La manera que los judíos en la época del segundo templo sacrificaban al cordero de Pésaj llama mucho la atención. Basados en el texto que dice: "Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza sobre sus pies y sobre sus entrañas" (Éx 12.9: esta es la traducción literal del texto hebreo), la interpretación ha sido distinta a otros sacrificios establecidos en la Torá, parece indicar que la manera de asar el cordero de Pésaj en el horno debía ser de manera erguida y vertical, su cabeza por encima de sus pies, y no en paralelo, es decir, sobre sus cuatro patas.
Antes de adentrarnos en cómo asar el cordero, es importante presentar el proceso de preparación del mismo. El cordero, sin tacha, sin manchas, sin defectos ni enfermedades, debía ser seleccionado por una familia para ser sacrificado en la festividad de Pésaj, el día 14 del mes de Aviv. Después de elegir el cordero, sacrificarlo y derramar su sangre, se procedía al desollado. Este proceso está registrado en la Mishná, una recopilación de la tradición oral judía que data de los primeros siglos después de Yeshúa. La Mishná fue la primera gran compilación escrita de estas tradiciones, realizada después de la destrucción del segundo Templo de Jerusalén para preservar las costumbres del Templo. Según la Mishná, el cuerpo del cordero se suspendía para facilitar el desollado. Se colgaba en posición vertical, con la cabeza hacia arriba, atando ganchos en sus patas que se clavaban en las columnas del templo.
¿Cómo suspendían y desollaban [al cordero]? Había ganchos de hierro fijados en las paredes y los postes en los que se suspendían y desollaban. (m. Pesajím 5.9 cf. m. Midot 3.5)
Clavaban las patas del cordero de Pésaj en ganchos y lo desollaban en una columna, arrancando así su piel. Cada etapa de la crucifixión de Yeshúa, el Cordero de Dios, se reflejaba en el sacrificio de los corderos de Pésaj. El Evangelio de Mateo 27:26 (cf. Mc 15.15; Jn 19.1) dice: "Entonces Pilato les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Yeshúa, lo entregó para ser crucificado". La piel de los corderos de Pésaj era arrancada de manera similar a cuando azotaron a Yeshúa en una columna, como era costumbre entre los romanos. Además, esta imagen también prefigura la crucifixión de Yeshúa, clavado en sus manos.
El flagelo o azote es más conocido por nosotros como "El Látigo". Puede tener 6, 9 o 12 colas de cuero unidas al mango. Pedazos de vidrio roto, metal retorcido, ganchos de metal o hueso roto a menudo se sujetaban al extremo de cada tira de cuero que estaba unida al mango. Cuando Yeshúa fue azotado a la manera romana, él se encontraba de rodillas, con las manos atadas a una columna delante de él. El látigo era golpeado sobre su espalda y luego se retirada repentina y violentamente. Esta acción hacía que la carne se rasgara y se arrancara en cintas, desollando así su carne.
En el proceso de arrancar la piel del cordero, había ocho postes en total, cada uno con tres ganchos, que se clavaban en las patas del cordero de Pésaj: "El lugar de desollar estaba ubicado al norte del altar, y sobre él había ocho pilares cortos, y bloques cuadrados de madera de cedro estaban sobre ellos" (b.Tamid 30a: 3:5). Por la cantidad de corderos para el sacrificio de Pésaj era imposible despellejar a tantos corderos a la vez. El historiador judío Flavio Josefo registra que se sacrificaban hasta 256,500 corderos en la Pésaj durante la época de Yeshúa. El documento Guerras de los Judíos por Josefo, Libro Seis, Capítulo 9, Sección 3 dice:
Según los sacerdotes, el número de sacrificios [en Jerusalén en la Pascua alrededor del primer siglo] era de doscientos cincuenta y seis mil quinientos [256,500 corderos]; lo cual, considerando que no más de diez personas participaban juntas en la festividad, suma a dos millones setecientas mil doscientas personas
La presión numérica era evidentemente tal que no todos podían encontrar un gancho del cual clavar las patas de su cordero y suspenderlo para desollarlo. La Mishná también describe una alternativa para aquellos que no podían encontrar ganchos en las columnas.
El Templo proporcionaba varas lisas de madera en esta situación. Es decir, tablones pequeños en los que se podía suspender el cordero. Estas varas descansaban en posición horizontal sobre los hombros de dos hombres, uno en frente del otro. El cordero de Pésaj luego se suspendía de manera vertical con su cabeza arriba en la vara de madera, en medio de los dos hombres para poder desollarlo.
El Templo proporcionaba varas lisas de madera en esta situación. Es decir, tablones pequeños en los que se podía suspender el cordero. Estas varas descansaban en posición horizontal sobre los hombros de dos hombres, uno en frente del otro. El cordero de Pésaj luego se suspendía de manera vertical con su cabeza arriba en la vara de madera, en medio de los dos hombres para poder desollarlo.
¿Cómo se suspendía y desollaba el cordero de Pésaj en el Templo? Se aseguraban ganchos de hierro [unkelayot del griego ἀγκύλη] en las paredes y pilares, y sobre ellos se suspendía la ofrenda y se la desollaba. Si alguien carecía de lugar entre los ganchos en el patio del Templo para suspender y desollar la ofrenda, habían varas delgadas y lisas, que colocaría sobre su propio hombro y sobre el hombro de otro, y con ellas harían suspender la ofrenda y la desollaría. (m. Pesajím 5.9 cf. m. Midot 3.5
Esta imagen del cordero de Pésaj siendo suspendido, enganchado en una vara de madera entre dos hombres, era una imagen que evocaba de manera vívida y familiar el sacrificio de Yeshúa como el Cordero de Pésaj, ocurrido ese mismo día y a esa misma hora cuando todos los corderos de Pésaj estaban siendo crucificados, durante la festividad solemne de Pésaj
¿Cómo era asado al fuego?
La Torá dice: "Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza sobre, sus pies y sobre sus entrañas" (Éx 12.9). Esta norma parece indicar que la manera de asar el cordero de Pésaj en el horno debía ser de manera erguida y vertical, su cabeza por encima de sus pies, y no en paralelo, es decir, sobre sus cuatro patas. La manera de asarlo, según los rabinos judíos en el Talmud Yerushalmi, era la siguiente: traen una espita hecha de madera de granada y la introducen por completo desde su recto hasta salir por su boca, manteniéndolo erguido de manera vertical, es decir, parado, con su cabeza encima de su cuerpo (Talmud Yerushalmi, Pesajim 7.4; 34a). No asan el cordero en una espita de hierro, ni en una parrilla de metal, tenía que ser de madera. Maimónides (Hiljot, Korbán Pésaj 8.10) describe que luego de erguirlo, lo cuelgan en medio de un horno, con el fuego debajo. De manera que no era girado en una espita, según nuestro método de asado en la shawarna, sino que era suspendido en un gancho y asado por el fuego debajo.
Justino Mártir (cristiano: 100 d. C./114 d. C. ) fue aún más detallado, quien por nacimiento era samaritano y estaba bien versado en asuntos judíos. Él, incluso al conversar con Trifón el judío (en hebreo טרפון (Tarfón), rabino mencionado en el Talmud, en el período comprendido entre la destrucción del Segundo Templo (70 d.C.) y la caída de Betar (135 d.C.)), quien podría haberlo contradicho si hubiera dicho algo incorrecto, dice (Diálogo con Trifón, p. 259) que el cordero se asaba en forma de cruz: una espita, dice, atravesaba desde las partes inferiores hasta la cabeza, y otra cruzaba por los hombros, a la cual se sujetaban y colgaban las manos (o más bien las patas) del cordero:
La Torá dice: "Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza sobre, sus pies y sobre sus entrañas" (Éx 12.9). Esta norma parece indicar que la manera de asar el cordero de Pésaj en el horno debía ser de manera erguida y vertical, su cabeza por encima de sus pies, y no en paralelo, es decir, sobre sus cuatro patas. La manera de asarlo, según los rabinos judíos en el Talmud Yerushalmi, era la siguiente: traen una espita hecha de madera de granada y la introducen por completo desde su recto hasta salir por su boca, manteniéndolo erguido de manera vertical, es decir, parado, con su cabeza encima de su cuerpo (Talmud Yerushalmi, Pesajim 7.4; 34a). No asan el cordero en una espita de hierro, ni en una parrilla de metal, tenía que ser de madera. Maimónides (Hiljot, Korbán Pésaj 8.10) describe que luego de erguirlo, lo cuelgan en medio de un horno, con el fuego debajo. De manera que no era girado en una espita, según nuestro método de asado en la shawarna, sino que era suspendido en un gancho y asado por el fuego debajo.
Justino Mártir (cristiano: 100 d. C./114 d. C. ) fue aún más detallado, quien por nacimiento era samaritano y estaba bien versado en asuntos judíos. Él, incluso al conversar con Trifón el judío (en hebreo טרפון (Tarfón), rabino mencionado en el Talmud, en el período comprendido entre la destrucción del Segundo Templo (70 d.C.) y la caída de Betar (135 d.C.)), quien podría haberlo contradicho si hubiera dicho algo incorrecto, dice (Diálogo con Trifón, p. 259) que el cordero se asaba en forma de cruz: una espita, dice, atravesaba desde las partes inferiores hasta la cabeza, y otra cruzaba por los hombros, a la cual se sujetaban y colgaban las manos (o más bien las patas) del cordero:
Porque el cordero, que es asado, se asa y se adorna en forma de cruz. Porque una vara de madera atraviesa desde las partes inferiores hasta la cabeza, y otra a través de la espalda horizontalmente, a la que se sujetan las patas del cordero. (Diáolog con Trifón, 40
En esta posición como de un cordero en crucifixión, el cordero debía de descender desde una parte superior y de forma vertical en un horno hecho en tierra para ser asado. Otros preparaban el horno como en forma de colmenas (véase Enciclopedia Hebraica, s.v. tanurim). El cordero debía descender en forma vertical en el horno: "Hacen descender la ofrenda de Pésaj/Pascua (meshalshelim et hapésaj) al horno al anochecer" (t. Shabát 1.11). Hoy en día los samaritanos continúan con tradiciones similares de asarlo en un horno hecho en la tierra como un gran agujero.
De esta manera se ilustraba una imagen muy viva del sacrificio de Yeshúa en la cruz. Porque las festividades de Dios eran llamadas "santas convocaciones", en hebreo esto pertenece a "miqrá qódesh" (מִקְרָאֵ֣י קֹ֑דֶשׁ Levítico 23:2), que significa "santa convocación", pero el hebreo "miqrá" (מִקְרָאֵ֣י) también significa: "ensayo", porque cada año los hijos de Israel al celebrar las fiestas de Dios estaban ensayando para un evento que sucedería en el futuro, que era el propósito de los ensayos cada año que se observaba una fiesta solemne. En este instante, al visualizar a miles de familias en el templo sacrificando su cordero de Pésaj/Pascua, y el templo lleno de corderitos sacrificados, podemos entender que en ese preciso momento en que estos miles de corderos estaban siendo sacrificados, Yeshúa también estaba siendo crucificado "entre las dos tardes" (Éx 12.6; Lc 23:44-49) como el Cordero de Dios que quita el pecado de la humanidad.
El Sacrificio de Isaac y el Cordero de Pésaj
La costumbre de llevar el cordero con la cabeza erguida podría explicar otro punto en la tradición judía, y esta explicación, a su vez, podría arrojar luz sobre el origen de esta costumbre. La Torá dice que el carnero que se ofreció en el altar en lugar de Isaac fue "atrapado en el zarzal por sus cuernos" (Gn 22:13). Mark Bregman ha señalado que el arte judío no representaba a este cordero como si estuviera de pie sobre sus cuatro patas, sino colgando del árbol por sus cuernos, de manera similar a cómo Avshalom fue sostenido entre el cielo y la tierra cuando su cabello quedó atrapado en un terebinto (2 Sam 18:9), esto puede corrobarse en el mosaico en Beit Alfa. La pregunta es por qué el cordero fue representado en esta posición inusual.
De esta manera se ilustraba una imagen muy viva del sacrificio de Yeshúa en la cruz. Porque las festividades de Dios eran llamadas "santas convocaciones", en hebreo esto pertenece a "miqrá qódesh" (מִקְרָאֵ֣י קֹ֑דֶשׁ Levítico 23:2), que significa "santa convocación", pero el hebreo "miqrá" (מִקְרָאֵ֣י) también significa: "ensayo", porque cada año los hijos de Israel al celebrar las fiestas de Dios estaban ensayando para un evento que sucedería en el futuro, que era el propósito de los ensayos cada año que se observaba una fiesta solemne. En este instante, al visualizar a miles de familias en el templo sacrificando su cordero de Pésaj/Pascua, y el templo lleno de corderitos sacrificados, podemos entender que en ese preciso momento en que estos miles de corderos estaban siendo sacrificados, Yeshúa también estaba siendo crucificado "entre las dos tardes" (Éx 12.6; Lc 23:44-49) como el Cordero de Dios que quita el pecado de la humanidad.
El Sacrificio de Isaac y el Cordero de Pésaj
La costumbre de llevar el cordero con la cabeza erguida podría explicar otro punto en la tradición judía, y esta explicación, a su vez, podría arrojar luz sobre el origen de esta costumbre. La Torá dice que el carnero que se ofreció en el altar en lugar de Isaac fue "atrapado en el zarzal por sus cuernos" (Gn 22:13). Mark Bregman ha señalado que el arte judío no representaba a este cordero como si estuviera de pie sobre sus cuatro patas, sino colgando del árbol por sus cuernos, de manera similar a cómo Avshalom fue sostenido entre el cielo y la tierra cuando su cabello quedó atrapado en un terebinto (2 Sam 18:9), esto puede corrobarse en el mosaico en Beit Alfa. La pregunta es por qué el cordero fue representado en esta posición inusual.
A la luz del análisis sobre la forma en que se llevaba y asaba el cordero de Pésaj, se puede notar que la posición del cordero (carnero) de Isaac es casi idéntica a la del cordero de Pésaj. La tradición judía era consciente de una afinidad entre el cordero de Isaac y el cordero Pésaj. El Libro de los Jubileos (17-18) informa que Dios habló a Abraham el duodécimo día del primer mes, lo que parecería significar que la Aqedá (atadura de Isaac), tres días después, tuvo lugar el decimocuarto de Aviv. La Mejilta de-Rabí Ishmael (pasha 7, p. 24; 11, p. 39) conecta la sangre de Isaac con la sangre del cordero de Pésaj cuando los judíos salieron de Egipto. La identidad de las fechas se encuentra en la literatura rabínica solo en el Targúm de Jerusalén a Éxodo 12:42 y Shemót Rabá 15.11: "En esta fecha Isaac nació y fue atado". Parecería razonable que la representación del cordero de Isaac en Bet Alfa se basara en una tradición judía que quería destacar la similitud del carnero de Isaac con el cordero de Pésaj. Esto podría considerarse como una evidencia adicional de que fue la tradición rabínica la que originalmente consideró la Aqedá (atadura de Isaac) como una prefiguración del sacrificio de Pésaj y esto allanó el camino para la representación de los primeros creyentes en Yeshúa de la Aqedá (atadura de Isaac) como una prefiguración de la crucifixión de Yeshúa. De hecho, los rabinos reconocieron la similitud entre el atado de Isaac y una crucifixión cuando retrataron a Isaac, llevando la madera para su propio sacrificio en su espalda, como "uno que lleva su cruz en la espalda" (Bereshit Rabá 56.3, p. 598).
En el deseo de imitar en semejanza el sacrificio de Isaac en el sacrificio del cordero de Pésaj, es que, así como Isaac cargó con su propia leña: "Tomó, pues, Abrahám la leña para el holocausto, la cargó sobre Isaac, su hijo, y en su mano el fuego y el cuchillo" (Gn 22:6), el cordero de Pésaj cargaba con el cuchillo sobre su espalda en camino a su propio sacrificio: "uno cuya ofrenda de Pésaj era un cordero cargaba el cuchillo en su lana" (b. Talmud 66a: 13; cf Talmud Yerushalmí 6:1.1).
En el deseo de imitar en semejanza el sacrificio de Isaac en el sacrificio del cordero de Pésaj, es que, así como Isaac cargó con su propia leña: "Tomó, pues, Abrahám la leña para el holocausto, la cargó sobre Isaac, su hijo, y en su mano el fuego y el cuchillo" (Gn 22:6), el cordero de Pésaj cargaba con el cuchillo sobre su espalda en camino a su propio sacrificio: "uno cuya ofrenda de Pésaj era un cordero cargaba el cuchillo en su lana" (b. Talmud 66a: 13; cf Talmud Yerushalmí 6:1.1).