El Matzá Tosh es la bolsa de lino diseñada con tres compartimientos en donde se colocan los tres panes sin levadura durante la cena de Pésaj. Durante la cena de Pésaj el Pan sin Levadura que se encuentra en el compartimiento de en medio es sacado y partido a la mitad. La parte más pequeña se come y la parte más grande es envuelta en lino, se esconde y se le coloca el nombre griego de Afikomán, que viene de Afikomenos, y significa "El que vino".
Después de la cena, los niños presentes van en búsqueda de este pan sin levadura que fue partido a la mitad, escondido y llamado por el nombre griego Afikomán. Una vez es encontrado se les da un premio.
Este pan representa al Mesías y su pasión. En el momento que este pan es partido por la mitad, Ieshúa dijo "este es mi cuerpo que es entregado a ustedes". Ieshúa parte el pan y se los entrega a sus discípulos. Ellos comen. Después los Evangelios no describen con detalle que sucedió durante toda la cena. Quizás por tradición oral lo hicieron, quizás en los días de Shabát lo enseñaron.
En el caso del Séder de Pésaj, la parte más grande de este pan que es partido por la mitad es escondido al ser envuelto en lino, mientras que la parte menor se come. La parte del pan que se esconde es llamado por un nombre no de origen hebreo, hasta que los niños de la mesa lo encuentren al final de la ceremonia.
Similarmente sucedió con el Mesías. Después de su muerte el Mesías fue sepultado, pero no solo eso, también resucitó, y aquellos que lo encuentren se les da un premio, y este premio es la vida eterna.
Pero hay otro significado de detrás de todo esto...
El Mesías fue sacrificado y resucitó. El Mensaje del Evangelio fue llevado a las naciones e Israel se quedó sin el Evangelio porque en su mayoría rechazó a Ieshúa. Allí, en las naciones, el nombre del Mesías cambió a diferentes pronunciaciones según el idioma a donde fue llevado el Evangelio. Los hijos de Israel ven a una persona no judía en él. Pero vendrá el día cuando todos los hijos de Israel representados por los niños que buscan el Afikomán en la ceremonia de Pascua, encuentren que aquel que murió traspasado en la cruz, resucitó al tercer día, y que fue llevado a las naciones en donde le quitaron su identidad hebrea, era aquel que ellos esperaban, "El que vino", el Afikomán, el Mesías.
Por causa de esta revelación, y por reconocer que Ieshúa es el Mesías, se les dará un premio, la vida eterna con Ieshúa. El requisito es ser como niños para encontrarle: "De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mt 18.3).
Después de la cena, los niños presentes van en búsqueda de este pan sin levadura que fue partido a la mitad, escondido y llamado por el nombre griego Afikomán. Una vez es encontrado se les da un premio.
Este pan representa al Mesías y su pasión. En el momento que este pan es partido por la mitad, Ieshúa dijo "este es mi cuerpo que es entregado a ustedes". Ieshúa parte el pan y se los entrega a sus discípulos. Ellos comen. Después los Evangelios no describen con detalle que sucedió durante toda la cena. Quizás por tradición oral lo hicieron, quizás en los días de Shabát lo enseñaron.
En el caso del Séder de Pésaj, la parte más grande de este pan que es partido por la mitad es escondido al ser envuelto en lino, mientras que la parte menor se come. La parte del pan que se esconde es llamado por un nombre no de origen hebreo, hasta que los niños de la mesa lo encuentren al final de la ceremonia.
Similarmente sucedió con el Mesías. Después de su muerte el Mesías fue sepultado, pero no solo eso, también resucitó, y aquellos que lo encuentren se les da un premio, y este premio es la vida eterna.
Pero hay otro significado de detrás de todo esto...
El Mesías fue sacrificado y resucitó. El Mensaje del Evangelio fue llevado a las naciones e Israel se quedó sin el Evangelio porque en su mayoría rechazó a Ieshúa. Allí, en las naciones, el nombre del Mesías cambió a diferentes pronunciaciones según el idioma a donde fue llevado el Evangelio. Los hijos de Israel ven a una persona no judía en él. Pero vendrá el día cuando todos los hijos de Israel representados por los niños que buscan el Afikomán en la ceremonia de Pascua, encuentren que aquel que murió traspasado en la cruz, resucitó al tercer día, y que fue llevado a las naciones en donde le quitaron su identidad hebrea, era aquel que ellos esperaban, "El que vino", el Afikomán, el Mesías.
Por causa de esta revelación, y por reconocer que Ieshúa es el Mesías, se les dará un premio, la vida eterna con Ieshúa. El requisito es ser como niños para encontrarle: "De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mt 18.3).