TEXTO:
"Y dijo Iehová Elohim: “He aquí que HaAdám (El hombre) ha venido a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; ahora, pues, no vaya a extender su mano para que tome todavía del HaEtz HaJaím (árbol de la vida), y comiendo jái leolám (viva para siempre).” Por lo tanto, Iehová Elohim lo expulsó del Gan Edén (Jardín de Edén), para que labrase HaAdamá (la tierra) de donde había sido tomado. Y expulsó HaAdám (al hombre), y él habitó entre los Keruvím MiKedém (delante o al oriente) del Gan Edén (Jardín de Edén) con una fulgurante jerev (espada) que se agitaba, a fin de guardar el Dérej HaEtz HaJaím (camino del árbol de la vida)." (Gn 3.22-24)
COMENTARIO:
"He aquí el hombre ha venido a ser como uno de nosotros": Parece una expresión sarcástica, sin embargo, no estoy seguro de ello. El hombre vino a ser como uno de nosotros, es decir, como Elohim. Esta parece ser la cita del Sal 82.6, donde se llama al hombre “Elohim” y “Benéi Elohim/ Hijos de Elohim”, pero en realidad no son Elohim, y la razón que da es la misma que en este lugar, y es que, como hombres morirán. Pues si fueran como Elohim, serían eternos, como Elohim que es eterno. El árbol de la vida es la Torá / Davár (Habla) / Jojmá (Sabiduría) de Dios, como está escrito en Pro 3.18: "Ella es el árbol de la vida a los que de ella echan mano", y también cuando se hizo carne, Jn 1.4: "En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres", y Jn 6.47-58: "El que cree en mí, tiene vida eterna; Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo; El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero".
El árbol de la vida es el mismo Iehová, ya que en Gn 3.24 el texto hebreo lee: “y él habitó en los Keruvím (o habitó sobre, o entre los Keruvím), delante (o al oriente) del jardín del Edén”. Así, את significa a veces "sobre", "por encima" o "con" (véase Christianus Noldius, Concordantiae Particularum Ebraeo-chaldaicarum, p. 116, 121: https://bit.ly/3Th2M3c). Esto es después representado en el Mishqán /Tabernáculo y el Templo, al colocar la Torá / Davár (Habla) / Jojmá (Sabiduría) en el Arca, con dos Keruvím protegiéndola, donde se aparecía Dios. Muy frecuentemente se describe a Iehová como sentado y habitando entre los Keruvím: "Y envió el pueblo a Shiló, y trajeron de allá el Arca de la Alianza de Iehová de los ejércitos, que habitaba entre los Keruvím" (1Sa 4:4). Y esto se debe a que el Arca de la Alianza al parecer es el trono de un rey, donde se sienta Dios como rey. Estos Keruvím probablemente eran ángeles guardianes.
El camino al árbol de la vida era protegido "Con una fulgurante espada que se agitaba, a fin de guardar el camino del árbol de la vida": Una espada desenvainada, blandida, y que siendo muy rápida en su movimiento, al girar de un lado a otro, brillaba y parecía una llama de fuego. Este movimiento no debe entenderse como por sí misma, girando de un lado a otro sin una mano que lo mueva, ni de una espada en mano de los Keruvím; sino se refiere a la boca de Dios, que habitaba entre los Keruvím, pues así puede ser traducido, "habitaba en los Keruvím y con una espada flameante"; y con la revelación del libro de Apocalipsis podemos deducir que esta espada es el Habla de su boca, de donde sale su hálito, es decir, su Espíritu: “De su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.” (Ap 1.16). Y también: “Y escribe al ángel de la asamblea en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto” (Ap 2.12-16). Un emblema de la ardiente Torá de Dios que había sido quebrantada, y del fuego de la ira divina a causa de eso, y de la justicia flameante de Dios, y esto girando por todos lados.
Respecto al camino del árbol de la vida, Ieshúa dijo de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí". (Jn 14.6).