, no será a través del labor de los hombres» (Talmud Ierushalmi, Berajot 5, sobre lo que está escrito en Miq 5:6 (7)). «Hemos quedado huérfanos y sin padre» (Lamentaciones 5.3) (Midrash Meguilot 69b, sobre Lamentaciones 5:3, edición Klagliederj, Lemberg 1861. Este mismo comentario también puede hallarse en el comentario de Moshé ha-Darshan (inicios de siglo xi) sobre Gn 37.22). «Bejariá dijo: Dios le dijo a Israel: Ustedes me han dicho: «Nos hemos convertido en huérfanos y sin padre», y así el Redentor que levantaré de entre ustedes, tampoco tendrá padre, como está escrito, «He aquí el varón cuyo nombre es el Tzemaj ("Renuevo") el cual brotará de sus propias raíces» (Zac 6.12), y también «Subirá cual renuevo delante de él, pero como raíz de tierra seca» (Is 53.2), y de él ha hablado David, «Desde el vientre de la aurora tu eres el rocío de la juventud» (Sal 110.3).
Sobre el nombre Imanuel
Acostumbra la Escritura poner por nombre los hechos mismos que se verifican. Así, al decir: "Será llamado su nombre Imanu-El", es como si dijera que "Verán a Dios entre los hombres". Y así lo llamarán las personas y así lo confirman los hechos. De Is 9:6, que está tan estrechamente relacionado con este y el cap. 8, y en el que el Mesías es llamado el Dios poderoso, y su naturaleza divina es señalada tan enfáticamente (comp. también Miq 5:2,) parece claramente que el Profeta tenía en vista la forma más alta y verdadera del ser de Dios con su pueblo, tal como se manifestó cuando el Habla/Palabra se hizo carne. Lo demuestra el pasaje paralelo, Isaías 9:6. Ese pasaje presenta una concordancia tan notable con el que ahora se considera, que no podemos sino suponer el mismo tema en ambos. "He aquí que una virgen está encinta y da a luz un hijo"-"Nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo"-"Lo llaman Imanuel", es decir, Aquel en quien Dios estará con nosotros de la manera más verdadera - "Lo llaman Consejero Maravilloso, el Dios poderoso, Padre Eterno, el Príncipe de la Paz". Ambos pasajes no pueden separarse el uno del otro, ya que es evidente que Is 8:8 pretende llevar uno al otro.
Mediante el método de Mispar Shemí, la guematría del nombre Imanu-El es 523, la misma para el nombre Ieshúa.
Mediante el método de Mispar Shemí, la guematría del nombre Imanu-El es 523, la misma para el nombre Ieshúa.
Alusión Midrásica de Adám y el Mesías
Existe un elemento midrásico del nacimiento de Adám, con el Mesías. Así como Adám nació por Dios de la tierra virgen (véase Gn 2.5), tierra sin semilla, sin siembra, así el Mesías nace de una mujer virgen sin la intercesión de la semilla de un hombre. Así lo que estaba escrito del primero se cumplió típicamente en el segundo.
En su comentario sobre Diatéssaron, Efrém de Siria (306-373) dice: "La concepción de la virgen enseña que el que engendró a Adám sin relaciones, de la tierra virgen, también vistió al segundo Adám sin relaciones en el seno de la virgen. Mientras que el primer Adám regresó al vientre de su madre, tenía que ser por medio del segundo Adám (el que no regresó al vientre de su madre), que el primero, que había sido enterrado en el vientre de su madre, fuera traído a la vida de ese vientre." (Efrém de Siria, Comentario sobre Diatéssaron 2.2)
Ireneo de Lyon (c. 130 - m. Lyon, c. 202) – Contra los Herejes Libro 3, Cap. 10.1, sobre el mismo tema dice: "El recapituló en sí su antiguo plasma. Porque «como por la desobediencia de un hombre el pecado entró en el mundo, y por el pecado la muerte» tuvo poder (Rom 5.12-19), «así por la obediencia de un hombre» la justicia ha sido restablecida para fructificar en vida para los hombres que en otro tiempo habían muerto. Y así como aquel primer Adám fue plasmado de una tierra no trabajada y aún virgen [porque Dios aún no había llovido y el hombre aún no había labrado (Gén 2.5)] - sino que fue modelado por la mano de Dios (Sal 119[118].73; Job 10.8), o sea por la Palabra de Dios -ya que «todo fue hecho por él» (Jn. 1.3) y «el Señor tomó barro de la tierra y plasmó al hombre» (Gn 2.7)- así, para recapitular a Adám en sí mismo, la misma Palabra/Habla existente recibió justamente de María la que aún era virgen, el origen de lo que había de recapitular a Adám. Si pues el primer Adám (1 Cor 15.45) hubiese tenido un hombre como padre y hubiese sido concebido del esperma de varón, justamente se diría que el segundo Adám (1 Cor 15.47) habría sido engendrado por José. Pero si aquél fue tomado de la tierra, y plasmado por la Palabra/Habla de Dios, era conveniente que la misma Palabra/Habla, que había de realizar en sí misma la recapitulación de Adám, tuviese un origen en todo semejante." (Ireneo de Lyon (c. 130 - m. Lyon, c. 202) – Contra los Herejes 3.21).