El versículo en cuestión es el siguiente:
| Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy Iehová. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre Iehová no me di a conocer a ellos. (Éx 6.2-3)
La pregunta general sobre este texto es, que es evidente que los patriarcas efectivamente conocieron el nombre de Dios. Varias veces en la Ley aparece que los patriarcas pronuncian su nombre, y esto es más que suficiente para que los lectores sepan que ellos conocían la pronunciación del nombre de Iehová. Si esto es así, ¿por qué Iehová le dice a Moisés "mas en mi nombre Iehová no me di a conocer a ellos (a los patriarcas)"? Mi respuesta a continuación.
Existe un antítesis entre "aparecer" y "darse a conocer". El Eterno le dice a Moisés que se le "apareció a Abraham, Isaac y Jacob, pero no se les dio a conocer." El verbo que es empleado para denotar que se "apareció" o "dejó ver", es uno que representa percepción del carácter general. Es el mismo verbo hebreo que ocurre con frecuencia en Gn 1, en la fórmula "Y vio Dios que era bueno." En otras palabras, Dios se apareció a los patriarcas como el Dios Omnipotente, Creador de todas las cosas, Supremo y Poderoso sobre toda la creación, pero no se dio a conocer en su persona de una manera tan íntima como lo hizo con el pueblo de Israel. Vemos a lo largo de la historia que el Eterno se presenta como el Padre de Israel y esposo del mismo pueblo, que habitó, incluso, en medio de ellos, y a quienes dio su Palabra, que es la revelación de su persona por escrito, a saber, la Ley. La palabra hebrea "conocer" (יָדַע; iadá) denota muchas veces "conocimiento íntimo." Por ejemplo, ocurre en Gn 4.1, donde dice que "Adám conoció (יָדַע) a su esposa Eva," donde consecuentemente el conocimiento debe de entenderse de una descripción más íntima. Esto no significa que los patriarcas no conocían la pronunciación del nombre de Dios, sino que no conocieron a Dios o la persona ("nombre") de Dios de una manera más íntima, y es por eso que dice "más en mi nombre (persona) Iehová no me di a conocer a ellos." Un conocimiento de la persona de Dios que iba ser dado a Moisés y a los hijos de Israel.
Posteriormente, de una manera aún más íntima es que Ieshúa da a conocer la persona de Dios, un conocimiento de Dios aún más íntimo jamás antes revelado, y que se recibe en el conocimiento de la revelación del unigénito Hijo de Dios: "Yo les he dado a conocer tu nombre (persona)." (Jn 17.6); "nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar." (Mt 11.27).
| Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy Iehová. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre Iehová no me di a conocer a ellos. (Éx 6.2-3)
La pregunta general sobre este texto es, que es evidente que los patriarcas efectivamente conocieron el nombre de Dios. Varias veces en la Ley aparece que los patriarcas pronuncian su nombre, y esto es más que suficiente para que los lectores sepan que ellos conocían la pronunciación del nombre de Iehová. Si esto es así, ¿por qué Iehová le dice a Moisés "mas en mi nombre Iehová no me di a conocer a ellos (a los patriarcas)"? Mi respuesta a continuación.
Existe un antítesis entre "aparecer" y "darse a conocer". El Eterno le dice a Moisés que se le "apareció a Abraham, Isaac y Jacob, pero no se les dio a conocer." El verbo que es empleado para denotar que se "apareció" o "dejó ver", es uno que representa percepción del carácter general. Es el mismo verbo hebreo que ocurre con frecuencia en Gn 1, en la fórmula "Y vio Dios que era bueno." En otras palabras, Dios se apareció a los patriarcas como el Dios Omnipotente, Creador de todas las cosas, Supremo y Poderoso sobre toda la creación, pero no se dio a conocer en su persona de una manera tan íntima como lo hizo con el pueblo de Israel. Vemos a lo largo de la historia que el Eterno se presenta como el Padre de Israel y esposo del mismo pueblo, que habitó, incluso, en medio de ellos, y a quienes dio su Palabra, que es la revelación de su persona por escrito, a saber, la Ley. La palabra hebrea "conocer" (יָדַע; iadá) denota muchas veces "conocimiento íntimo." Por ejemplo, ocurre en Gn 4.1, donde dice que "Adám conoció (יָדַע) a su esposa Eva," donde consecuentemente el conocimiento debe de entenderse de una descripción más íntima. Esto no significa que los patriarcas no conocían la pronunciación del nombre de Dios, sino que no conocieron a Dios o la persona ("nombre") de Dios de una manera más íntima, y es por eso que dice "más en mi nombre (persona) Iehová no me di a conocer a ellos." Un conocimiento de la persona de Dios que iba ser dado a Moisés y a los hijos de Israel.
Posteriormente, de una manera aún más íntima es que Ieshúa da a conocer la persona de Dios, un conocimiento de Dios aún más íntimo jamás antes revelado, y que se recibe en el conocimiento de la revelación del unigénito Hijo de Dios: "Yo les he dado a conocer tu nombre (persona)." (Jn 17.6); "nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar." (Mt 11.27).