Lectura de la Meguilát Janucá o Rollo de Janucá, conocido también como Meguilát Antiocos.
Aquí encontrará una guía para celebrar los ocho días de Janucá con la revelación de nuestro Mesías, Amo y Señor Ieshúa aplicada en la guía.
Según la tradición judía (según consta en el Talmud Bavli, Shabát 21b), en el momento de la re-dedicación (en 25 de Kislev/9no mes), no quedaba muy poco aceite que no había sido profanado por los griegos-sirios. El aceite se necesita para que la menorá ("candelabro del templo") arda continuamente en el Templo, pero sólo había suficiente para una duración de un día. Milagrosamente, el aceite santificado que alcanzaba únicamente para un día ardió durante ocho días – el tiempo necesario para preparar una nueva provisión de aceite para el candelabro. De manera que una festividad de ocho días fue instituida para conmemorar este milagro. El milagro de la vasija de aceite. Este recipiente pequeño, que tenía suficiente aceite para encender la Menorá para un solo día, se las arregló para durar por un período adicional de siete días.
Esa pequeña embarcación es el núcleo de suprema santidad, que nunca puede ser afectada por las fuerzas de la impureza, y que es suficiente para iluminar el mundo entero durante siete días. El número siete siempre simboliza el mundo natural, que fue creado en siete días. El número ocho simboliza aquello que está más allá de la naturaleza. El envase de aceite es ese punto número ocho – el punto que está más allá de la naturaleza, y que ilumina nuestro mundo físico, material. Como parte de la orden de su servicio en la solemnidad de Iom Kipur, el Kohén–Gadol–Sumo–Sacerdote tiene que rociar sangre sobre el Kodesh–Kodashim–Lugar–Santísimo – en la parte superior de la cortina y al pie de la misma – "una vez por encima y siete veces abajo" (véase Levítico 16.14 y Mishná tratado Iomá cap. 4.3). Esta aspersión, una vez más simboliza el mismo modelo: existe un punto por encima, que posee el poder de iluminar los siete puntos que están por debajo – es decir, todo el mundo de nuestra realidad. Esta es la gran maravilla de Janucá. Según todas las apariencias, el mundo que nos rodea es material y físico. ¿Puede un poder santificado y puro descender a un mundo tan bajo y vulgar? En Janucá entendemos que esto es posible, y es sin duda un milagro maravilloso. Janucá inicia el día 25 del 9no mes del calendario hebreo, llamado el mes de Kislev. La palabra hebrea número 25 de la Torá contando desde la primera palabra de la Torá en Génesis 1.1, es la palabra אור (Or), y la raíz del valor numérico de esta palabra es 9. La palabra אור (Or) significa y se traduce como "Luz". Janucá es la fiesta que simboliza la Luz Oculta. Según algunas opiniones entre los exégetas judíos, el hombre fue creado el 1 del séptimo mes, el mes llamado Tíshri, de tal manera que el día en que se creó el mundo – "Y dijo Dios: Sea la luz" – fue el 25 del sexto mes, el mes llamado Elul. La "concepción" del mundo, entonces, es de diez meses antes de esta fecha (lunares – porque el embarazo es de 9 meses solares y 10 lunares, ya que el mes lunar consiste de 29-30 días) – el 25 de Kislev, que es el noveno mes del calendario hebreo – el primer día de Janucá – que es el día que simboliza la Luz que está oculta en lo más profundo, y que está destinada a convertirse en manifiesto sólo diez meses más tarde. Esta alegoría de Genesis Cap. 1, sobre la concepcion y nacimiento de la Luz Oculta parece una ilustracion similar al prólogo del Libro de Jn, utilizada simbólicamente para describir la concepcion y nacimiento del Mesías. La narrativa del Libro de Jn (capítulo 1) inicia describiendo al Mesias como la Or Ha-Adám (Jn 1,4 – "Luz de los Hombres"), que es un nombre que se le otorga al Shamash (servidor) de la Januquía usada en la festividad de Jánuca, la vela central del candelabro de Janucá (la Januquía) que se utiliza para encender las otras velas del candelabro. Diez enunciados después –en alusión a los diez meses lunares de embarazo– Jn dice "La Palabra –que es la luz de los hombres– se hizo carne y puso su morada (o "su tabernáculo") entre nosotros y vimos su gloria" (Jn 1,14). El recipiente pequeño, que tenía suficiente aceite para encender la Menorá-Candelabro para un solo día, se las arregló para durar por un período adicional de siete días. El número ocho, como fue dicho arriba, simboliza aquello que está más allá de la naturaleza. Ese recipiente pequeño simboliza a Ieshúa y su poder, concebido en Janucá y nacido en Sucot-Tabernáculos, y cuyo nombre según la raíz en guematría es también ocho (Ieshúa = 386 = 3+8+6 = 17 = 1+7 = 8), que es el núcleo de suprema santidad, que nunca puede ser afectado por las fuerzas de la impureza, y que es suficiente para iluminar el mundo entero durante los siete días – siete mil años. Referencias al pie de página en números rojos El Nacimiento de Ieshúa en Sucot: Evidencia de fuente externa. Teniendo como inválida la postura que dice que Ieshúa nació el 25 de Diciembre de un calendario pagano, no es preciso que él haya nacido en Diciembre, en invierno, como comúnmente se ha recibido; ya que durante el nacimiento de Ieshúa, pastores estaban fuera de los campos (Lc 2,8) y los rebaños del campo no se encontraban en los campos durante el mes de Diciembre 1. (Talmud Bavli, Betza, folio 40.1; Shabat folio 45.2; Maimonides Hilj. Iom Tov, c. 2. sec. 2). Escribiré por qué Ieshúa nació en la fiesta Escritural de Sucot (Los Tabernáculos). La Fecha Tradicional Dos siglos después del nacimiento de Ieshúa, Clemente de Alejandría discutió la fecha del nacimiento de Ieshúa. Clemente no mencionó Diciembre 25 o Enero 6 como posibles opciones. En lugar, Clemente reportó una tradición que correspondía a Abril 20 del calendario civil y otra tradición que correspondía a Mayo 20. A mediados del siglo IV, sin embargo, la iglesia romana comenzó a celebrar su nacimiento en Diciembre 25, mientras que las iglesias del Oriente, Asia Menor y Egipto observaban su nacimiento en Enero 6. Ambas son fechas espurias sostenidas sin bases sólidas y congruentes, basadas en la mala información. No hay una sola instancia en la tradición o la historia donde se registre que los creyentes judíos en Ieshúa conectaron el nacimiento del Mesías con Diciembre 25 o Enero 6. Sea el caso que sea sobre la postura presentada arriba, algunos seguidores de Ieshúa tienden alejarse de Diciembre 25 —la fecha de Navidad— debido a sus asociaciones negativas asociadas con el paganismo. "En el Tiempo Señalado" La narrativa de los Evangelios (Lc 1c26 y 36) registran que la concepción de Ieshúa fue seis meses después del de Jn-Iojanán el Inmersor. Si uno puede determinar cuándo nació el Bautista-Inmersor también podrá determinar cuándo nació Ieshúa. En Lc, el ángel Gabriel le notifica a Zazarías padre del Bautista-Inmersor, que su mujer Elizabet (Elisheva) está a punto de concebir un niño. Zacarías expresa escepticismo. Gabriel lo castiga con mudez temporal. La historia al parecer alude al anunciado de Abraham y Sará, donde el Ángel de Iahvé aparece a la pareja anunciándoles el nacimiento de Isaac. Como Zacarías, Sará expresó escepticismo. En la historia, Gabriel le dice a Zacarías que él permanecerá mudo "hasta el día que estas cosas tomen lugar… que será en el tiempo prescrito” (Lc 1,20). El anunciado de Gabriel hace eco a lo registrado en Gn 18,14 cuando el ángel le dijo a Abraham, "Al tiempo prescrito retornaré a ti … y Sará tendrá un hijo."2 En la Torá, las festividades son llamadas "tiempos prescritos" ("moedim"). Según la interpretación judía, "el tiempo prescrito" en el cual Sará daría a luz a Isaac sería en Pésaj (Pascua): ¿Cómo sabemos que Itzjaq nació en Pésaj-Pascua? Porque está escrito, "Al tiempo prescrito regresaré a ti [… y Sará tendrá un hijo].” (Talmud Bavli, Rosh Hashaná 11a) En los Evangelios, el Bautista-Inmersor vienen en el espíritu del profeta Elías (Eliáhu). La tradición judía sostiene que Elías aparecerá en Pésaj-Pascua para anunciar la venida del Mesías. Esta es la razón por la cual la porción de Malaquías sobre la venida del Mesías se lee en el Shabát previo Pésaj-Pascua, y la tradición judía coloca en la ceremonia de Pésaj-Pascua un lugar especial en la mesa del Séder-Orden-Ceremonia de Pésaj-Pascua reservado para Elías. Si el Bautista-Inmersor era "el Elías que había de venir" (cf. Mt 11,14), lo razonable es deducir que el Bautista-Inmersor nació en el "tiempo prescrito" de Pésaj-Pascua. Y si el Bautista-Inmersor nació en Pésaj-Pascua, entonces el nacimiento de Ieshúa, que nació seis meses después, se ubicaría en la temporada de Sucot-Tabernáculos, en el mes séptimo. Majelot Ha-Kohanim El rey David (1 Cró 28,11-13) organizó a los hijos de Aarón en 24 grupos (1 Cró 24,1-4), cada grupo nombrado por el nombre de la cabecilla de cada familia, con el fin de establecer un calendario ordenado que permitiera mantener el servicio continuo en el templo de Dios a lo largo del año mediante el servicio de los sacerdotes. Esta división se implementó debido a la gran cantidad de sacerdotes disponibles para servir en el templo. Una vez establecidos los grupos, se echaron suertes para asignar las fechas en las que cada grupo cumpliría su turno en el templo (1 Cró 24,7-19). En total, había 24 grupos representados por el nombre de sus respectivos líderes. Cada grupo servía durante una semana completa y concluía su servicio en Shabat (2 Cró 23,8, 1 Cró 9,25). Estos turnos se repetían dos veces al año, dado que el calendario lunar tiene 48 semanas exactas. Así, al llegar al sexto mes, el ciclo de los 24 grupos se reiniciaba, sumando un total de 48 semanas de servicio anual. Con cuatro Shabatot (Shabat's) en cada mes, cada grupo tenía un turno mensual, y al final del año, cada grupo había servido exactamente dos veces en el templo. Por ejemplo, en el libro de Crónicas se enlistan los primeros cuatro grupos correspondientes al primer mes (comenzando desde el mes de Aviv): "La primera suerte tocó a Iehoiarib, la segunda a Iedaiá, la tercera a Jarim, la cuarta a Seorim…" (1 Cró 24,7-8). Esto indica que, comenzando en la primera semana de Aviv, el grupo de Iehoiarib servía en el templo hasta el primer Shabat del mes, momento en que finalizaba su turno. En la segunda semana, el grupo de Iedaiá asumía el servicio después del Shabat en que Iehoiarib había concluido su turno, y su servicio terminaba en el segundo Shabat del mes. En la tercera semana de Aviv, el grupo de Jarim comenzaba su servicio, terminando en el tercer Shabat, y en la cuarta semana, el grupo de Seorim iniciaba tras el Shabat de cierre del grupo de Jarim, finalizando en el cuarto Shabat. Así, el mes lunar de 29-30 días estaba organizado para que cada grupo de sacerdotes ejerciera en el templo durante la semana y el turno asignado, asegurando un servicio continuo y ordenado. A continuación, se muestra una imagen de los primeros cuatro grupos que servían en el mes de Aviv, representados por el nombre del jefe de cada grupo, para facilitar la comprensión de lo expuesto: Haz clic aquí para editar. En la narrativa de Lc sobre el embarazo de Elizabet, mujer de Zacarías, se menciona que ella quedó embarazada durante los días en que Zacarías estaba de servicio en el templo. Según Lc, Zacarías pertenecía a la clase de Aviá ("Abías"). Esta división ejercía su labor en el templo durante la cuarta semana del segundo mes y nuevamente en la cuarta semana del cuarto mes del calendario hebreo (cf. 1 Cró 24,10). Como todas las divisiones, la de Aviá-Abías servía dos veces al año. Si suponemos que Lc se refiere a la cuarta semana del segundo mes, esto implicaría que Elizabet quedó embarazada en el tercer mes del calendario hebreo. Lc escribe: "Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Aviá-Abías; su esposa era de las hijas de Aarón, y su nombre era Elizabet" (Lc 1,5)… "Y aconteció que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. Y seguido de esos días [de su servicio], su esposa Elizabet había concebido" (Lc 1,23-24). En el calendario hebreo, que consta de meses de 29 y 30 días, los embarazos tienen una duración de diez meses en lugar de nueve. Esto significa que si Elizabet quedó embarazada en el tercer mes (posiblemente durante Shavuot-Pentecostés), el Bautista-Inmersor habría nacido diez meses después, en el mes de Aviv, coincidiendo con la temporada de Pésaj-Pascua, y muy probablemente en la festividad de Pésaj-Pascua como el "Elías que había de venir" (cf. Mt 11,14). Si esto es correcto, entonces Ieshúa, quien nació seis meses después, habría llegado al mundo en el séptimo mes del calendario hebreo, posiblemente durante la festividad de Sucot-Tabernáculos. Así, si Ieshúa nació en el séptimo mes, eso implica que María-Miriám concibió diez meses antes, situando su concepción en el noveno mes, el período en el que se celebra Janucá, la Fiesta de la Dedicación de la Luz (del Templo). Los cuatro nombres de los líderes del servicio de los sacerdotes en el noveno mes, correspondiente al momento de la concepción de María-Miriám, al ser analizados en cuanto a sus significados, revelan un mensaje que incluso menciona el nombre del Mesías. Mes 9: Shabát 1 (días de servicio: 30-8) – Ieshúa (Él salvará) Shabát 2 (días de servicio: 9-15) – Shekanyá (Morada de Iah) Shabát 3 (días de servicio: 16-22) – Eliashiv (Dios restaurará) Shabát 4 (días de servicio: 23-29) – Jaqim (Él levantará) El mensaje que se revela en los nombres de los líderes de los sacerdotes que servían en el noveno mes es bastante claro: Con Ieshúa, que es la "Morada de Iah", "Dios restaurará" y "levantará [al pueblo]". No se trata de meras coincidencias; Dios mismo dispuso que María-Miriám quedara embarazada en esta época, acompañada de todas las señales, mensajes y alusiones necesarias para que el pueblo reconociera que Ieshúa era el Mesías que había de venir. El Testimonio del Discípulo Amado A diferencia de la narrativa de Lc, que presenta las fechas del nacimiento del Mesías—concebido en Jánuca y nacido diez meses después en la festividad Escritural de Sucot—, el testimonio del Discípulo Amado (Juan, capítulo 1) comienza describiendo al Mesías como la Or Ha-Adám (Jn 1,4, "Luz de los Hombres"), un título que se otorga al Shamash (servidor), la vela central de la Januquía durante la festividad de Jánuca, con la que se encienden las demás velas. Diez versículos después, Jn afirma: "La Palabra puso su morada (lit. "tabernaculizó") entre nosotros, y vimos su gloria" (Jn 1,14). El libro de 1 Reyes 8,6 relata que Salomón ("Shlomó") introdujo el arca que contenía la Palabra de Dios en tablas de piedra en el templo durante el séptimo mes, en la festividad de Sucot-Tabernáculos (1 Reyes 8,2). La narrativa menciona que, al introducir la Palabra de Dios en el templo, la gloria de Dios llenó el lugar (1 Reyes 8,11). En otras palabras, cuando la Palabra de Dios fue llevada al templo y comenzó a habitar entre los hombres en la festividad Sucot-Tabernáculos (1 Re 8,2), todos presenciaron su gloria la cual llenó el templo. De igual forma, cuando Ieshúa tomó forma humana, vistiéndose de carne, en la festividad de Sucot-Tabernáculos, Jn afirma: "La Palabra puso su morada (lit. "tabernaculizó") entre nosotros, y vimos su gloria" (Jn 1,14). En este contexto, el Discípulo Amado añade: "A los suyo vino (su creación, según el contexto), y los suyos no lo recibieron" (Jn 1,11). Esto probablemente alude a la costumbre de la festividad de Sucot-Tabernáculos de tener Ushpizin ("Invitados") durante los siete días de la festividad. El Mesías vino a lo suyo, a su creación, a su hogar, por así decirlo, pero lo hizo como un Ushpizin ("invitado") y no fue recibido por los moradores de la sucá-tabernáculo: el mundo. Ushpizin & Mashíaj Cuenta el Séfer Iovelim ("Libro de los Jubileos") que la primera sucá-tabernáculo, que sirve de base para la celebración de Jag Sucot, fue construida por Abraham cuando recibió la visita de tres ángeles (Gn 18,1-10). En relación a estos tres ángeles que visitaron a Avraham, el documento místico conocido como Zohar ofrece el siguiente comentario: ¿Quienes eran estos tres varones? Eran Avraham, Itzjaq y Iaaqov… (Zohar, Vaierá 1:14)" El comentario del Zohar es de considerarse. Obviamente Avraham, Itzjaq y Iaaqov no visitaron a Avraham. El significado es el siguiente: Es común dentro de estos escritos místicos que Avraham, el padre de Itzjaq, Itzjaq llamado el único hijo de Avraham y Iaaqov que salió de los lomos de ambos, representen a la Divinidad en sus tres manifestaciones principales: Padre, Hijo y Espíritu. Sobre este mismo pasaje en cuestión, el líder judío Filón de Alejandría (20 AEC – 50 EC), comenta sobre ello lo siguiente: "Es razonable que uno sea tres y que tres sea uno, porque eran uno por un principio superior. ...en el lugar de uno, Dios se aparece como una triada. Él no puede ser visto en su unicidad sin algo más, los Poderes principales que existen inmediatamente en él que son ... el Creativo, que es llamado "Dios" y el Real, que es llamado Señor. ...él (Avrahám) comienza a ver a la soberana, santa, y divina visión de tal manera que una sola aparición se presenta como una triada, y la triada como una unidad. (Filón; Preguntas sobre Génesis, IV, 2)" Al parecer, tanto el comentario registrado en el Zohar como el comentario de Filón de Alejandría, interpretan que Dios se le apareció a Avraham, y que Avraham percibió las tres manifestaciones de Dios, y por eso se habla de tres ángeles o varones. El mismo concepto bastante complejo, bajo un contexto similar en cuanto al tema de la Divinidad, donde tres son esencialmente uno, se expresa de la siguiente manera en la siguiente obra: "¿Quienes eran estos tres varones? Eran Avraham, Itzjaq y Iaaqov… (Zohar, Vaierá 1:14)" Se podría afirmar que estos tres ángeles representan la Divinidad, y que el Mesías, quien es el Hijo de Dios y en quien habita el Padre junto con su Espíritu, se presentó ante Abraham como Ushpizin ("invitado"). Abraham lo recibió con hospitalidad; sin embargo, a diferencia de él, cuando el Mesías se manifestó en este mundo, se dice que: "a lo suyo vino y los suyos no le recibieron" (Jn 1,12). Debido a esta falta de recepción, Ieshúa les dijo: "Si ustedes realmente fueran hijos de Abraham, tendrían las obras de Abraham" (Jn 8,39). En otras palabras, aplicando esto al pasaje mencionado: "Si verdaderamente fueran hijos de Abraham, entonces me habrían recibido como lo hizo él". Zemán Simjaténu La festividad de Sucot-Tabernáculos es conocido como Zemán Simjaténu ("La Época de nuestra Alegría"), un tiempo propicio para proclamar buenas nuevas de "simjá guedolá" ("gran alegría") para la nación de Israel. Esta festividad no solo se caracteriza por la alegría ("hamoed lesimjá"), sino que, según Moshé ben Maimón, popularmente conocido como Ramba"m o Maimónides (1135-1204), Sucot-Tabernáculos incluye "simjá ietirá" ("alegría extra"), como se indica en Dt 16,13-15. Además, Sucot-Tabernáculos es designada como Ha-Jag, la Fiesta por Excelencia (cf. 1 Reyes 8,65). El contexto de la narrativa de Sucot-Tabernáculos también incluye una salutación angelical que dice: "mevaser etkem simjá guedolá" (מבשר אתכם שמחה גדולה, "he aquí, les traigo buenas nuevas de gran alegría"), lo que parece ser una alusión a esta festividad de alegría, identificada como Sucot-Tabernáculos. Agadta DeShimón Kefa No obstante, aunque todas estas evidencias indican que el Mesías nació en el séptimo mes, no confirman que su nacimiento ocurriera el primer día de la festividad de Sucot-Tabernáculos, que tiene una duración de siete días, ni que fue circuncidado en Sheminí Atzéret, el octavo día de la festividad. Asimismo, los Evangelios no indican la afirmación de que el Bautista-Inmersor nació en el día de Pésaj-Pascua. Pero una colección medieval de folklore en contra de los Discípulos de Ieshúa titulada "La Historia acerca de Shimon Kefa"3 ("Agadta DeShimón Kefa, אפיכ ןעמשד אתדגא) preserva tradiciones judías acerca de los primeros discípulos de Ieshúa – los Nazarenos. La Agadta De-Shimón Kefa presenta similitudes con otras obras de ficción que están plagadas de odio y blasfemia hacia Ieshúa el Mesías y sus discípulos, como las controvertidas leyendas de Toldedot Ieshu, que reflejan el desprecio de ciertos judíos rabínicos hacia Marán (nuestro Amo y Señor) Ieshúa el Mesías. Sin embargo, a pesar de ser desaprobado tanto por el Cielo como por nosotros, este documento también recoge algunas de las creencias de los primeros discípulos de Ieshúa. La leyenda proporciona una visión de los Primeros Discípulos de Ieshúa desde la perspectiva del Judaísmo en su corriente principal. Refleja un recuerdo colectivo de la comunidad de los Primeros Discípulos de Ieshúa como judíos observantes de los mandamientos de la Torá, quienes, por razones evidentes, eran prácticamente indistinguibles del resto del pueblo judío. En esta leyenda, los rabinos intentan disuadir a los creyentes y seguidores de Ieshúa de observar los Shalosh Regalim ("las tres festividades de peregrinaje"): Matzot (Pascua-Panes sin Levadura), Shavuot (Pentecostés) y Sucot (Tabernáculos), de la misma manera que lo hacía el resto de la comunidad judía. En su esfuerzo por impedir que los Primeros Discípulos de Ieshúa celebren estas festividades, les otorgan un significado mesiánico, vinculado a Ieshúa de Nazaret: Ustedes ya no celebrarán Jag Matzot ("Panes sin Levadura"),4 en su lugar celebrarán el día de su muerte. Y en lugar de la festividad de Shavuot, celebrarán los cuarenta días desde su ejecución hasta su ascensión al firmamento.5 Y en lugar de la festividad de Sucot, ustedes celebrarán el día de su nacimiento, y en el octavo día de su nacimiento celebrarán su circuncisión.6 (Agadta DeShimón Kefa La fuente del texto detrás de la Agadta DeShimón Kefa parece reflejar una época anterior a la costumbre cristiana de celebrar el nacimiento de Ieshúa en conjunción con el solsticio de invierno, el 25 de diciembre. La leyenda evoca un tiempo en el que los creyentes (heb. "maaminím") todavía observaban las festividades estipuladas en la Torá, pero les atribuían significados mesiánicos en sus celebraciones. Dado que, históricamente, los creyentes en Ieshúa eran judíos, esta leyenda puede ofrecernos información sobre las creencias de los primeros discípulos, quienes celebraban el nacimiento de Ieshúa el primer día de la festividad de Sucot-Tabernáculos y su circuncisión en Sheminí Atzéret (Octavo Día de la Festividad), también conocido como Simját Torá-Alegría de la Torá. Notas:
1 Talmud Bavli, Betza, for. 40. 1. & Shabat. fol. 45. 2. Vid Maimonides Hilj. Iom Tov, c. 2. sect. 2 2 La Septuaginta en Génesis 18:14 traduce el hebreo moed ("tiempo prescrito", מועד) con el griego "kairon" (καιρὸν); Lucas usa la misma palabra griega en 1:20. Delitzsch tradujo el griego "kairon" (καιρὸν) de Lucas 1:20 como: והם ימלאו במועדם. 3 Agadta DeShimón Kefa en A. Jellinek, ed., Bet ha-Midrasch (Vienna: Brüder Winter; Herzfeld & Bauer, 1873 [disponible online en www.hebrewbooks.org]), 60–62. 4 Es un axioma muy común incluir el día de Pésaj (14 de Aviv) dentro de los días de Jag Matzot ("Panes sin Levadura"). 5 Es decir, en lugar de la Sefirat Ha-Ómer ("Cuenta del Ómer") que consiste de cuarenta nueve días más el día cincuenta que es Shavuot, que toma su inicio después de Pésaj. 6 En Sheminí Atzéret (Levítico 23:36-38), donde se lleva a cabo también Simját Torá - Alegría de la Torá. Cuando se inicia el ciclo del estudio de la Torá. La fiesta comenzó cuando los judíos recuperaron el Templo. Se descubrió una pequeña vasija de aceite. El aceite ardió durante ocho días, y este milagro se convirtió en la base de una festividad de ocho días de regocijo y recuerdo (según consta en el Talmud Bavli, Shabát 21b).
El milagro consistió que una pequeña cantidad de aceite para la menorá (candelabro), que suficiente, tal vez, para la noche, duró para ocho días. Si esto es así, entonces Janucá sólo debería de durar siete noches. La primera noche no era realmente un milagro, ya que se tenía aceite suficiente para ella. ¿Por qué, entonces, celebramos por ocho días? ¿Cómo se considera la primera noche como un milagro? El milagro de la primera noche fue que los judíos encendieron la menorá (candelabro). Los judíos no tenían nada garantizado, sabiendo que el aceite no era suficiente para los ocho días necesarios para completar la purificación y re-dedicación del Templo. Sin embargo, los judíos dieron un salto de fe, confiando en el poder y la promesa de Dios. Y ese es un milagro que podemos abrazar todos los días. Por eso Janucá consiste de ocho días de milagros. Tan grande fue el milagro, que de acuerdo con la Guemará (Iomá 39a), el milagro se produjo en una de las lámparas de la menorá, incluso durante el período del Segundo Templo, hasta cuarenta años antes de la destrucción del templo. Esta lámpara de la menorá se conoce como "Ner Maaravi" – la lámpara central de la menorá, la cual ardía en forma milagrosa. Nunca se apagaba. A la noche, cuando el sacerdote iba a prender las llamas de la menorá, veía que la Ner Maaravi seguía prendida desde la noche anterior. El sacerdote quitaba el aceite y la mecha aun encendida, limpiaba el receptáculo, y luego volvía a colocar la mecha encendida y el aceite. Luego encendía todas las demás lámparas con esta lámpara llamada Ner Maaravi – la lámpara central de la menorá. Según los judíos, cuarenta años antes de la destrucción del templo esta luz se apagó (Talmud, tratado Iomá folio 39a), esto nos lleva a la fecha de la muerte y resurrección de Ieshúa, que tuvo lugar cuarenta años antes de la destrucción del Templo. Según los judíos el milagro de la Ner Maaravi era una señal de que la Presencia de Dios habitaba en el templo del pueblo. Una vez este milagro llegó a su fin después de la muerte y resurrección del Mesías, la señal fue que la Luz de Dios—la Presencia Divina— ya no habitaba en el templo físico construido por mano humana, sino en aquel que crea en Ieshúa como la Luz Verdadera — como está escrito: "Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre" (Jn. 1.9). En Jánuca se encienden en total 44 lamparillas en los 8 días de la festividad. Si sumamos 4+4 nos da un total de 8. Ocho es el valor numérico del nombre de Ieshúa.
El valor numérico del nombre Ieshúa (ישוע) en hebreo es: IOD (10) + SHIN (300) + VAV (6) + ÁIN (70) = 386 (3+8+6=17) 1+7 = 8 (Este método se llama Mispar Qatán) Ieshúa dijo: Yo soy la luz del mundo. (IV Evangelio viii, 12) El valor numérico del hebreo Or haolam אור העולם (luz del mundo) es 358, y este también es el valor numérico para el hebreo Mashíaj (משיח). El valor numérico del nombre de IHVH es: IOD (10) + HÉI (5) + VAV (6) + HÉI (5) = 26 2 + 6 = 8 El valor numérico del nombre Ieshúa en hebreo es: IOD (10) + SHIN (300) + VAV (6) + ÁIN (70) = 386 (3+8+6=17) 1+7 = 8 El Padre y el Hijo comparten el mismo valor numérico porque en esencia son uno. Juntos: 8+8 = 16 1+6 = 7 El valor numérico del hebreo Rúaj רוח (Espíritu) es: RESH (200) +VAV (6) + JET (8) = 214 2+1+4 = 7 Esto indica que en esencia IHVH, su Hijo Ieshúa, y su Rúaj Haqódesh (Espíritu de Santidad) son uno. |