Aunque todos los movimientos del servicio de Iom Kipur (Día de Expiación) se realizaban con gran solemnidad, suma atención y profundos sentimientos personales que denotaban el arrepentimiento, sin duda uno de los momentos más dramáticos del día son las suertes que el Sumo Sacerdote llevaba a cabo. Éste es el proceso que determinaba cual sería el cabrito expiatorio y cual sería el que haría la expiación por los pecados de Israel.
Después de hacer confesión sobre su becerro, el Sumo Sacerdote pasaba a la sección oriental del atrio, frente a la entrada. Era acompañado por dos hombres: a su derecha, el "asistente", que es en realidad nada menos que el sacerdote sustituto que fue designado para reemplazar al Sumo Sacerdote, en caso de que estuviese impuro. A su izquierda, el jefe del clan familiar que se encargaba del servicio en el Templo ese mismo día de la semana.
Después de hacer confesión sobre su becerro, el Sumo Sacerdote pasaba a la sección oriental del atrio, frente a la entrada. Era acompañado por dos hombres: a su derecha, el "asistente", que es en realidad nada menos que el sacerdote sustituto que fue designado para reemplazar al Sumo Sacerdote, en caso de que estuviese impuro. A su izquierda, el jefe del clan familiar que se encargaba del servicio en el Templo ese mismo día de la semana.
Se colocaban en el sector oriental del atrio, al norte del altar, dos machos cabríos preparados para las suertes.
Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto...Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de IHVH, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por IHVH, y otra suerte por Azazel. (Lv 16.5, 7, 8)
Allí se colocaba también una caja de madera con las suertes, y dentro de ella estaban las dos suertes, de conformidad con los versículos anteriores. Esta caja era lo suficientemente grande como para contener las dos suertes y para que el sacerdote pusiera sus dos manos dentro. En una suerte estaban escritas las dos palabras hebreas que significan “Para IHVH", y en la otra estaba escrita la palabra "Para Azazel".
Estas suertes eran originalmente de madera. Eran probablemente lo que hoy conocemos como boj, y algunos han escrito que se asemejaba a madera de caoba.
Flanqueado por los dos hombres, el Sumo Sacerdote introduce sus manos en la caja de las suertes y agita las dos suertes en el interior, para demostrar que no sabe cual tiene la inscripción: "Para IHVH". Se consideraba una señal de buen augurio del cielo si esta suerte se sacaba con la mano derecha, por lo que se les mezclaba para que no las reconociera y, por tanto, alegrarse más cuando apareciese en su mano derecha. Esta tradición implicaba que durante un período de muchos años, el Sumo Sacerdote hiciera trampa para tomar en su mano derecha la suerte con el texto "Para IHVH". Esto dejó de hacerse algunos años antes de la destrucción del Templo.
Otras opiniones sostienen que sacaba las suertes muy rápidamente de su caja, lo que demostraba era que actuaba sin previsión o vacilación y, por tanto, sin hacer ninguna selección intencional.
De esta manera, el Sumo Sacerdote sacaba las dos suertes de la caja, una en la mano derecha y la otra en su izquierda. Sólo una vez que las había sacado sabía en que mano estaba cada una de las suertes.
Si su mano derecha tenía la suerte "Para IHVH", el asistente declaraba: "¡Señor! ¡Sumo Sacerdote! ¡Levanta tu mano derecha!". Y con este grito, todos los reunidos escuchaban el anuncio y sabían que había ocurrido una señal favorable. Pero si la mano izquierda era la que tenía esta suerte, el jefe del clan familiar gritaba: "¡Señor! ¡Sumo Sacerdote! ¡Levanta la mano izquierda!" En cualquier caso, la suerte con la escritura se mostraba ante el pueblo.
Una gran expectación y sentimientos de arrepentimiento marcaban todo el servicio de Iom Kipur. Uno de los momentos más dramáticos era la suerte sobre el cabrito expiatorio que actuaba como una expiación por los pecados de Israel. En la imagen se ve al Sumo Sacerdote, flanqueado por el sustituto del Sumo Sacerdote a su derecha, y el jefe de la familia en servicio a su izquierda.
El Sumo Sacerdote colocaba entonces estas suertes en las cabezas de los machos cabríos, entre sus cuernos: la que tomó en su mano derecha se coloca sobre el animal a su derecha, y de la izquierda, sobre el de la izquierda. Al colocar la suerte de "Para IHVH" al sacrificio, recitaba en voz alta las palabras: "Para IHVH, una ofrenda por el pecado". Una vez más se pronunciaba el santo e inefable Nombre de Dios. Todos los sacerdotes y los israelitas presentes que escuchan el Nombre repetían el versículo "¡Bendito sea el Nombre de su reino glorioso, por siempre jamás!"
Dicho esto, este mandamiento era tipo del Mesías que había de venir. En Jn 19.19 dice que Pilato escribe un letrero de madera sobre la cabeza del Mesías que contenía las letras en hebreo, griego y latín (Jn 19.19-20):
ישוע הנצרי ומלך היהודים
Ieshúa Hanetzarí Umélej Haiehudim
Ieshúa el Nazareno y Rey de los Judíos
Ieshúa Hanetzarí Umélej Haiehudim
Ieshúa el Nazareno y Rey de los Judíos
Tomando la primera letra de cada palabra de Ieshúa Hanetzarí Umélej Haiehudim obtenemos IHVH. El Nombre de Dios sobre la cabeza de Ieshúa. Sobre el madero dentro de la iglesia católica se ven la letras INRI, esto es porque ellos lo han hecho en latín (IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM = INRI), pero en Hebreo el acrónimo de: 'Ieshúa Hanetzari Umélej Haiehudim es IHVH.
En hebreo:
ישוע הנצרי ומלך היהודים
ישוע הנצרי ומלך היהודים
Nota: El hebreo se lee de derecha a izquierda, tomando la primera letra de cada palabra se lee el Nombre santo de Dios que es יהוה.
ADDENDUM
Algunos comentaristas señalan que la frase "Ieshúa el Nazareno y Rey de los Judíos" no debe de traducirse con la letra "Vav" que significa "Y", no formando así el nombre de Dios en el acrónimo. Sin embargo, añadimos a esto que la letra Vav si es aplicable en la gramática hebrea, como correctamente Shalom ben Jorín en su obra "Bruder Jesus", Der Nazarener in judischer Sicht, Munich 1977, y Fra Angélico tradujeron en su versión de este versículo. Y como por ejemplo en Sal 95.3: אל גדול יהוה ומלך גדול על־כל־אלהים que se traduce como "Hashem es Dios grande, y rey (ומלך - umélej) grande sobre todos los dioses." Lo que motivo a Fran Angélico como a Shalom ben Jorín, en adoptar esta traducción del griego al hebreo es que en la inscripción de Pilato, al repetirse el Omicron griego que trabaja como el artículo definido de la palabra que le continúa, el segundo Omicron que aparece antes de la palabra rey, se traduce correctamente como la conjunción en español "Y". El griego literalmente dice: ιησους ο ναζωραιος ο βασιλευς των ιουδαιων. Transliterado: Iesous o Nazoraios o basilieus ton Ioudaion. Traducción literal: Ieshúa el nazareno el rey de los judíos. Como es de observarse el Omicron griego "o", que literalmente se traduce al español por el artículo definido "el", aparece dos veces; precediendo la palabra Nazoraios (nazareno) y la otra precediendo la palabra basilieus (rey). El erudito en lengua griega, Paul A. Miller, explica sobre una inscripción similar a Zeus que dice "Zeus o theos o basilieus", en donde también, como es de observarse, aparece el Omicron de manera repetida, precediendo cada adjetivo, y que literalmente se traduce como "Zeus el dios, el rey", que la forma nominativa del masculino de este artículo definido "el" no es exactamente lo que en español se conoce como el artículo definido "el". Paul A. Miller explica que incluso algunos académicos prefieren no llamar al Omicron como el artículo sino determinador, que sirve como conexión, en este caso, de "dios" con "rey". Termina explicando Paul A. Miller que no debe de traducirse "Zeus el Dios, el rey" sino "Zeus el Dios y rey", traduciendo el segundo Omicron griego como la conjunción "y" en español. Considerando esto, significa que el sentido, y el resultado correcto de la inscripción de Pilato debe de traducirse como "Ieshúa el nazareno y rey de los judíos", que en hebreo sería ישוע הנצרי ומלך היהודים (Ieshúa Hanetzrí U(V)mélej Haiehudím), lo que, tomando la iniciales de cada palabra, formaría el nombre de Dios: IHVH.