El que el Mesías había de nacer en Belén era una convicción establecida. Pero en la curiosa historia de su nacimiento, referida en el Talmud Yerushalmí (Ber. 2.4), se dice que había de nacer en «la torre real de Belén». ¿A qué torre se refiere? Según Jerónimo, había una torre de vigía para rebaños que yacían de Belén, conocida como Migdal Éder, que se traduce como: «la torre del rebaño» y significa el lugar donde se reúne el rebaño de ovejas y corderos. Migdál Éder «la torre del rebaño», se encuentra: «Alrededor de 1000 pasos (0.47 a 0.57 millas) de Belén», dice Jerónimo, que vivió allí (Jerónimo, De locis Hebr. fol. 89. E.). Se trata de una antigua torre de rebaño, que se menciona desde los tiempos del patriarca Jacob. Después de la muerte de Raquel en «Efrata, que es Belén» (Génesis 35:19), la Torá relata que Jacob plantó «su tienda más allá de Migdal-Éder» (Génesis 35:21), es decir, cerca de la «Torre del Rebaño».
La tradición judía captó la primera revelación del Mesías hijo de David en Belén desde esta Migdal Éder. La creencia decía que el Mesías se revelaría al inicio de su aparición a esta torre de vigía del rebaño. El Targúm Yonatán lo expresa de la siguiente manera:
«Y Jacob avanzó y extendió su tienda más allá de la Migdal Éder, el lugar desde donde, se cree, el Rey Mesías será revelado» (Targum Yonatán sobre Génesis 35:21).
Que el nacimiento del Mesías sería en Migdal Éder se dedujo por la profecía de Miqueas que anuncia su primera manifestación en este sitio:
«Y tú, Midgdal Éder (Torre del Rebaño), fortaleza de la hija de Zion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén» (Miqueas 4.8).
En este lugar a Migdal Éder se le llama la fortaleza de la hija de Zión, y en el v. 10 se le pide a dar a luz un hijo:
«Duélete y gime, hija de Zion, como mujer que está de parto» (Miqueas 4:10).
Inmediatamente después de anunciar esta profecía acerca del nacimiento del rey de Israel desde o en Migdal Eder (Miqueas 4.8), se anuncia su nacimiento en Belén: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad» (Miqueas 5:2). Esto indica que Belén y Migdál Éder «la torre del rebaño», estaban ubicadas en la misma región, ya que sería inconcebible que el Mesías naciera en dos lugares distintos simultáneamente. De hecho, podemos percibir claramente la resonancia de similitud entre ambas profecías, tanto en su contenido como en las palabras utilizadas.
La tradición judía captó la primera revelación del Mesías hijo de David en Belén desde esta Migdal Éder. La creencia decía que el Mesías se revelaría al inicio de su aparición a esta torre de vigía del rebaño. El Targúm Yonatán lo expresa de la siguiente manera:
«Y Jacob avanzó y extendió su tienda más allá de la Migdal Éder, el lugar desde donde, se cree, el Rey Mesías será revelado» (Targum Yonatán sobre Génesis 35:21).
Que el nacimiento del Mesías sería en Migdal Éder se dedujo por la profecía de Miqueas que anuncia su primera manifestación en este sitio:
«Y tú, Midgdal Éder (Torre del Rebaño), fortaleza de la hija de Zion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén» (Miqueas 4.8).
En este lugar a Migdal Éder se le llama la fortaleza de la hija de Zión, y en el v. 10 se le pide a dar a luz un hijo:
«Duélete y gime, hija de Zion, como mujer que está de parto» (Miqueas 4:10).
Inmediatamente después de anunciar esta profecía acerca del nacimiento del rey de Israel desde o en Migdal Eder (Miqueas 4.8), se anuncia su nacimiento en Belén: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad» (Miqueas 5:2). Esto indica que Belén y Migdál Éder «la torre del rebaño», estaban ubicadas en la misma región, ya que sería inconcebible que el Mesías naciera en dos lugares distintos simultáneamente. De hecho, podemos percibir claramente la resonancia de similitud entre ambas profecías, tanto en su contenido como en las palabras utilizadas.
Y tú, Migdal Éder,
collado de la hija de Zion,
a ti vendrá el señorío primero,
el reino de la hija de Jerusalén.
Y tú, Belén Efrata,
pequeña para figurar entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
collado de la hija de Zion,
a ti vendrá el señorío primero,
el reino de la hija de Jerusalén.
Y tú, Belén Efrata,
pequeña para figurar entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Que Miqueas tiene en mente esta torre del rebaño es incuestionable, porque, en primer lugar, esta conexión es crucial para entender por qué los dolores de parto de la mujer, tal como se describen en Miqueas 4.9, guardan una relación paralela con la asociación de la Torre del Rebaño «Migdál Éder» con los dolores de parto de Raquel, como se relata en Génesis 35. En segundo lugar, la mención del nombre Efrata en Miqueas 5:1-2, en relación con Belén, evoca claramente Génesis 35:16.
Así, la tradición judía captó la primera manifestación del Mesías hijo de David en Belén desde Migdal Éder.
¿Qué función tenía Migdal Éder «la torre del rebaño» en Belén?
De acuerdo con la Mishná (Shekalím 7.4), los rebaños que pastaban en Migdal Éder estaban destinados al sacrificio en el Templo y al sacrificio para la solemnidad de Pésaj /Pascua, y se consideraba que la distancia para pastorear ovejas y corderos dedicados al sacrificio de Pésaj estaba dentro del perímetro de la región donde se ubicaba Migdal Éder hasta Jerusalén (Shekalím 7.4): «De los rebaños, en el espacio entre Jerusalén y la Torre del Rebaño (Migdal Éder), en circunferencia, los machos son para holocaustos, las hembras para ofrendas de paz. R. Yehudá dice: todos los machos que se encuentren en esa área incluso treinta días antes de la Pésaj, que sean aptos para la festividad, deben ser utilizados para este fin».
Estos corderos eran especiales, porque la tradición judía registrada en la Mishná (Baba K. 7.7) prohíbe a la gente común expresamente guardar rebaños por toda la tierra de Israel, excepto en los yermos; y los únicos rebaños que podían pastar en otros sitios eran los destinados a los servicios del Templo (Baba K. 80 a). De esta manera se evitaba la mezcla con otros rebaños que no poseían el pedigrí de los corderos de Pésaj / Pascua y se evitaba el riesgo de contagio de enfermedades o bacterias de rebaños que no recibían el cuidado especial otorgado a los corderos destinados al Pésaj/Pascua. En consecuencia, los pastores que velaban sobre ellos desde Migdal Éder «la torre del rebaño» no eran pastores ordinarios, sino pastores destinados al servicio al templo, quizá descendientes de la tribu de Leví, a quienes pertenecía el sacerdocio y servicio al templo.
Entre los deberes de estos pastores estaba el de supervisar el nacimiento de cada cordero y verificar que fuesen aptos para el sacrificio en el templo. Según la Torá, los corderos de Pésaj /Pascua debían nacer sin mancha, sin ningún defecto (Ex 12.5) y sus huesos nunca debían de dañarse (Éx 12.46). Además, estos pastores, probablemente levitas, tenían la responsabilidad de adherirse a las reglas rabínicas de pureza, asegurando que el lugar de nacimiento de los corderos estuviera siempre limpio y purificado, lo que significaba que no se permitía la presencia de otros animales. Por esta razón, los rebaños se mantenían en áreas abiertas para evitar ensuciar, y solo las ovejas y corderos a punto de parir eran llevadas a los pesebres.
La imagen del pastoreo (Miqueas 5:4), junto con la referencia a Belén en el contexto de las promesas del «gobernante sobre Israel» y su «nacimiento en Belén» (Miqueas 5:2) desde «Midgdal Éder» «Torre del Rebaño» (Miqueas 4:8), evoca el recuerdo del rey David, quien «cuidaba las ovejas de su padre en Belén» (1 Samuel 17:15), es decir, en esta misma región. Por lo tanto, es bastante apropiado encontrar al Mesías hijo de David retratado no solo como el gobernante nacido en la tierra de los pastores, sino como el cordero «hijo de David» nacido en Belén «ciudad de David». Si la tradición sobre Migdal Éder se mantuvo hasta el período del Segundo Templo, considerando que desde la época del rey David estos corderos de Pésaj eran cuidadosamente criados en este lugar, esto sugiere que la descendencia y el pedigrí de estos corderos se originaron en los rebaños del rey David, indicando así su conexión con la realeza. Es probable que esta asociación haya llevado a Migdal Éder a ser conocida por el Talmud Yerushalmí Ber. 2.4 como «la torre real de Belén». Así los corderos provenientes de los rebaños del rey David que eran cuidados y guardados en «Midgdal Eder» «Torre del Rebaño», eran los designados para ser ofrecidos como sacrificio durante la festividad de Pésaj.
Si esta era la esperanza rabínica, como lo era, los pastores que velaban sobre aquellos rebaños, dedicados al servicio del templo en Jerusalén, conocían la profecía acerca de la aparición del Mesías en Belén desde Migdal Éder. Una noche, mientras cuidaban los corderos de Dios, estos pastores recibieron la visita de una hueste celestial que les anunció que, efectivamente, el Mesías, hijo de David, cuya llegada esperaban en esa misma región, había nacido precisamente en ese lugar. El cumplimiento de esta profecía de Miqueas junto con su interpretación rabínica, sucede cuando en las cercanías del lugar de nacimiento Ieshúa en Belén (Lc 2.4-7), ese mismo día, un ángel aparece a pastores que «velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño en esa misma región» (Lucas 2:8). «En la misma región» sugiere que los pastores estaban en la zona económica de Belén para anunciarles que el Mesías Rey de Israel había nacido: «Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías el Señor» (Lucas 2:9-11).
Tenemos una profecía que describe el misterioso lugar, el extraño edificio era una torre de vigilancia, y aquí se presenta como la clave para entender el nacimiento del Mesías. Estas palabras fueron escritas por Miqueas en el siglo VIII a.C., tiempo antes del cautiverio de Israel a Babilonia. En un momento preciso de la cronología de la historia humana, en la Ciudad de David, el Cordero de Dios vino a la Casa del Pan – Bet-Léjem (Belén) en Migdal Éder – la Torre del Rebaño.
Nacimiento en el Pesebre
Aquí surge una interpretación que puede ser cuestionable pero no imposible: ¿Qué tal si Yoséf /José y Miriám /María, al no encontrar un lugar para alojarse en Belén, consideraron la cercana «torre del rebaño» Migdal Éder, como un lugar adecuado para el alumbramiento? Es importante recordar que estos corderos eran especiales. De acuerdo con la Mishná (Baba Kamma 7:7), se prohibía expresamente a los pastores comunes criar rebaño en toda la tierra de Israel, excepto en las tierras desérticas. Y se nos dice que esa misma noche había pastores en la misma región de Belén, cuidando su rebaño durante las vigilias de la noche (cf. Lucas 2.8). Parece plausible pensar que estos pastores podrían haber sido los de Migdal Éder «la torre del rebaño», por lo que José y María los encontraron rápidamente. El griego para pesebre utilizado en Lc 2.7 agrega el artículo definido «el pesebre», lo que sugiere que se está haciendo referencia a un pesebre específico ya conocido. Así el ángel también les indica a los pastores que hallarían al niño no simplemente en «un pesebre», sino en «el pesebre», utilizando el artículo definido: «Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en el pesebre» (Lc 2:12). ¿Podría este haber sido el mismo pesebre donde nacían los corderos de la Pascua? Esta idea explicaría por qué los pastores se dirigieron rápidamente al único lugar donde los corderos destinados al sacrificio nacían y eran colocados en el pesebre cerca de Migdal Eder-la-torre-del-rebaño.
Ieshúa no solo nace en Belén como cumplimiento de esta profecía del profeta Miqueas. Ieshúa fue llamado el Cordero de Dios, con relación al cordero de Pésaj /Pascua que salva al pueblo de Israel de la esclavitud y el pecado: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1:29). Vemos ahora la llegada del último Cordero de Dios revelado a los pastores responsables para velar por los corderos del sacrificio de Pésaj /Pascua que siempre había anunciado su nacimiento como la de un cordero.
Termino este estudio citando al apóstol Shimón Kéfa /Pedro, que dijo: «Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios» (1 Pedro 1:18-21).
Así, la tradición judía captó la primera manifestación del Mesías hijo de David en Belén desde Migdal Éder.
¿Qué función tenía Migdal Éder «la torre del rebaño» en Belén?
De acuerdo con la Mishná (Shekalím 7.4), los rebaños que pastaban en Migdal Éder estaban destinados al sacrificio en el Templo y al sacrificio para la solemnidad de Pésaj /Pascua, y se consideraba que la distancia para pastorear ovejas y corderos dedicados al sacrificio de Pésaj estaba dentro del perímetro de la región donde se ubicaba Migdal Éder hasta Jerusalén (Shekalím 7.4): «De los rebaños, en el espacio entre Jerusalén y la Torre del Rebaño (Migdal Éder), en circunferencia, los machos son para holocaustos, las hembras para ofrendas de paz. R. Yehudá dice: todos los machos que se encuentren en esa área incluso treinta días antes de la Pésaj, que sean aptos para la festividad, deben ser utilizados para este fin».
Estos corderos eran especiales, porque la tradición judía registrada en la Mishná (Baba K. 7.7) prohíbe a la gente común expresamente guardar rebaños por toda la tierra de Israel, excepto en los yermos; y los únicos rebaños que podían pastar en otros sitios eran los destinados a los servicios del Templo (Baba K. 80 a). De esta manera se evitaba la mezcla con otros rebaños que no poseían el pedigrí de los corderos de Pésaj / Pascua y se evitaba el riesgo de contagio de enfermedades o bacterias de rebaños que no recibían el cuidado especial otorgado a los corderos destinados al Pésaj/Pascua. En consecuencia, los pastores que velaban sobre ellos desde Migdal Éder «la torre del rebaño» no eran pastores ordinarios, sino pastores destinados al servicio al templo, quizá descendientes de la tribu de Leví, a quienes pertenecía el sacerdocio y servicio al templo.
Entre los deberes de estos pastores estaba el de supervisar el nacimiento de cada cordero y verificar que fuesen aptos para el sacrificio en el templo. Según la Torá, los corderos de Pésaj /Pascua debían nacer sin mancha, sin ningún defecto (Ex 12.5) y sus huesos nunca debían de dañarse (Éx 12.46). Además, estos pastores, probablemente levitas, tenían la responsabilidad de adherirse a las reglas rabínicas de pureza, asegurando que el lugar de nacimiento de los corderos estuviera siempre limpio y purificado, lo que significaba que no se permitía la presencia de otros animales. Por esta razón, los rebaños se mantenían en áreas abiertas para evitar ensuciar, y solo las ovejas y corderos a punto de parir eran llevadas a los pesebres.
La imagen del pastoreo (Miqueas 5:4), junto con la referencia a Belén en el contexto de las promesas del «gobernante sobre Israel» y su «nacimiento en Belén» (Miqueas 5:2) desde «Midgdal Éder» «Torre del Rebaño» (Miqueas 4:8), evoca el recuerdo del rey David, quien «cuidaba las ovejas de su padre en Belén» (1 Samuel 17:15), es decir, en esta misma región. Por lo tanto, es bastante apropiado encontrar al Mesías hijo de David retratado no solo como el gobernante nacido en la tierra de los pastores, sino como el cordero «hijo de David» nacido en Belén «ciudad de David». Si la tradición sobre Migdal Éder se mantuvo hasta el período del Segundo Templo, considerando que desde la época del rey David estos corderos de Pésaj eran cuidadosamente criados en este lugar, esto sugiere que la descendencia y el pedigrí de estos corderos se originaron en los rebaños del rey David, indicando así su conexión con la realeza. Es probable que esta asociación haya llevado a Migdal Éder a ser conocida por el Talmud Yerushalmí Ber. 2.4 como «la torre real de Belén». Así los corderos provenientes de los rebaños del rey David que eran cuidados y guardados en «Midgdal Eder» «Torre del Rebaño», eran los designados para ser ofrecidos como sacrificio durante la festividad de Pésaj.
Si esta era la esperanza rabínica, como lo era, los pastores que velaban sobre aquellos rebaños, dedicados al servicio del templo en Jerusalén, conocían la profecía acerca de la aparición del Mesías en Belén desde Migdal Éder. Una noche, mientras cuidaban los corderos de Dios, estos pastores recibieron la visita de una hueste celestial que les anunció que, efectivamente, el Mesías, hijo de David, cuya llegada esperaban en esa misma región, había nacido precisamente en ese lugar. El cumplimiento de esta profecía de Miqueas junto con su interpretación rabínica, sucede cuando en las cercanías del lugar de nacimiento Ieshúa en Belén (Lc 2.4-7), ese mismo día, un ángel aparece a pastores que «velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño en esa misma región» (Lucas 2:8). «En la misma región» sugiere que los pastores estaban en la zona económica de Belén para anunciarles que el Mesías Rey de Israel había nacido: «Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías el Señor» (Lucas 2:9-11).
Tenemos una profecía que describe el misterioso lugar, el extraño edificio era una torre de vigilancia, y aquí se presenta como la clave para entender el nacimiento del Mesías. Estas palabras fueron escritas por Miqueas en el siglo VIII a.C., tiempo antes del cautiverio de Israel a Babilonia. En un momento preciso de la cronología de la historia humana, en la Ciudad de David, el Cordero de Dios vino a la Casa del Pan – Bet-Léjem (Belén) en Migdal Éder – la Torre del Rebaño.
Nacimiento en el Pesebre
Aquí surge una interpretación que puede ser cuestionable pero no imposible: ¿Qué tal si Yoséf /José y Miriám /María, al no encontrar un lugar para alojarse en Belén, consideraron la cercana «torre del rebaño» Migdal Éder, como un lugar adecuado para el alumbramiento? Es importante recordar que estos corderos eran especiales. De acuerdo con la Mishná (Baba Kamma 7:7), se prohibía expresamente a los pastores comunes criar rebaño en toda la tierra de Israel, excepto en las tierras desérticas. Y se nos dice que esa misma noche había pastores en la misma región de Belén, cuidando su rebaño durante las vigilias de la noche (cf. Lucas 2.8). Parece plausible pensar que estos pastores podrían haber sido los de Migdal Éder «la torre del rebaño», por lo que José y María los encontraron rápidamente. El griego para pesebre utilizado en Lc 2.7 agrega el artículo definido «el pesebre», lo que sugiere que se está haciendo referencia a un pesebre específico ya conocido. Así el ángel también les indica a los pastores que hallarían al niño no simplemente en «un pesebre», sino en «el pesebre», utilizando el artículo definido: «Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en el pesebre» (Lc 2:12). ¿Podría este haber sido el mismo pesebre donde nacían los corderos de la Pascua? Esta idea explicaría por qué los pastores se dirigieron rápidamente al único lugar donde los corderos destinados al sacrificio nacían y eran colocados en el pesebre cerca de Migdal Eder-la-torre-del-rebaño.
Ieshúa no solo nace en Belén como cumplimiento de esta profecía del profeta Miqueas. Ieshúa fue llamado el Cordero de Dios, con relación al cordero de Pésaj /Pascua que salva al pueblo de Israel de la esclavitud y el pecado: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1:29). Vemos ahora la llegada del último Cordero de Dios revelado a los pastores responsables para velar por los corderos del sacrificio de Pésaj /Pascua que siempre había anunciado su nacimiento como la de un cordero.
Termino este estudio citando al apóstol Shimón Kéfa /Pedro, que dijo: «Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios» (1 Pedro 1:18-21).